Capítulo 28

2.1K 169 7
                                    

—Hey, ¿qué pasa? Te noto triste, ¿te peleaste con la castaña? 

—Hey, ¿tengo un letrero en la frente que diga eso?—pregunté riendo y él también rio. 

—No para nada, pero te conozco a la perfección, puedes contarme si quieres. 

Nos fuimos a sentar en las bancas donde la castaña y yo habíamos estado hace unos días y comencé a contarle el motivo de nuestra pelea, cuando terminé me miró sin decir nada, hasta que las palabras salieron. 

—Mierda—dijo en un susurro. 

—Sí, mierda…

—Te jode estar peleada con ella ¿verdad? 

—Sí Leo, es lo peor—asegure mirándolo a los ojos. 

—Bueno pues, me voy yendo—se levantó de la banca y yo lo mire confundida—porque viene la castaña para acá, suerte—se fue sin decir nada más, estaba verdaderamente nerviosa. 

Llegó a mí lado y se sentó, yo tenía la vista hacia el suelo y ella hacia delante, hasta que sentí su mirada en mí voltee a verla. 

—Oye—dijo en un hilo de voz—lo siento, no debí armar un escándalo por Laura… es solo que eres la primera persona de la que de verdad estoy enamorada, el simple hecho de pensar que te puedo perder me asusta, se que te puede sonar tonto, pero es la verdad. 

Mis ojos se humedecieron un poco al oír eso, respire hondo controlando el mar de emociones que sentía dentro de mí. 

—Sé que no lo hiciste con esa intención, pero no podemos estar así, no debemos pelearnos cada que Laura o cualquier otra chica me hable o te hable, eso sería tóxico y no quiero eso para nosotras. Entiendo tu miedo porque yo también siento lo mismo, pero no por ese miedo nos vamos a pelear o eso terminará con lo bonito que tenemos—exclamé mirándola a los ojos. 

—Estoy de acuerdo—asintió varias veces—perdón por haber hecho ese escándalo. 

—Ya pasó, no te preocupes—dije acariciando su mejilla, ella me sonrió y me abrazó. 

Estuvimos mucho tiempo sentadas en esas bancas, platicando de muchas cosas. 

—Cuando era pequeña tenía mis ojos azules, me gustaban más cuando estaban de ese color, mira—dijo sacando su celular—esta soy yo de pequeña. 

Me dio su celular mostrándome una foto, era una bebé gordita, su piel era pálida, su cabello era un color más claro a como lo tenía ahorita, estaba sonriendo haciendo que sus ojos se vieran chiquitos pero aún así resaltaba el color azul, me quedé mucho tiempo viendo la foto detallando cada detalle, era la bebé más hermosa que había visto, era perfecta. 

—Me enamore de tu modo bebé—confesé con una sonrisa y ella se rio. 

—Yo también quiero enamorarme de tu modo bebé, ¿tienes una foto?—preguntó emocionada. 

—Sí, pero mis ojos no cambiaron de color—dije divertida sacando mi celular y comencé a buscar la foto—mira.

Le di mi celular, y ella estaba atenta viendo la foto, tenía una gran sonrisa. 

—Vaya, sí me enamore de tu modo bebé, me encanta. 

Me quedé mirándola de manera intensa, cuando el sol nos iluminó la cara, haciéndome entrecerrar los ojos, estaba apunto de levantarme cuando la castaña me tomó del brazo. 

—Te ves lo triple de hermosa en el sol, tus ojos tienen un color especial, son los más hermosos que he visto—dijo mirándome con una gran sonrisa. 

—Pero son color café, hay millones de personas con el mismo color de ojos—asegure mientras me encogía de hombros. 

—Sí, hay millones pero no como tú, eres especial, me encantas—dijo acercándose para besarme, mordí su labio inferior recibiendo un pequeño gemido de su parte, sentí su lengua adentrarse a mi boca y sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, no quería otra cosa por lo que me separe dejando un último beso en sus labios. 

—Vamos a caminar—le dijo poniéndome de pie y entrelazando nuestras manos. 

Comenzamos a caminar y nadie decía nada el silencio se hacía presente, hasta que ella habló. 

—¿Te puedo decir algo?

—Mhm—dije asintiendo. 

—Creeme que si no eres el amor para toda mi vida, sin duda alguna eres el amor de mi vida—esas palabras recorrieron todo mi cuerpo provocándome un escalofrío. 

—También estoy segura de que eres el amor de mi vida. 

Ambas estábamos conscientes de que era el “amor de mi vida” y “el amor para toda la vida”. 

Parecen cosas iguales pero no lo son, el amor de nuestra vida puede irse en cualquier momento, pero sin duda alguna te marcó con sus besos, sus palabras, sus abrazos, sus acciones y con muchas cosas más, aunque te haya lastimado siempre lo amaras.

Por otro lado el amor para toda la vida es el se queda contigo sin importar los problemas, el que no se va de tu lado, el que te apoya en cada momento, sin duda también te marca con sus besos, sus palabras entre muchas cosas más, pero no de la manera en la que lo hizo el amor de tu vida.

Ella era el amor de mi vida, a pesar de que teníamos unos meses de conocernos eso lo podía sentir, esperaba que ella fuera mi amor para toda la vida. 

Pará mí era ella y nadie más.

Ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora