XXXIX

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Escape

Los días pasaron y Alina no sabía ni la hora que era

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Los días pasaron y Alina no sabía ni la hora que era.

Nada más llegar a la mansión Riddle, cómo era obvio, quisieron hacerla mortifaga pero ella se negó en rotundo, así que la metieron en el calabozo.

El tiempo que la pelirroja llevaba en la mansión Riddle se había basado en estar allí sentada pensando en una forma de escapar de las torturas que trataban de convencerla de unirse.

Se encontraba débil e incluso alguna vez se había planteado aceptar, solo con tal de que le dieran un respiro, pero no, no podía decepcionar a sus amigos de esa forma y mucho menos a Cedric.

Mientras estaba en el calabozo un Theodore completamente vestido de negro entraba por las puertas de la mansión Riddle junto a su padre.

Había una reunión de mortifagos y como algunos de ellos, el señor Nott había llevado a su hijo, aunque este no entraría a la reunión, se quedaría esperando en el salón.

Narra Theo:

Mi padre me dejó en una sala con muy poca luz y de colores oscuros, era muy elegante y tenía dos sofás enfrentados de cuero negro. Me recordó un poco a mi casa, no era para nada algo acogedor.

Habían 5 personas más pero allí no se encontraba ninguno de mis amigos, así que, me senté en uno de los sofás junto a un chico rubio que conocía tal vez de haber visto por los pasillos de Hogwarts y a continuación, abrí el libro que me estaba leyendo.

El tiempo pasaba y yo apenas me había leído tres paginas y sin enterarme de nada pues cierta pelirroja inundaba mis pensamientos.

Estaba preocupado, a decir verdad lo estaba desde que se despidió de mi en la estación, sabía que algo malo ocurriría.

Ahora estaba el doble de preocupado, le había envidado cartas y no había respondido ninguna. Nunca pensé que diría esto pero ojalá que sea por que esta enfada conmigo y no por que le haya pasado algo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un grito desgarrador.

— Uff, parece que alguien no lo está pasando muy bien. — dijo con un tono bromista el chico sentado a mi lado, los otros que estaban allí rieron por lo bajo mientras que yo rodaba los ojos.

Bueno, no los culpo, son hijos de mortifagos y yo era la excepción, no la norma. Ellos no conocían el verdadero amor, y yo si, tuve una madre que si me quiso y ahora la tenía a ella.

Lo único que me hacía mantenerme cuerdo en este mundo de locos era ella, Alina, ella me hacía ser mejor persona, y ahora que no estaba temia volverme como mi padre.

De nuevo ese grito desgarrador, solo que está vez lo reconocí, no supe si ponerme feliz o preocuparme.

Era Alina, ya sabía dónde estaba, pero esos gritos solo me hacían ponerme en lo peor. Tenía que rescatarla aunque me costase la vida, tenía que pensar en un plan. Estaba aquí, muy cerca de ella, era ahora o nunca.

Mi mente se puso a trabajar con rapidez, ahora no podía hacer nada, había alguien donde la tenían y yo no tenía ninguna oportunidad contra cualquier mortifago.

No se me presentaba ninguna idea y la reunión estaba a punto de terminar, normalmente se quedaban hablando un rato entre ellos, "socializando", nos presentaban...

Tal vez sobre la marcha se me ocurriría algo y si no al final me escabulliría y que fuese lo que Merlín desease.

Unos minutos después uno de los mortifagos abrió la puerta de la salita en la que estábamos y nos dijo que ya podíamos pasar donde la reunión.

Al entrar allí había una larga mesa con sillas al rededor y en pie estaban los mortifagos.

Pude divisar a mi padre hablando con Peter Pettigrew.

Ese hombre me parecía simplemente repugnante, parecía una evidencia de que los hombres no descendemos de los monos si no de las ratas, y se notaba de lejos que era un cobarde.

Al acercarme a ellos mi padre me presento y yo intenté poner mi mejor cara de niño obediente, de veras que lo intente, pero tal vez se me divisase en la cara una pequeña mueca de asco cuando el me estrechó la mano, que trate de disimular enseguida.

— Bueno Nott, yo tengo que bajar la comida a la presa. Nos vemos luego. — y en ese momento algo en mi hizo click y se encendió una bombilla en mi cabeza.

— Si quiere puedo bajarla yo y usted sigue hablando con mi padre — dije. Mi padre puso cara de orgullo al ver que yo estaba dispuesto a ayudar en algo relacionado con el señor tenebroso.

— Está bien. — me dio un trozo de pan y un vaso pequeño de agua junto con las llaves del calabozo.

Me fui de allí y seguí las indicaciones que me había dado hasta llegar a una puerta, la abrí con una de las dos llaves.

Una vez abierta la puerta, baje las escaleras a las que daba y vi una especie de celda, allí, tirada en el suelo se encontraba Alina.

Cogí las llaves y enseguida abrí la puerta y me metí, le tomé el pulso. Estaba viva.

Solté un suspiro de alivio. La moví e intenté despertarla pero estaba inconsciente.

No recuerdo exactamente mis pensamientos en ese momento pero la cogí en brazos dispuesto a cargarla hasta la salida.

Cuando había subido ya todas las escaleras me di cuenta de que no podía salir por la puerta, todos me verían. Los estupidos nervios y la adrenalina me estaban jugando una mala pasada.

Vi una ventana, estábamos en la planta baja así que no lo pensé, la abrí y me puse sentado, con los pies hacia fuera, tan solo había un metro de distancia entre el suelo y la ventana.

Salte con ella en brazos.

Otro fallo más en mi plan improvisado, como iba a salir de allí? No sabía aparecerme.

Aún así seguí andando, cuanto más lejos de esa casa mejor.

Camine durante un rato, por suerte no me había encontrado a nadie y yo ya estaba en una carretera cercana. Me senté en el borde. Ya deberían haberse dado cuenta de que no volvía y de todo lo que había ocurrido pero necesitaba descansar, no aguantaba más.

Le acaricie un poco el pelo y la cara a mi pelirroja.

A los dos minutos ya estaba dispuesto a seguir pero escuche pasos acercándose hacia mi.

Gire la cabeza hacia la izquierda. Era uno de los mortifagos. Debían haber salido a buscarme varios.

Mal momento para quedarse paralizado en vez de correr o hacerle frente con la varita, pero que decir, no soy un Gryffindor.

Yin - yang • Theodore Nott Donde viven las historias. Descúbrelo ahora