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Se sentía asfixiado.

El polvo estaba haciendo estragos en su pecho, obligándolo a toser y a tratar de obtener aire por cualquier medio. Su cuerpo se sentía pesado, y aunque trataba de levantarse, sus esfuerzos eran en vano.

Todo a su alrededor estaba oscuro, y el miedo se hacía presente en su omega, quién aullaba en su interior.

Buscaba con la mirada cualquier salida, alguna señal que le indicara cómo salir de aquella pesadilla que estaba viviendo, pero no encontraba nada.

Su voz no salía y sus brazos dolían por el esfuerzo de arrastrar su cuerpo, mientras su tos se hacía cada vez más fuerte, intensificando el dolor que sentía.

Llevaba varios minutos arrastrándose sobre escombros que le dejaban pequeños cortes, pero aún no lograba encontrar alguna forma de salir. Se sentía desesperado y quería llorar al verse atrapado en la oscuridad, pero el sonido de una ambulancia a lo lejos alertó sus sentidos, sin saber si era simplemente un ilusión debido a la necesidad de escapar o si era cierto que la ayuda iría en camino.

Se esforzó en acercarse hacia el sonido, liberando lágrimas de alegría al notar que era real, y que pronto sería auxiliado.

Uso todas sus fuerzas para gritar, sintiendo su voz rasposa y grave. Repitió el esfuerzo unas veces más, hasta que escuchó murmullos acercarse hacia él.

No pudo evitar llorar al escuchar las voces cada vez más cerca, gritando una última vez antes de toser con fuerza.

Se quedaba sin energía, pero la calma lo invadió al ver como la pared que obstruía su visión y cualquier salida, era levantada poco a poco.

La luz de varias linternas apareció en su campo de visión, obligándolo a cerrar los ojos con fuerza.

-¡Lo encontramos!

-¡Hay que sacarlo ahora! - escuchó, mientras otros comentarios eran gritados de vuelta, pero estaban tan lejos que el omega no podía ni quería siquiera intentar descifrarlos.

Abrió los ojos, y aunque la luz aún lo cegaba, se esforzó por ver su alrededor.

Dos bomberos se acercaron a él, sosteniendo su cuerpo con delicadeza, mientras él no podía evitar quejarse.

-Estarás bien. - le dijo uno de sus rescatistas, sonriendo mientras lo llevaba a la pequeña ambulancia.

Taehyung sonrió devuelta, sintiéndose a salvo entre los brazos de aquellos extraños, porque al menos ahora podía respirar aire fresco, y sentir la fría brisa de la noche.

Observó su alrededor, viendo escombros por todos lados, pero todas sus preocupaciones se disolvieron al ver a todos sus compañeros acercarse rápidamente a la camilla en la que era colocado suavemente.

-¡Taehyung! - gritó Hwasa, siendo la primera en llegar. Tenia varios rasguños en su rostro y polvo por todos lados, y un pequeño vendaje en su mejilla.

-Debemos revisarlo y asegurar su salud, por favor vaya con sus compañeros. - replicó uno de los paramédicos que se encargaba de revisarlo.

Taehyung observó a su amiga, dándole una sonrisa fugaz antes de que los enfermeros hicieran su trabajo, obstruyendo su vista.

-Eres un omega muy fuerte, estarás bien. No debes preocuparte por nada, ahora estás a salvo. - le dijeron, mientras acariciaban su mano, haciéndole notar que se había aferrado a las sabanas debajo de él inconscientemente.

El castaño sonrió, tosiendo levemente en el proceso.

Y mientras llenaban su cuerpo de vendajes y le hacían variedad de preguntas, el omega se concentraba en observar la luna, recordando momentáneamente a Suga, y pensando si debería decirle al alfa sobre todo aquello, sin notar que su lobo empezaba a emocionarse en su interior.


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Editado 03/08/24

Conocidos •YoonTae•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora