Ella

Capítulo 33

Nos quedamos un rato más platicando, hasta que el cielo comenzó a tornarse de un color gris oscuro y los relámpagos se hicieron presentes, no nos movimos de nuestra posición creímos que tardaría en llegar la lluvia, pero de un momento a otro ya estaba lloviendo, me levante rápido y tome la mano de la castaña para correr hasta el auto.

Estábamos cerca del auto cuando la chica se resbaló, comencé a carcajear haciendo que la castaña me mirara mal, me tomó de un pie y me jalo haciendo que cayera con ella. Las dos no parábamos de reír, no nos importó mojarnos más, la castaña se sentó y me abrazó hundió su cabeza entre mi hombro y mi cuello, nos quedamos unos minutos así hasta que la lluvia se intensificó.

—Hay que subir al auto—la tomé de la mano y corrimos.

Cuando estábamos adentro la castaña estaba tiritando de frío así que prendí el aire acondicionado, ella acercó sus manos y comenzó a frotarlas, yo la miraba con una sonrisa, la chica realmente era hermosa, me encantaba todo de ella.

—Así que un abrazo ¿eh?, creí que la mayoría se daban un beso bajo la lluvia.

—Lo sé, pero eso ya lo hice con el idiota de mi ex novio, no quería hacer lo mismo contigo—aseguró mirándome divertida.

—Me parece bien cosa verde—asentí varias veces con una sonrisa.

La mire a los ojos después baje la mirada hasta su torso, tenía una blusa blanca, por la lluvia se había pegado a su piel haciéndola visible junto con su sujetador, me puse nerviosa y desvíe la mirada mordiendo mi labio inferior, odiaba el efecto que tenía ella en mí.

—Oye—llamó mi atención, voltee a verla esperando que dijera algo, pero en vez de eso me beso.

Primero yo quedé contra la puerta de mi lado del auto, hasta que ella tomó mi camisa haciendo que me inclinara mientras ella quedaba contra la puerta, los vidrios del auto se comenzaron a empañar, nuestras respiraciones se volvieron agitadas, la castaña me quito la blusa que tenía, me alejó un poco para poderme ver, me veía con su boca un poco abierta yo solo sonreí y me acerque a ella para volver a besarla, puso su mano sobre mi espalda acariciándola de manera lenta, mi piel se erizo. Me aleje de ella para poder quitar la blusa que tenía, mis manos comenzaron a temblar, acaricié su abdomen con las yemas de mis dedos y comenzamos a besarnos de nuevo, esta vez baje por su cuello recibiendo un gemido de su parte afortunadamente no había nadie alrededor por la lluvia, bese su clavícula, iba a bajar a su pecho cuando tomo mi mano, ella estaba temblando.

Me detuve y la mire.

—¿Estás bien?

—Sí, aunque un poco nerviosa.

—No tienes que hacerlo si no quieres.

—Claro que quiero—aseguró entre jadeos y volvío a besarme.

Esta vez baje hasta su abdomen, comencé a besar esa parte de su cuerpo, ella arqueo su espalda, estaba a punto de bajar un poco más cuando sonó el maldito celular, me aleje de la castaña viéndola a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas, estaba mordiendo su labio inferior, sus mejillas estaban color rojo y respiraba de manera agitada. Dejé que el celular sonara y la llamada se perdió, hasta que volvió a sonar el maldito aparato, revise quién era y era mi mamá, tal vez estaba preocupada así que conteste.

Me preguntó dónde estaba y le dije que estábamos en las rampas esperando dentro del auto a que parara un poco la lluvia, dijo que quería que fuéramos a casa ya, para que estuviéramos más cómodas.

—Mi mamá quiere que vayamos a la casa—informe negando con la cabeza y con una sonrisa.

—Al parecer el universo no quiere que estemos juntas—afirmo riendo y yo asentí.

—Vamos, puedes quedarte a dormir en mi casa si tus padres te dan permiso.

—¿Tienes otros planes con esa propuesta?—sonrió de lado y yo reí.

—No, mis papás estarán ahí.

—Que lástima, le llamaré a mi mamá—tomó su teléfono y la llamo—dijo que estaba bien, pero tenemos que pasar por ropa para mañana la universidad.

—No te preocupes, te puedo prestar ropa—dije poniéndome la blusa mojada que ahora la sentía bastante fría y la castaña hizo lo mismo y nos fuimos a mi casa.