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Como habíamos dicho antes, el día siguiente fue de putear completamente al soviético. Este recibía sin problema los putazos, seguía feliz de que el tricolor haya aceptado lo de formar una familia juntos.

- y a la próxima vez que me trate a lo animal, le muerdo los huevos. - Terminó de amenazar y se echó en una de las hamacas, era la única forma en la que podía descansar sin que le doliera la cadera.

- Perdón por eso - Se disculpó de nuevo, acercándose a acariciarle la mejilla con cariño. - ¿Quieres que haga el almuerzo?

-Nah ñero, deje así. - Suspiró bajando los humos peleoneros. - Mejor vamos a comer al pueblo, ni ganas tengo de armar asado.

Luego de arreglarse y ser cargado por Rusia escaleras abajo, se subieron a la Jeep para manejar hasta el pueblo.
Cada bache era una tortura para la cadera de Colombia, pero él fue el que dijo que agarraran para el pueblo, así que ahora se aguantaba.

Llegaron a un corrientazo dirigido por una abuela, acostumbraban a comer ahí  cada que no querían cocinar, entonces llegaron y fueron a la mesa dónde siempre se sentaban.

- ¡Ay pero si volvió el gringo! - La dueña del lugar, una pequeña abuelita proveniente del chocó se acercó apenas vió que tomaban su mesa habitual.

- Hola, doña Flor. - El soviético la saludo animado, aceptando sin problema el abrazo que la mayor se acercó a darle.

- Pero cómo está de grande - Le jaló de las mejillas, realmente, Rusia ya no crecía más, pero doña flor siempre lo veía más alto.

Quizá porque ella apenas media 1.50.

-Bueno mijos, que van a querer hoy. - Agarró también la mejilla de Colombia, era su método de saludo.

- Yo el menú del día, doña Flor. - el cafetero sonrió divertido al ver cómo volvían a atacar de pellizcos las mejillas del soviético.

-Lo mismo. - Murmuró con cierta dificultad por la estirada.

-Ya les traigo - Se retiró luego de anotar los pedidos, volviendo a la cocina.

En pocos minutos volvió la señora llevando los platos, les sirvió carne con patacones en ahogao, arroz y aguacate.
Y bueno, como la señora los quiere, les mando un arroz con leche de postre.

Devoraron la comida de inmediato, la señora tenía, sin mentir, la mejor sazón de todo el pueblo.

Una vez terminaron todo, volvió doña Flor a la mesa, no solo para recoger, sino para echar chisme con ellos.

Ahí donde le ven, doña Flor era la mayor traficante de chisme en el pueblo, y cualquiera que quisiera saber algo debía ir con ella.

Se enteraron de una balacera, cuatro engaños, dos bodas, siete noviazgos y tres muertes (dos de ellas fueron por los engaños.).

Cuando terminaron el chisme, pagaron y se retiraron del lugar. En cualquier otro día se hubieran quedado en el pueblo dando vueltas, pero Colombia teniendo sus caderas casi destrozadas, prefirió volver a casa.

Eso sí, dejó al soviético manejar.

-Venga ñero. - El tricolor tomó de la mano al contrario para jalarlo por la casa, una vez llegaron a la sala, metió al más grande en una hamaca y luego  se metió con él.

Sería mentira si dijéramos que Rusia no pensó que le iban a cascar.

Pero el contrario solo se dedicó a recostarse en su pecho, abrazándolo por el torso.

-¿Pasa algo? - Le miró incrédulo, aunque le respondió al abrazo dejando sus manos en la cintura del tricolor.

-Solo quiero estar acurrucados. - Respondió simple, cerrando los ojos.

El soviético suspiró dando una suave sonrisa y subió una de sus manos para dejar mimos en el cabello del tricolor, pasarían una tarde muy cómoda.

Ya a la noche, se encontraban juntos cocinando algo de cena.

Como el dolor en la cadera de Colombia ya había bajado, este estaba enseñándole al contrario como preparar  changua.

-Y le mete un huevo. - indicó, para que el más grande rompiera un huevo dentro de la... ¿Sopa?.

-Esto es extraño. - Si bien ya había probado esa comida, seguía sin entender la existencia de esta misma, no le desagradaba pero tampoco se moría por ella.

-Pero sabe rico. - Metió una cuchara para mover con cuidado el huevo, así no se pegaba a la olla.

Cuando el huevo empezó a ponerse duro, el cafetero cortó un pedacito de este con la cuchara para ofrecerle al ruso. Lo probó con cierta desconfianza, pero sus ojos brillaron de lo rico que sabía preparado así.

-¿Podemos preparar todos los huevos así? - Enfoco su vista emocionada en el tricolor, que sonreía divertido por las reacciones de su pareja.

-No sea bobo, este es un lujo de la changua. - Tomó otro pedazo para que lo comiera y este lo recibió con gusto.

Les tocó meter otro huevo a cocinar, pues Rusia entre pedacito y pedacito terminó el que recién habían metido.

Una vez estuvo completamente cocinada la changua, la pasaron a platos y se fueron a la mesa a comerla mientras veían televisión.

No pusieron el canal de noticias, esos canales hijueputas no soltaban información completa sino lo que les convenía, así que optaron por ver fox, o bueno, "Star Channel".

-Nombre más marica el que le pusieron a Fox. - Rodó los ojos, aveces les daban ganas de mamar lo que no estaba haciendo nada.

-¿Lo compró otra empresa? - Rusia por su parte, bueno, no sabía ni que era Fox porque no veía tanta televisión.

-No idea ñero. -

Vieron algunas películas animadas que pasaron por el canal y finalmente dejaron los platos ya vacíos en el lavaplatos, eso de lavar al otro día ya se estaba volviendo una costumbre.

A lo largo del día había hecho mucho calor, así que decidieron entrar a dar una ducha juntos.

Por suerte para Colombia, la ducha fue solo una ducha, no hubiera aguantado otra ronda de "amor" luego de como lo destrozaron ayer.

Con pijamas puestas y cabellos secos, se metieron a la cama para simplemente hablar a oscuras.

Mitos de sus territorios, historias de cuando eran niños, el cómo eran sus familias, pasaron una gran cantidad de temas que terminaron agotando a ambos, luego de media hora ya no se escuchaba nada pues cayeron profundamente dormidos.

No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora