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Pasaron unas semanas más de tormenta y esta por fin dejó al territorio en paz.
Por un lado, estaban aliviados de que se acabará esa pesadilla helada, por el otro, bueno, algo decaídos pues significaba que el colombiano ya podía volver a su territorio.

El día anterior al viaje fue una larga y amena cita por toda la ciudad, comiendo en diversos lugares y visitando uno que otro parque o museo.

Luego de que Colombia dejara el territorio contrario, fue realmente difícil que volvieran a verse cara a cara.
En ambos países se habían llenado inesperadamente de proyectos, trabajos y papeleos que les impedían el viajar así sea por un día al territorio del otro.

Ahora solo se dedicaban a hablar por mensaje, videollamada y una que otra carta, pues sí, a ambos les gustaban esas pequeñas cursilerías como cartas, peluches, dulces y demás.

Pero justo ahora, estaba lidiando con una casi migraña.

-Parce, no me joda- El cafetero mantenía presionada su cien con fuerza, bastante fuerza, estaba más que emputado.

-No te j-jodo - Respondieron al otro lado de la línea, con constantes sollozos e hipidos.

-Usted espere y verá, esa mierda no se queda así. - Antes de que pudiera rechistar ante lo que dijo el tricolor, este le colgó.

Para saber por qué el colombiano se encontraba como el mismo demonio, era necesario mirar media hora atrás.

Era media noche, y el cafetero se encontraba tranquilamente durmiendo, hasta que su celular empezó a sonar con una llamada. Si hubiera sido otra persona, fácilmente habría respondido para putearle y luego simplemente colgar, pero tratándose de su querido amigo mexicano, no era capaz de hacer eso.

Contestó con pereza y una voz adormilada, pero tras escuchar ciertos sollozos, sus ojos se abrieron de par en par.

El mexicano estaba llorando de forma desconsolada al otro lado de la línea, con fuertes moqueos e hipidos, sonaba como cuando falleció su madre. Colombia, con preocupación y hasta espanto, se sentó rápidamente en su cama para preguntar varias veces que era lo que sucedía.

Le respondió luego de varias y repetidas preguntas por parte del tricolor, para dejar ir, con voz quebrada, el relato que hizo al cafetero hervir como tetera.

USA había engañado a México. El amante de lo picante vió como su pareja (relativamente vieja, hacía año y medio habían empezado a salir formalmente) besaba y toqueteaba al filipino a la salida de una reunión reciente.

Colombia entrelazó cavos, México hacía unos días le había contado que tendrían una reunión con USA y Filipinas, pues últimamente estaban tratando temas del pasado y demás. Y vaya que estaban tratando temas del pasado, si bien el mexicano sabía que esos dos hacía años habían tenido un amorío, estaba confiado del amor que le tenía el americano.

Esa parte fue la que más le molestó al tricolor, que sintió su corazón estrujarse al escuchar el dolor, decepción e ira en la voz del contrario. Con impaciencia, colgó la llamada y se levantó de su cama.

Viajaría ya mismo a Estados Unidos.

Y así como lo pensó, lo hizo. Luego de empacar unas cuantas cosas y agarrar su auto, tomó rumbo al aeropuerto y seguidamente el territorio del gafufo.

En su viaje se dedicó a hablar con su querido ruso por mensajes, este le respondía algo entretenido por la actitud del tricolor ante el problema amoroso de su mejor amigo, y no tuvo problema en asegurar que si necesitaba refuerzos para algo, el se los enviaría tan pronto fuera posible.

Sí, Rusia era algo (muy) complaciente con su novio colombiano.

- Dónde estará ese care'monda malparido - El avión había aterrizado hacía minutos, y este ya se encontraba corriendo por sus maletas para dirigirse a la casa del americano.

A los 20 minutos ya estaba en la puerta de la casa blanca, con una clara expresión de alma que el diablo llevó.

-Ese setentahijueputa va aprender a respetar al marica de México. - Arremangó su camisa a la par que se adentraba en la mansión, no hubo problema para ingresar, al ser un country aliado lo tenía permitido.

Entró llenando el lugar de gritos, groserías y fuertes pisadas, no tenía la paciencia para revisar habitación por habitación, así que mejor haría aparecer al gafufo a punta de bochinche.

Y lo logró, el infiel salió de una de las tantas habitaciones con apenas unos boxer y una clara expresión pálida. Cualquier otra persona hubiera pensado que el americano estaba durmiendo o algo, pero no era bruto, en ese corto tiempo de amorío que tuvieron hace años aprendió que el contrario no se sentía totalmente cómodo con su figura y prefería no tener que ver mucha de su propia piel expuesta, así que acostumbraba dormir con pijama o mínimamente una camiseta con un pantalón hasta la rodilla.

Sin esperar un segundo más, se acercó como una fiera para tomarle de los hombros con fuerza, haciendo al más alto (por unos centímetros) temblar.

- ¡C-colombia!, ¿What are you doin' here? - Sonrió con nervios, intentando saludarlo de lo más casual.

-¿Cómo que qué hago aquí sapo catrehijueputa?, ¿Ya se le olvidó lo que le hizo a México? - Sus palabras fueron como gotas de veneno, haciendo al de gafas tragar saliva, así que su suposición de que su pareja lo había visto siendole infiel eran verdad.

- I have no excuse for that... - Bajó la cabeza, arrepentido.- I know I'm doing wrong, I'm only hurting mex more.

-¿Y? - Colombia levantó una ceja, de forma inquisitiva. - ¿Qué hará frente a eso, malparido?

- ¿Break up with him...? - tan pronto soltó esas palabras, el cafetero le dió una bofetada.

- ¿Sin explicarle?, ¿Sin pedir perdón? - Sus labios se curvaron en una nueva mueca rabiosa. - Mire catremarica setenta malparido de mierda, usted va ir, va disculparse, va a hablar con él y van a ver cómo resuelven como pareja.

Sentenció con una mirada pesada, que hacía encoger al rubio.

- Si terminan será por decisión de ambos, no porque usted, desgraciado de la mondá, lo tira ante una infidelidad. - Le soltó de forma brusca, haciendo al contrario sobarse sus propios hombros con una expresión adolorida. - Y más le vale sacar a esa copia de Chile de aquí antes de que hablen con México, o yo mismo vendré y lo sacaré de las mechas.

Luego de darle otra mirada de advertencia, tomó sus maletas que había dejado tiradas en el pasillo y se fué de la mansión, iría al hotel donde México se estaba hospedando, pues sí, este no fue capaz de dejar el territorio de su amado.

No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora