Íbamos camino a su casa cuando entramos a una pequeña tienda para comprar lo que íbamos a comer. Al final salimos con muchas sabritas, palomitas, paletas y dulces.
—Oye ¿de verdad no hay problema de que vaya a tu casa sin que tus papás estén ahí?—pregunté un poco preocupada.
—Ya te dije 3 veces que no hay problema, no vamos a hacer nada malo ¿o si?—dijo sonriendo de lado y con sus cejas alzadas.
—Claro que no, solo veremos películas y ya.
—Ahí está, no tiene nada de malo eso, no te preocupes, aparte mis papás te quieren conocer, son las once ellos llegan como a las cuatro, los conoces y después te acompaño a tu casa.
—Está bien, conoceré a tus papás pero ya te dije que soy penosa, así que no soy buena con las palabras.
Solo se rio y seguimos caminando, hasta que llegamos a su casa, era hermosa y grande, color gris con blanco.
—Pasa—dijo abriendo la puerta.
—Gracias—entre girando la cabeza viendo lo ordenada que estaba su casa.
Me dio un recorrido rápido por toda su casa, me explicó algunas pinturas y cuadros familiares que tenía ahí, también me dijo que era hija única, hasta que llegamos a su habitación y me enseñó a su mascota, un hermoso hamster llamado Ragnar.
—Bien basta de hablar, veamos la película—dijo tirándose en su cama y cerrando los ojos. A lo que yo me acerque hasta ella para acariciar su mejilla de manera suave—dijiste que sólo veríamos la película y ya.
—Y eso haremos, no pretendo llegar a algo más con esta caricia—dije sentandome del otro lado de la cama deteniendo la caricia.
—Te quiero—exclamó parándose para sentarse de la misma manera que yo.
—También te quiero—me acerqué un poco para darle un corto beso—bien, ahora dime ¿qué películas te gustan?
—¿Quieres que te enseñe mis películas favoritas?—se levantó para ir a buscar una caja de madera.
—Claro.
Me enseñó varias películas, la mayoría eran de amor a lo que le hacía burla y ella contestaba dando un pequeño golpecito en la mano o en la pierna.
—Amo esta película: diario de una pasión, es de las mejores—aseguró emocionada.
—En eso estamos de acuerdo, la veo siempre con mi mamá—sonreí.
—¿De verdad te gusta?—cuestionó sorprendida, a lo que yo asentí con una sonrisa—mis amigas me dicen que esa película es para señoras pero ya veo que están locas.
—Somos unas buenas señoras entonces—dije riendo ella también lo hizo.
—Siempre he dicho que me tengo que casar con alguien que ame tanto esta película como yo lo hago, y creo que ya tengo una candidata—informó sonriendo y tomando mi mano—espera esta pregunta va a definir si nos casamos o no, ¿con quién debió de quedarse Allie?
—¿De verdad preguntas eso?, es obvio que debió quedarse con Lon, y no por el dinero, si no por la linda relación que tenían, él era el mejor.
—¿Cuándo vamos a preparar todo para nuestra boda?—preguntó risueña mientras enlazaba nuestras manos.
—Después pensamos en eso, todavía no hay que estresarnos, tenemos demasiado con la universidad, veamos la película—dije riendo.
Se levantó a poner la película y ahí estábamos, viendo una de las mejores películas, riéndonos, comiendo, y abrazándonos, era mágico estar así con ella. No se que pasaba entre la castaña y yo, tampoco sabía que nombre le pondríamos a lo nuestro, pero no apresuraria nada ella acababa de terminar con su novio.
Estábamos apunto de volver a besarnos, cuando se escuchó que abrieron la puerta.
—Mis papás debieron de llegar, ven te los voy a presentar—dijo tomándome de la mano para que la siguiera—hola papá, hola mamá—se separó de mí para darles un abrazo—Ella es la amiga, con la que salí el otro día.
—Mucho gusto—salude de mano a sus papás tratando de que no se notarán mis nervios.
—Y tú ¿cómo te llamas jovencita?— cuestionó su mamá con curiosidad, a lo que voltee a ver a la ojiverde.
—No tiene nombre mamá, tenemos un juego entre ella y yo, y es no saber nuestros nombres.
—Que juego tan extraño—afirmó su papá riendo—esta bien ¿quieres quedarte a comer con nosotros?—preguntó con una agradable sonrisa.
—Me encantaría, pero me tengo que ir porque mi mamá me quiere en casa antes de las 5:30, pero fue un placer conocerlos.
—Me parece perfecto que le hagas caso a tú mamá, eso habla muy bien de ti jovencita, y para nosotros también fue un placer conocerte—afirmó su mamá con una gran sonrisa.
—Bueno, iremos por sus cosas a mi cuarto, tal vez la acompañe a su casa ¿no hay problema?
—Si llegas temprano, no—dijo su papá a lo que ella contestó que sí y fuimos a su cuarto para tomar mis cosas.

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Ella
RomanceJamas había tenido una pareja, no sabía lo que era el amor y ni siquiera me interesaba averiguarlo... hasta que la conocí a ella. Portada hecha por: @Brigitte_idk. 🤍