No joda carechimba. [Colombia x Rusia] countryhumans

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Con seis y siete meses, fueron tiempos de problema.

Colombia cambiaba constantemente de ánimo y llegaba a discutir con el ruso, claro que muchas veces era como si él peleará consigo mismo, pues el soviético realmente no le ponía tanto problema.

Se encontraban en territorio colombiano, por lo que las mayoría de los problemas eran porque Rusia no permitía que el cafetero hiciera sus labores diarias en el campo, tales como armas bultos de fruta, ordeñar, movilizar sus vacas  y hasta cortar el pasto a punta de guadaña.

El abdomen fino y marcado del tricolor había sido cambiado por completo, este estaba más abultado y notorio (mucho más abultado y notorio),  lo que hacía preocupar al más grande frente a qué algún bulto cayera sobre él o una vaca le empujara.

Pero sabemos que el latino era terco, y mucho, así que de un momento a otro lo encontraban montado encima de una de sus vacas.

Hoy era uno de esos días.

- Coco bajate de ahí. - Indicó acercándose con cuidado el soviético, era uno de esos días dónde el contrario se había montado en una vaca.

-Gorda no me va tirar a ningún lado, ¿Cierto gorda? - Este dió caricias a la gran vaca blanca que lo sostenía, ésta solo estaba comiendo pasto.

- Coco enserio bájate, es peligroso para Frijolito... - Tragó saliva nervioso, justamente era la vaca del rancho que menos lo quería.

Fueron minutos estresantes para el ruso antes de que Colombia se bajará totalmente de la vaca, y una ves lo tuvo al lado lo agarró en un abrazo para llevárselo cargado a la casa, dándole fuertes sermones frente a lo que había hecho.

-Gorda jamás me tiraría. - Bufó cruzado de bajos luego de la larga charla sobre la salud y cuidados.

Hubiera seguido a hacer pelea, pero vio a su ruso con una mirada decaída y aún preocupada. Inhaló y dejó sus aires peleoneros a un lado, para acercarse y acunar el rostro contrario en sus manos, dejándole mimos y un corto beso en los labios.

-Ya pues, no me pondré a mariquear más por el día de hoy. - Prometió dando una suave sonrisa.- Mejor, vamos a comer algo al pueblo.

- Te dieron antojos. - Entendió el soviético, sí, cada que Colombia se iba para el pueblo es porque le había dado antojo de algo.

Las carcajadas por parte del tricolor afirmaron lo anteriormente dicho, haciendo suspirar divertido al más alto.

-Espere me baño y vamos. - Tomó rumbo a su cuarto, pero igual lo seguía su pareja. - Amor, me quiero bañar solo, no me voy a caer.

Murmuró avisándole al ruso, sabía que este tenía miedo a que llegara a caerse en el baño o le sucediera algo.

Tras sacarlo del baño casi empujado, se entro a dar una larga ducha. El paseo al pueblo fue básicamente comer, comer, descansar y comprar ropa, pues ya poca ropa le quedaba al cafetero.

También pasaron por donde doña Flor, que terminó mandándole a ambos una ollada de arroz con pollo para que comieran en casa, últimamente, esa era la comida que más pedía el cafetero.

Los últimos meses los pasaron en territorio ruso, no tenían armada la maleta para el hospital, pues prefirieron que la doctora de confianza fuera quien recibiera a frijolito en casa.

Y sí, aún era frijolito, decidieron dejar el  sexo de su frijolito como una sorpresa, lo que realmente importaba era que viniera saludable.

Estaban en otoño, con tremendos vientos y climas constantemente grises, pero eso no impedía que el preñado estuviera comiendo helado en el patio.

Era un embarazado muy problemático.

-Te dije que te abrigaras. - Rusia llegó con una pesada cobija, para sentarse al lado de su pareja y arroparlos a ambos con esta misma.

-No hace tanto frío. - Sonó despreocupado, pero se acurrucó contra este apenas se sentó.

El soviético le miro con una cara de "Te estabas congelando"  y rodó los ojos divertido, pasando un brazo alrededor del más bajo para acercarlo aún más .

Fueron 15 minutos de charla tranquila, pero el clima empezaba a empeorar, el viento soplaba con fuerza y las nubes se veían cada vez más oscuras, todo indicaba una fuerte lluvia, por lo que se levantaron para entrar al palacio.

Pero parece que una "lluvia" distinta se adelantó.

Las piernas del tricolor flaquearon y su rostro se puso palido, cuando se levantó sintió como si de su vientre hubiera caído una pesada bolsa de agua.

Rompió fuente.