Habían pasado 2 días desde que hablé con esa chica, hablamos muy poco, ni siquiera me dijo su nombre ni yo el mío. A partir de ese momento no volvimos a dirigirnos la palabra, pero me veía y me sonreía y viceversa. Cuando nos retiramos de ahí salieron todos mis amigos corriendo detrás de Leo y de mí para empezar a gritar cosas sin sentido, yo estaba apenada por esa actitud, todos nos miraban.
—Hey, silencio, todos nos están mirando, callense—dije con voz firme, tal vez por eso me obedecieron.
—¿Qué te dijo?, no salíamos porque no te queríamos interrumpir—preguntó Neidan con una gran sonrisa.
—Nada importante en realidad, al parecer iba a decir algo importante cuando llegó su novio—rodé los ojos y mis amigos rieron.
—Creo que alguien está celosa—indicó Kristen entre risas. Siguieron molestando todo el camino con eso.
Era jueves, estaba en la clase de literatura, pedí permiso para ir al baño, a lo que la maestra me contestó que no me tardará, estaba recargada en la pared viendo un par de cosas en mi teléfono y vi que entró la castaña y se fue directo al espejo para arreglarse el cabello, me vio por el espejo e inmediatamente habló.
—¡Hola!, no hemos vuelto hablar desde que mi novio nos interrumpió, perdón por eso—su voz se escuchaba emocionada hasta que salió de su boca la palabra “novio” rodó los ojos e hizo una mueca de desagrado.
—Hola, no te preocupes, no pasa nada, igual ya me tenía que ir—dije con una sonrisa amable.
—Es un idiota.
—Vaya, nunca había escuchado que alguien le dijera así a su pareja, me imagino que tienes tus motivos ¿no?
—Claro, no lo llamaría así por nada, es muy tóxico, sinceramente no se porque sigo con él, tal vez es solo por la costumbre.
—Me lo imagino—me miró con una ceja levantada, no entendía porque decía eso así que me apresure a completar mis palabras—es decir, el primer día los vi discutiendo un poco fuerte.
—Oh claro lo recuerdo—dijo riendo apenada—ibas pasando con un chico alto y moreno, ¿él es tu novio?
—No, claro que no, él es un gran amigo, lo conozco desde la primaria—informe riendo.
—Genial—sus ojos se iluminaron, alcé mis cejas sonriendo por su respuesta—es decir… que bueno que sean grandes amigos—sus mejillas estaban rojas y agachó la cabeza para esconder eso.
En ese momento recordé que la maestra de literatura no era una persona paciente y mucho menos accesible, pero es que me era casi imposible irme del lado de esa chica, no la conocía pero había algo en ella que me incitaba a conocerla.
—Creo que me tengo que ir, mi maestra no estará muy feliz viendo que todavía no regresó del baño.
—¿En qué clase estás?
—Literatura.
—Uy te entiendo esa maestra es una gruñona, me sorprende que no te haya venido a buscar—ambas reímos, y nuestras miradas volvieron a conectarse quedamos en un silencio para nada incómodo. Estaba apunto de despedirme de ella cuando habló.
—¿Cómo te llamas?—me pregunto con curiosidad.
—Las cosas son más interesantes si no sabes mi nombre y yo no sé el tuyo, ahora me tengo que ir—salí dándole una sonrisa, para apresurarme a llegar a la clase.
Y como lo pensé la maestra me reprendió por durar tanto en el baño, pero no me arrepentía, quería conocer a esa chica.
—¿Por qué te tardaste tanto en el baño?—preguntó Zac mientras le daba una mordida a su sándwich.
—Es obvio que se encontró a la chica de ojos verdes—aseguró Flor, y todos me miraron esperando una respuesta.
Diablos, ¿cómo hacían para adivinar siempre? Ellos sabían lo que pasaba con la castaña y no quería revelar detalles sobre eso o mínimo no en ese momento.
—Sí, me la encontré, hablamos un poco y hasta ahí, no pasó nada de lo que se imaginan.
—Bueno y tú ¿qué tal vas con Daniel?—preguntó Leo mirando a Neidan, el chico nos había contado que estaba saliendo con un chico muy lindo y nos tenía a todos al pendiente sobre ese tema.
—Voy muy bien—dijo con una sonrisa y sus ojos se iluminaron totalmente, se estaba enamorando no había duda. Terminamos nuestros almuerzos y nos fuimos a continuar las clases.
¿Qué se siente estar enamorado? Esa pregunta no me la hacía con frecuencia, pero desde que hablé con esa chica, la pregunta aparecía cada noche en mi cabeza, simplemente no podía dejar de pensar en ella, y eso me asustaba, no quería enamorarme, no creía en el amor, y no era buen momento para empezar a creer, sólo quería concentrarme en mis estudios.

ESTÁS LEYENDO
Ella
RomanceJamas había tenido una pareja, no sabía lo que era el amor y ni siquiera me interesaba averiguarlo... hasta que la conocí a ella. Portada hecha por: @Brigitte_idk. 🤍