Confianza
Deje de sonreír para poner una mueca inevitablemente — me encantaría, pero no puedo.
— ¿Como que no puedes? — me pregunto confuso.
— Theo, te juro que yo quiero, pero no puedo confiar en ti. Te juro que lo he intentado pero me está costando mucho. Lo siento — dije mientras los ojos me empezaban a picar. No entendía porque era tan complicado, si los dos nos queríamos, ¿Por qué no podíamos estar juntos? Pero supongo que a veces querer no es suficiente.
Theo suspiró para contestarme— Mira Alina, se que la he cagado, y no te pediré perdón porque se que todo lo que ha pasado no se arreglará con eso. Pero de verdad que te quiero, y no pienso dejarte ir tan fácil, voy a conseguir que vuelvas a confiar en mi, me cueste lo que me cueste, incluso si tengo que sacrificar mi propia vida para que sepas que te amé hasta mi último aliento, porque esos son mis planes en un futuro, estar siempre contigo. Mucha gente dirá que aún somos muy pequeños para esto pero yo tengo claras las cosas y no descansare hasta conseguir mi objetivo, hacerte feliz. Ya había notado que no estabas bien con esto y la verdad que no se como hacer para que puedas confiar en mí otra vez pero por favor, dame la oportunidad de al menos intentarlo.
— Theo — susurró ella con la voz entrecortada — como no te voy a dar una oportunidad precisamente a ti, no hay nada que quiera más que volver a confiar en ti como antes.
— Gracias — dijo el de la misma forma mientras me abrazaba. — de todas formas, aunque todavía no aceptes quiero que te quedes con esto. — dijo dándome la caja que me extendía antes.
— Theo no es...
— Ábrelo — me interrumpió. Suspiré y empecé a abrirlo .
Una vez abierto no podía creer lo que estaba viendo. Era una gargantilla, sencilla y discreta pero sin duda era muy elegante y bonita. Era color plata con una pequeña piedra circular en el medio de color verde esmeralda.
No era en si la gargantilla lo que me impresionó sino el significado que tenía para Theo. Era la gargantilla de su madre y el la llevaba siempre a modo de pulsera desde que esta murió.
— Theo enserio no puedo, esto debes de tenerlo tú. — el negó con una sonrisa.
— Ella me dijo que la gastara yo y que cuando encontrase a una persona que me llenara, a quien me marcaría para siempre pasase lo que pasase se lo entregara. Quiero que te la quedes tú.
— ¿De verdad? — el asintió. — supongo que esto hace que te ganes gran parte de mi confianza de nuevo.
— Pensaba que eras de esas a las que no le importaba lo material — dijo en broma.
— No me importa, pero se lo que es para ti este colgante. — rodé los ojos.
— Me alegra saberlo.
— ¿Me lo pones? No me gustaría que se me perdiera.
— Claro — se acercó para engancharlo mientras yo apartaba el pelo de mi cuello. Sentí sus manos frías y al momento volvió a sentarse frente a mí.
— Gracias
— A ti — me contestó sonriendo. — Deberíamos ir ya a la sala común, es tarde, en unos minutos vendrán a hacer turno los prefectos de Gryffindor. Recogimos y como había dicho Theo, nos fuimos a la sala común de Slytherin donde nos despedimos con un abrazo para ir a nuestras salas comunes
• • •
Poco a poco, con el paso de los días Theo y yo volvimos a ser los mejores amigos que éramos siempre, con la diferencia de que ambos sabíamos (y por fin reconocíamos) que había sentimientos mutuos de por medio.
Theo fue recuperando mi confianza con detalles pequeños que demostraban que se preocupaba por mi, que me cuidaba y que me escuchaba (aunque eso era algo que ya sabía supongo que necesitaba que me lo reafirmara).
Después de todo por fin podíamos ser amigos en público sin que nuestros padres metieran. La única que se metía de vez en cuando era Daphne, no por celos sino por incordiar.
La segunda prueba del torneo pasó dejando a Harry y Cedric empatados en primera posición, a Krum en segunda y a Fleur en tercera.
Ahora me encontraba con mi Jarvey, King, en el lago negro.
De pronto senti como alguien se sentaba a mi lado. Gire la cabeza para ver a mi mejor amigo. No dije nada me limité a mirarlo unos segundos mientras pensaba en cuanto había echado de menos estar así de bien con él, en que hacía un mes pensaba que jamás iba a volver a hablar con él como antes.
— Si me sigues mirando me desgastaré — me dijo el de pronto. Aparté la mirada sonrojada y el rio. Podría ser feliz escuchando su risa toda la vida.
¿Como es que dos personas que se querían entre si no podían estar juntas por la confianza, por barreras puestas por ellos mismos sin quererlo? Por mi misma en concreto.
Eso ninguno lo sabíamos; sin embargo los dos teníamos la sensación que no tardaríamos mucho en poder estar juntos. ¿Tal vez estábamos equivocados? ¿O no? Lo que sí sabíamos es que para dos personas que se quieren esperar toda la eternidad no importa si saben que al final terminarán juntos.
King que hasta ahora había estado campando a sus anchas se acercó a mí.
— Alina... Oh TUU — dijo mirando a Theo. — tú eres el idiota que ha estado siendo un capullo con Alina — fue hacia el con intención de morderlo pero lo detuve con una carcajada.
— King, no te preocupes, ya te lo explicaré todo, solo... ahora no le hagas nada. — el jarvey accedió a regañadientes.
— Ya no me cuentas las cosas o que?
— No es muy normal que alguien le cuente los cotilleos a su mascota.
— Soy una criatura mágica que habla y que le gusta el chisme, no soy normal. — reí divertida. King había sido, desde luego, un gran amigo desde hacía tiempo y no sabía que haría sin mi pequeña mascota a la que consideraba un amigo más.
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Yin - yang • Theodore Nott
Fanfiction"𝐏𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐮𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐦𝐮𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐜𝐚𝐮𝐬𝐚 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞" Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling a excepción de Alina y algún personaje secundario má...