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Al día siguiente, no pudieron moverse de casa, pues Rusia si que se había insolado y si tocaba algo de sol terminaría desmayado, Colombia para prevenirlo decidió tomar ese día como una oportunidad para compartir con el ruso, porque si bien lo había invitado a casa, pocas eran las palabras que compartían.

-¿Que quiere almorzar parce?, Ya que es el invitado y está todo quemado, le voy a cocinar lo que pida. - Comentó  animado acercándose al más grande, que estaba tirado en el piso de la sala, ya que era baldosa y estaba fría.

- Борщ суп - Respondió sin más, sin tener en cuenta que había respondido en su lengua natal.

-Marica no le entendí un carajo - Le miro con una ceja levantada-

-Sopa Borsch - Repitió, pero el colombiano seguía sin saber que era esa vaina. - Sopa fría  de remolacha - explico, moviendo su rostro del frío piso para mirar al contrario.

- Parce, ¿Y yo como hago eso? - se rasco la nuca con cierto nervio, la sopa de remolacha no sonaba muy apetitosa para el, pero tras pasar su mirada por el invitado (acalorado, rosa como un camarón y con cara de morirse), suspiró y Asintió. - Pero supongo que puedo aprender algo nuevo, bueno parce espere traigo algo para anotar y me dicta como es.

Se retiró de la sala y a los minutos volvió sosteniendo una libreta y un lápiz, prosiguió a sentarse en el piso al lado de su invitado.

El soviético al verlo listo, empezó a dictar los ingredientes y explicarle cómo se hacía, no tenía muchas esperanzas en el Colombiano, pero aún así le parecía agradable que se esforzará para preparar un platillo muy disfrutado en su territorio.

- Listo, entonces. - Repitió los pasos y los materiales escritos, para luego mirar como el sovietico asentía a lo que decía.-
bueno, pero luego no se vaya a quejar si queda feo.

Se levantó del piso y se fue a la cocina releyendo lo escrito en la libreta.

En la cocina se escucharon mil cosas, desde groserías e insultos para alguien que no había ahí, hasta gritos de que se había cortado, quemado y hasta intoxicado. Por varios segundos, el ruso pensó que el colombiano moriría ahí dentro.

Hora y media, hasta ahorita se veía salir al colombiano de la cocina, con dos platos hondos para dejarlos en la mesa.

-Pasa a la mesa, ya traigo los jugos. - El colombiano le avisó con un tono cansado, volviendo a la cocina.

El ruso hizo caso, levantándose del piso (al que ya casi se quedaba fundido) y sentándose en una de las sillas, mirando como había quedado la sopa.

Tenía un aspecto algo extraño, pero una buena presentación, así que suponía que podría confiar en el cocinero.

Colombia volvió con vasos y una jarra, una vez organizo y sirvió, se sentó frente al ruso y lo miró antes de hablar.

-La probé un poco mientras cocinaba, creo que no está fea, aunque no se a que sabe originalmente la que comes. - se sincero tranquilamente - También, eres suertudo de que tenga un montón de especias y cosas de cocina, o te hubieras jodido. - terminó con su típico tono divertido y sus típicas groserías, para empezar a comer en silencio.

El ruso Asintió levemente y la probó.

Bueno, no era tan mala.

O bueno...

No,no, no estaba tan mala.

Suspiró con cierto alivio y empezó a comer, si bien no tenía el típico sabor, era agradable y se veía el esfuerzo en esta, tanto, que diría que no sería raro encontrar un pedazo de dedo de Colombia dentro de esta, pues vio bien como las manos del cafetero estaban llenas de cortesitos que al menos ya no sangraban.

No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora