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Terminaron de comer y el ruso se ofreció a llevar los platos y lavar la loza, por unos segundos pensó que sería doloroso para el cafetero por todas las cortaditas.

El colombiano no puso mayor problema, pero lo siguió a la cocina parqueandose ahí a mirarlo nada más.

-¿Sucede algo? - El sovietico le miró de reojo, no sabía que sucedía con el colombiano y el porqué le seguía a la cocina para estar ahí sin más.

-Pues, aveces cuando alguien está en la cocina uno va y le hace un rato de charla para que no sea aburrido lavar la loza, pero no sé que hablar contigo. -Se cruzó de brazos mirándole de arriba a abajo, como queriendo saber que decir.

-Oh. - Soltó y volteo para seguir lavando.- ¿No te duelen las manos?

Se crispó el tricolor al escucharlo, no esperaba que se diera cuenta ni que le hablara de algo que pensaba que no le importaría al soviético.

-Arden un poco, pero no pasa nada. - Al fin le respondió, dándole una sonrisa despreocupada así supiera que el ruso no lo veía al estar de espaldas.

Su acompañante no respondió más, cuando terminó de lavar la loza se seco las manos y volteo a ver al otro tricolor, seguía en su lugar apoyado contra el mesón y de brazos cruzados.

-Vamos a curarte las manos. - salió de la cocina a buscar el botiquín del baño, estimaba que el colombiano lo esperaría en la sala ya que sintió como este le seguía hasta fuera de la cocina.

Volvió con este en mano y rebuscó un poco hasta encontrar las curitas, solo que estás eran para niños y con temática de animalitos.

-Son bonitas, por eso están ahí. - Aclaró el colombiano, sabía que miraría el tipo de curitas que compraba.

Sin mayor problema frente a eso, el ruso tomo unas cuantas para ir a curarle las manos al cafetero, que no hacía ni la más mínima cara de dolor, el ruso supuso que eso no sería nada para el tricolor pequeño, pues al tocar sus manos vio lo rasposas que estás eran, de seguro por trabajo duro.

Terminó y Colombia le agradeció con una sonrisa, este asintió en respuesta y se levantó a llevar el botiquín a su lugar, mientras volvía, habló.

-Debo volver esta noche a mi país, salieron unos temas políticos que tengo que atender. - Informó secamente, pero antes de que siguiera le interrumpieron.

-Ah, entonces deje lo llevo al aeropuerto parce. -Se levanto el colombiano dispuesto a ayudarle hasta con las maletas, esto por su típica cordialidad.

-No es necesario que me lleve, puedo tomar el tren. - movió una de sus manos en forma de que no sé preocupara.

-Ñero, aquí no hay tren - Se echó a reír fuertemente, dándose ciertas palmadas en la pierna por la risa. - Venga no sea modesto, yo lo llevo que de aquí a allá es un pasito.

Se retiró aún con sus carcajadas fuertes, el ruso solo lo miraba alejarse con una expresión extrañada de que no tuviera trenes.

Las siguientes horas fueron de Colombia ayudando a qué Rusia arreglará su maleta, dándole ciertos detalles de recuerdo (dulces típicos, leche de magnesia para la quemada, una ruana, café, algo de aguardiente y un peluche de un delfín rosado, uno de sus tantos símbolos animales.)
Al ruso casi que se le estalla la maleta de tanto que le dejo el colombiano de regalo, pero lo agradeció tranquilamente.

Luego de la maleta, se tomaron un pequeño tiempo para recorrer la finca en el atardecer, mostrarle algunos de sus animales y un poco de su flora y fauna, ya entrada la noche tomaron rumbo para el aeropuerto de Bogotá.

- Buen viaje - Sin previo aviso, el colombiano se acercó a darle un buen abrazo al ruso, que se puso estático ante esa acción. - Y parce cuando quiera volver me avisa y yo lo recibo con gusto en mi casa.

Le dió palmadas en el hombro y su amplia sonrisa, Rusia asintió ante lo que decía y agradeció por todo lo de su tiempo de estadía, antes de abordar su avión se despidió vagamente con la mano, mientras miraba algo divertido como el colombiano se le despedía enérgico y le gritaba que buen viaje.

No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora