Subimos a mi habitación, cerré la puerta y en cuanto me di la vuelta, me volvió a besar de manera desenfrenada dejándome contra la puerta estaba apunto de quitarle la blusa que tenía, pero algo me detuvo, simplemente no pude seguir, mis manos no se movían y estaban temblando, algo en mí me dijo que no debía de hacerlo pero el problema era que no sabía el porqué, me aleje un poco de ella.
—¿Todo bien?—me pregunto un poco preocupada.
—Claro, solo... que no puedo continuar, no sé qué me sucedió—dije desviando la mirada—no puedo pensar en ti de manera sexual, quiero cuidarte y quererte, y no creo que este sea el momento para que hagamos esto—exclamé apenada, porque eso sonó anticuado, pero era cierto, no quería dar ese paso todavía, primero quería amarla como a nadie en este mundo—sé que yo empecé esto y te pido una disculpa por haberlo terminado.
—Eres increíble—dijo en un susurro—nunca había conocido a alguien como tú. No hay prisa para hacer eso, también quiero cuidarte y quererte como tu lo has hecho conmigo—aseguró acariciandome la mejilla para después darme un beso en la misma.
—Tú también eres increíble, gracias por entender, quiero hacer las cosas bien, contigo no quiero equivocarme.
—Estoy enamorada de ti—mi piel se erizo por completo, en mi estómago volvieron a aparecer las famosas mariposas, el poder que tenía sobre mí era insuperable, después de un momento en silencio y ella esperando mi respuesta, hable.
—También estoy enamorada de ti—esas palabras salieron de mi boca sin pensarlo, venían directo de mi corazón. Le di un beso en sus labios que seguían un poco hinchados todavía.
—Vayamos a comer, ahora si ya me dio hambre y son las seis con veinte minutos—bajamos y comimos mientras reíamos y platicábamos de las cosas raras que hacíamos cuando estábamos pequeñas.
—Me tengo que ir hermosa—me dijo cuando terminamos de comer.
—Claro, ¿ya tienes tus cosas aquí?
—Sí.
—Vamos, yo te acompañaré.
—Claro que no, puedo ir sola además tú dijiste que no estaba muy lejos mi casa, te vendrás sola y eso es peligroso.
—Bien, entonces vayamos en bicicleta—propuse alzando ambas cejas—hace mucho no la uso, pero estoy segura de que esta en buenas condiciones
—Hagámoslo—la tome de la mano y la lleve al garage, me sorprendió ver a la bicicleta en excelentes condiciones, traía un asiento muy espacioso detrás del principal, así que no sería incómodo para ella ir ahí.
—Sube, no me acuerdo mucho como se hace esto pero lo lograremos—dije en modo de broma.
—¿De verdad sabes lo que haces?—preguntó riendo.
—Si te soy sincera no, pero subete no pasa nada, y si nos caemos no hay problema.
—Bien—subió a la bicicleta abrazándome de la cintura.
Ya íbamos para su casa y en el camino estuvimos a punto de caernos cuatro veces, ella no dejaba de moverse y me hacía perder el equilibrio, además el camino estaba lleno de agujeros pequeños donde caían las rueda de la bicicleta y ella se quejaba para después no parar de reír. Hasta que llegamos a su casa. Ella se quería bajar, pero no entiendo que hizo que caímos las dos con todo y bicicleta, no podíamos dejar de reír, hasta que salió su mamá.
—Hija ¿qué pasó?—cuestióno riendo mientras nos veía tiradas.
—Hubo un fallo técnico mamá—exclamó entre risas intentando quitar la bicicleta de su cuerpo.
Yo me levante primero que ella por lo que fui a ayudarla.
—Vamos arriba—dije dándole la mano para que se levantará. Su mamá nos seguía viendo divertida.
—¿Están bien?—preguntó su mamá, a lo que las dos asentimos—perfecto, las dejó para que se despidan.
—¿No te lastimaste?—le pregunté un poco preocupada.
—No bonita, y tú ¿no te lastimaste?
—No, estoy bien, no te preocupes.
—Que bueno que estás bien, si te hubieras lastimado, mi suegra me mataría, porque yo provoque la caída.
No podía creer lo que estaba escuchando, ella dijo "mi suegra" refiriéndose a mi mamá, pero no éramos novias o al menos no oficialmente.
—¿Tu suegra?—sonreí alzando una ceja.
—Es decir... tu mamá... tu mamá me mataría—dijo tartamudeando y de manera muy nerviosa a lo que yo solté una carcajada—bien ya me tengo que meter, adiós—informó de manera rápida y de igual manera con nervios.
—¡Hey!—llame su atención porque hice que se detuviera—¿no me darás un abrazo?
Se regresó corriendo y me abrazó como solo ella sabía, puso sus brazos alrededor de mi cuello, amaba eso.
—Te quiero, este día fue increíble—susurro a mi oído.
—Te quiero más hermosa, y en eso estamos de acuerdo—dije dándole un beso en la mejilla—ya metete que tus papás van a sospechar.
—Me mandas mensaje cuando llegues—dijo dándome un beso ahora a mí en la mejilla. Asentí
Me dijo adiós con su mano cuando estaba enfrente de la puerta, ¿cómo una chica de universidad podía ser tan tierna?
Me fui sonriendo a mi casa como nunca lo había hecho, y me ponía aún más feliz que la chica haya sido el motivo de esa felicidad.

ESTÁS LEYENDO
Ella
RomanceJamas había tenido una pareja, no sabía lo que era el amor y ni siquiera me interesaba averiguarlo... hasta que la conocí a ella. Portada hecha por: @Brigitte_idk. 🤍