Capítulo 19

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—Estoy emocionada por esto, estar contigo toda una semana va a ser perfecto—dijo recargando su cabeza en mi hombro pero al momento en que hizo eso yo la abrace poniendo mi mano al rededor de su cintura, por lo que su cabeza quedó entre mi pecho y cuello, sentía su respiración.

—Te quiero—me incliné para darle un beso en la frente y sentí que se acurrucó más en mi pecho.

Después de unos minutos sentí que ya se había dormido así que voltee a verla y si, ya estaba dormida, pensé en despertarla y decirle que recargara su cabeza en las maletas porque no creía que mi pecho fuera muy cómodo para dormir, pero cuando estaba apunto de decirle me abrazó de la cintura. Eso me hizo querer despertarla y besarla hasta que quedáramos sin aliento pero no, ella estaba cansada tal vez en la noche durmió muy poco, preferí dejarla descansar.

El amanecer se veía hermoso, hace mucho no lo veía y con la castaña a mi lado aunque estuviera dormida era lo doble de hermoso.

Recargue mi cabeza lentamente sobre la de ella intentando que no se despertará, también quería descansar un poco cuando Zac frenó la camioneta, al parecer ya habíamos llegado porque estábamos en un bosque muy lindo. Así que desperté a la castaña.

—Hey bonita, ya llegamos—dije moviéndola un poco, pero como vi que no respondía, decidí darle un pequeño beso, abrió los ojos poco a poco—ya llegamos.

—¿De verdad? Que vergüenza me dormí, yo quería platicar contigo—exclamó como niña chiquita.

—No te preocupes, te ves hermosa hasta cuando duermes—sonrió de manera tierna.

—Ya llegamos niñas—dijo Neidan que bajó de la camioneta agarrado de la mano de Daniel, vio a la castaña recargada en mí—¿está bien?

—Sí, sólo que estaba dormida y la desperté.

—Claro que sí, estoy emocionada—aseguró la ojiverde.

—Bien entonces hay que bajar todo. Acá están las cabañas—aviso señalando hacia delante.

Primero baje yo después ayude a la castaña, bajamos todas las maletas y caminamos hacia las cabañas ya que el camino era muy angosto para la camioneta de Zac, y eran hermosas las cabañas.

—Solo tienen una habitación y una cama, estas son planeadas para parejas, así que hay colchones inflables para el caso de Zac y Leo y Kristen y Flor, si quieren claro—sacó las cuatro llaves de su maleta—¿que cabaña quieren?

—Está que está aquí—dijo Zac tomando las llaves de la cabaña que estaba enfrente de nosotros, él y Leo se metieron a acomodar todo.

—Nosotras la que sigue—dijo Kristen, tomaron las llaves y se fueron.

—Bien chicas, ¿quieren la última o la penúltima?

—La última—dijo la castaña mirándome para ver si quería la misma, solo asentí sonriendo.

—Perfecto tomen, descansen un poco y acomoden sus cosas, nos vemos a la una de la tarde en el lago, tomen un mapa por si acaso, esto ya lo sabían los demás solo faltaban ustedes—aseguró Neidan tomando su maleta con una mano y agarrando la mano de Daniel con la otra. Esperamos que avanzarán un poco para caminar nosotras.

Abrimos la puerta de la cabaña, y eran más hermosas por dentro, la castaña pasó primero y se fue a la habitación para dejar la maleta, yo deje la maleta en la sala para ir al refrigerador, tenía hambre y tal vez la ojiverde también, estaba muy lleno de cosas para comer o para hacer algo, estaba pensando qué preparar cuando sentí que me abrazó por la espalda rodeando mi cintura con sus brazos y recargando la cabeza en mi espalda.

—¿Pasa algo?—le pregunté, porque no decía nada.

—No, solo quería abrazarte—afirmó abrazándome un poco más fuerte.

—Está bien hermosa—dije volteándome para quedar frente a ella. Ella tenía sus manos sobre mi cintura, yo puse mis manos en sus mejillas, después la bese sintiendo como lengua se adentraba en mi boca, corte el beso porque de verdad moría de hambre.

—Tengo hambre—ella sonrió.

—Yo también, se me antoja un sandwich ¿a ti no?

—Me parece perfecto, hay todo aquí para hacer un buen sandwich.

Nos preparamos 2 sandwiches cada quien y nos sentamos para ver la televisión, no los terminamos y apenas era el medio día.

—¿Quieres salir a explorar un poco?—le pregunté levantándome del sillón.

—Claro, queda una hora para vernos con los chicos—se levantó y salimos.

Ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora