No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumans

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Habían terminado de comer hace un rato, pero seguían sentados en la mesa sin hablar, querían la compañía del otro  así estuvieran en un silencio incómodo.

Rusia levantó la mirada al latino, se le veía dispuesto a decir algo, pero sonó el celular del tricolor.

Este revisó el mensaje que llegó, como no estaba mirando al rostro del soviético no sabía sus intenciones de hace unos segundos.

El más alto solo pudo notar diversas expresiones pasar por la cara del cafetero, primero demostró sorpresa, le siguió con un toque de duda... Algo de amenaza y terminó adoptando un rostro apenado, todo mientras observaba el celular.

-¿Sucede algo? - Levantó una ceja de forma inquisitiva, no sabía que podría ocasionar tantos cambios en el contrario en tan poco tiempo.

-Parce sea sincero -Colombia empezó a hablarle, había guardado el celular y ahora le miraba a la cara. - Yo le voy a preguntar algo y usted tiene que ser sincero, ¿Listo?

Rusia asintió de forma atenta, no tenía ni idea de que necesitaba saber su amigo

- ¿Ñero usted, usted le pidió mi mensaje de broma a Perú? - Soltó con una voz temblorosa, a la vez que su rostro adoptaba diversos  tonos carmesí.

El soviético sintió como se le fue el aire, no debió confiar en Perú.

Tragó saliva y desvío lentamente la mirada con toques de pena, sabía que Colombia ya lo sabía, no podía negarlo.

-Sí...- Murmuró en un tono bajo, sentía su corazón palpitar rápido por haber sido descubierto.

Colombia, que se había ido un poco sobre la mesa mientras observaba atento a la respuesta del más alto, volvió a acomodarse en el asiento y tamborileo con sus dedos en la mesa.
Estaba indeciso de preguntar lo siguiente, pero tras respirar hondo lo soltó.

-Rus... ¿Tú...te estabas masturbando con ese audio en el baño? - Su voz fue directa y nada temblorosa, pero apenas terminó de pronunciar eso siguió tamborileando los dedos de forma ansiosa.

Decir que a Rusia se le subieron los colores era poco, su blanquecina piel estaba entintada completamente de tonos rosas y  rojos por la pena en esos momentos.

El cafetero no necesitó mayor respuesta que esa, era más que obvia, así que se decidió a preguntar lo otro que le carcomía por dentro.

-...¿Por qué? - Su mirada la paso a un lado distinto de la habitación, no se sentía lo suficientemente fuerte para mantenerla conectada con la del contrario.

Sólo escuchó una silla moverse y pasos acercarse, para cuándo se fijó, unas manos acunaban su  rostro y le fue plantado un beso en los labios.

Su beso fue muy suave y de apenas segundos, Colombia parpadeó apenas dejaron el contacto.

-¿P-parce?- fue lo único que atinó a decir, tenía a Rusia a centímetros de su rostro justo después de un beso, y en su cabeza solo habían dos neuronas bailando bachata.

-Perdona por eso. - El soviético pensaba alejar sus manos y rostro, pero fue impedido por el latino, que enredó sus brazos en la nuca del más alto para devolverle el beso.

Alargó el beso a punta de movimientos, piquitos y mordidas suaves en los labios ajenos, solo se separó por falta de aire.

Ambos se miraron en silencio, procesando lo que acababa de suceder y guardando esa maravillosa imagen que tenían enfrente.

El cafetero dejó ir una pequeña risilla y con una mano acarició el rostro del más alto con cariño, luego de pequeñas caricias en la mejilla contraria, se volvió a acercar un poco para rozar sus labios, si el soviético no terminaba ese beso, entendería muchas cosas.

No tuvo que ser tan paciente, pues casi al instante Rusia conectó sus labios, y entre beso y beso empezaron las caricias.

iban todo lo contrario a apresurados, solo disfrutaban el momento de forma lenta y hasta cariñosa. Colombia se encontraba sentado en las piernas de Rusia,y en medio de caricias y suspiros el tricolor dejó ir una confesión.

-Me gustas.-

Susurró aún embobado por todo lo que sucedía, a la par que recostaba su cabeza de forma cariñosa en el pecho del contrario.

El sovietico, por su parte, sintió un vuelco en su corazón, este parecía haberse renovado y empezar a latir con más rapidez de lo normal. Cosa que  notó el tricolor, que al estar recostado en su pecho pudo sentir y hasta escuchar el gran cambio de velocidad.

Esbozó una suave sonrisa de felicidad, su amigo había aceptado su amor.

-Me gustas mucho, Rus. - Repitió tomando una de las manos ajenas para entrelazar sus dedos y darle besitos a estos.

Rusia sentía que con cada besito por parte del colombiano se derretía, su mente le gritaba mil cosas, pero entre las más resaltadas era el querer ser uno con el más bajo.
De forma decidida, se levantó de su lugar con el contrario en brazos, lo llevaba abrazado como un koala, siendo el contrario un koala que repartía muchos besos y caricias.

Llegaron a la habitación del más alto, y este con cuidado recostó al latino en la cama, dejando unas caricias ir por debajo de la ropa.

-Parce...-Le llamó suave pero prosiguió. - Más rápido.

Tan pronto como dijo eso, el mismo tricolor se quitó la camisa y tomó la mano contraria para dejarla sobre su pecho, buscando toques en esa zona.

-No esperaba eso - Admitió con cierta impresión el ruso, pero aún así dejaba  caricias gustosas en los suaves pezones de Colombia.

El mencionado se removía dando suspiros y leves gemidos,se sentía bien pero no completamente, hacía rato estaban de caricia en caricia y ya quería algo se acción.

Por lo que se decidió a buscarla el mismo.

En un pequeño instante que el soviético desvío la vista, el colombiano tomó ventaja y cambió sus posiciones, sí, había tumbado a Rusia en la cama y ahora este se encontraba sobre el más grande.

-Marica n-no se demore tanto...- Replicó mientras se dedicaba a frotarse con la entrepierna ajena.

Se mantenía entretenido sobre ésta, dando leves saltitos, frotándose y acariciándola aún sobre la tela. Pero el contrario se sentía en una tortura, quería liberar esas zona que se veía sofocada por el pantalón.

-C-coco, déjame abrir el pantalón - Pidió y dirigió sus manos a la zona, pero Colombia las apartó para abrirlo por sí mismo y a su manera.

Toqueteó por la zona de forma juguetona, y se tomó todo el tiempo del mundo para dejar salir al miembro del soviético, que de paso, casi en una forma de venganza, por poco y le golpea el rostro.