Rusia lo notó al instante, no fue solo por el agarre en su brazo, ni por el fuerte sonido de una jarrada de agua estrellándose con el piso, fue el pequeño susurro soltado por su pareja el que le indicó todo.
"Bebé" soltó el colombiano, mostrando una expresión de completo pánico.
Y sin perder ni un segundo más, tomó en brazos al contrario, adentrándose en el palacio a toda prisa.
Corrió por todo el lugar hasta llegar a una puerta indicada con un símbolo de cruz roja.
- ¡El bebé! - Casi rompe la puerta de la doctora a golpes, ésta últimamente se estaba hospedando en el palacio para esta emergencia tan esperada.
Apenas esa puerta se abrió, ambos fueron jalados dentro de la habitación y dirigidos al baño, ya estaba una tina preparada con agua tibia y varios elementos necesarios para el procedimiento.
La señora se veía en completa tranquilidad, alistando los materias y desinfectandolos.
- Por favor desvista al paciente y metalo en la tina. - Indicó desinfectando sus manos y luego colocándose guantes, tendría que ser de lo más precavida.
El cafetero no podía moverse ni responder, las contracciones eran constantes y le atacaban con fuerza, a duras penas se mantenía consciente y al tanto de lo que le sucedía. Fue por esto que el soviético se encargó de desvestirlo y recostarlo en la tina.
Se mantenía hablándole con una voz suave, contandole cosas diversas o lo que la doctora haría para ayudarlo, intentaba distraerlo del dolor o siquiera hacer todo menos estresante por este mismo.
La médica indicó por medio de miradas que empezaría el proceso, así que este enredó sus manos con una de las del tricolor, dejándole besos y permitiendo que el contrario le apretara ante el dolor.
Fueron horas dolorosas y estresantes, el agua se había teñido levemente de rojo por la sangre y el cafetero se veía cada vez más exhausto, aunque pujara no lograba ningún avance, y sentía como su fuerza se iba con cada intento fallido.
Jadeó intentado tomar bocanadas de aire, este era el último intento de los cinco minutos que tenían programados para pujar, por lo que soltó lo que pensaba era casi su pulmón.
-Viene la cabeza. -
Murmuró la fémina, y por fin escucharon algo consolador, pero empezaba la parte más difícil.
Colombia tomó por el pelo al soviético, mechoneandolo y sollozando ante todo el dolor por el que estaba pasando, más allá de bajar el dolor, sentía su cuerpo desgarrarse y parecía que solo empezaba una agonía.
Y salió la pequeña criatura, pero el dolor no se detuvo.
Miró desesperado a la licenciada, buscando respuestas a por qué el dolor no se reducía y sentía que este solo iba en aumento.
-V-viene otra cabeza. - La doctora, que hasta ahora se había visto relajada, abrió sus ojos y rápidamente terminó el proceso de bienvenida del frijolito, para ponerse en posición y recibir lo que parecía ser otro frijolito.
-¿¡ENTONCES HICISTE DOS, GRAN HIJUEPUTA MALPARIDO!? - Gritó desesperado hacía su pareja, agarrándole otra vez por el pelo para jalonearlo en medio de llantos rabiosos.
El soviético, que se veía igual de sorprendido, se dejó mechonear en silencio, se lo merecía por hacer sufrir tanto a su pareja. De forma inesperada.
Los gritos e insultos del más bajo llenaron la habitación, parecía que todo lo que no había podido gritar con el primer bebé lo hizo con el segundo, y vaya que gritó, todo el shock de dolor había quedado en segundo plano.
Sonó un "pop" muy literal, y finalmente salió el otro frijolito inesperado.
Ahí Colombia se pudo desmayar en paz.
Despertó en su habitación, con el mastodonte que tenía por pareja recostado a su lado junto a dos bultitos.
Se movió ligeramente y con eso bastó para que sintiera dolor punzante en toda su cadera, obligandolo a quedarse estático por unos segundos.Pero igual el dolor no impediría que viera a sus frijolitos.
Se removió de nuevo, ignorando el dolor para sentarse en la cama y mirar los dos bultos que el soviético mantenía abrazados aún estando dormido.
-Son... Mellizos...- Susurró para si mismo, observando la mantita de gatitos (La que estimaban para una niña) y la de perritos (la que estimaban para un niño).
Tras su susurro, varias lágrimas desbordaron de sus ojos, rompiendo su expresión serena y transformandola en una emocionada. Sin respetar el sueño del ruso, se le fue encima para abrazarlo entre sollozos y acunar a las pequeñas criaturas, que seguían tranquilamente soñando.
-Por fin despiertas... - La voz ronca y recién levantada del ruso resonó en los oídos del cafetero, que volteó a verle lloroso dando un leve asentimiento.
- Hijueputa - Sorbió mocos acurrucándose en el pecho contrario junto a sus bultitos. - Los amo.
Y se agarró a llorar con más fuerza, empapando la camisa ajena y recibiendo por parte del contrario suaves risas con palabras de cariño, de la nada se habían vuelto una familia grande.
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No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumans
AcakCountryhumans [Colombia x Rusia] ¿Quién no ha visto que cuando Colombia se enamora, lo pintan de tiernito, baboso y calladito?, Y más aún cuando menos lo quieren. Pues tranquilos jóvenes, que aquí, mostraremos que Colombia como buen colombiano que...