CAPITULO 8

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ESTE CAPITULO VA DEDICADO A TODAS ESAS NIÑAS QUE SUFRIERON A CORTA EDAD , ERES FUERTE PRECIOSA, SIN IMPORTAR DE QUE SUFRISTE ERES SUPER FUERTE. 


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— esa no puede ser tu solución para todo, princesa — me regaña con cariño una de las personas que mas significan en mi vida, el ser que me dio la vida, sus ojos verdes me miran buscando algo que en ese momento no tenia presente que era. 

— lo se mami, pero es que,  papa se enojo mucho conmigo— bajo mi mirada por que la tristeza de verla llorar no me dejaba vivir en paz y mas sabiendo que yo era la culpable de eso,  mi madre al ver tal acción,  alza mi vista poniendo sus manos en mi barbilla, una lagrima silenciosa abandona mis ojos pero estas son rápidamente quitadas con delicadeza, cuando mi mirada se clava en la de ella ver sus parpados hinchados me genero una tristeza que no había experimentado a mi corta edad.  

Otra lagrima resbala de mis ojos, solo era una niña de 8 años que se escapaba cada vez que era regañada o cada vez que sus padres se enojaban entre ellos, aquel día no había sido la exención ya que mi padre el día anterior me había regañado, porque accidentalmente por estar jugando con Liz, mi prima, ella le lleno toda su oficina de agua, ya que nos encontrábamos jugando con unas pistolas de agua, que mi tía Carla la madre de Liz,  me había regalado. 

El regaño me lo lleve yo principalmente, porque mi prima no decía nada, no dijo que ella había sido la que mojo la oficina, pero yo no lo vi como malo, ya que seguro se había asustado de ver el rostro de papa, porque sus gestos de disgusto nos dio a entender que estábamos en problema, yo me eche la culpa,  para que a mi prima no la regañaran,  porque sabia que mi papa solo me diría que "no lo volviera hacer", o eso pensaba yo,  porque ese día fue diferente,  en un momento que nos estábamos echando agua, mi prima arrojo mucha agua en unos papales que papa necesitaba entregar, y aunque el es el dueño de la empresa, eso no importaba en esos momentos. 

En el momento de el regaño mi padre me genero miedo, por la manera en que me gritaba y me zarandeaba, fue la primera de muchas que me hacia eso,  yo no entendía, apenas tenia 8 años y no comprendía por que ese enojo hacia mi, las lagrimas no tardaron en hacer acto de presencia, mi madre no estaba en casa, así que cuando mi tía Carla llego a "ayudarme" decidí salir corriendo a mi habitación que se encontraba en el segundo piso de la casa.

 En el cuarto seguí llorando, en realidad era muy llorona todo me afecta, un regaño, una discusión, no importaba quien era, yo me sentía en la piel de esas personas y sin yo esperarlo o quererlo, las lagrimas abandonaban mis esmeraldas, era como si no pertenecieran a mi, porque yo no me sentía triste muchas veces, no sentía nada pero no podía presenciar ninguna discusión o regaño, por ellas salían de mi y yo solo me daba cuenta cuando me lo hacían saber.

Siempre e sabido que me veían con lastima, por ser la débil, la que todos menospreciaban, la que todos cuidaban con lupa por miedo a romperla, por eso, siempre era el blanco de las humillaciones de mi primos, yo siempre terminaba llorando pero muy pocas veces fueron porque eso quería o porque tuviera ganas, siempre era como si ellas no fueran mías y salieran de mi, sin mi consentimiento, como si buscaran a su verdadero dueño.

En las cuatro paredes de mi habitación me aferro a mi oso de peluche, el cual tenia desde que tengo uso de razón, mi familia se basaba en la buena comunicación, la relación que tenia con mis padres a mi corta edad, era tan buena que yo los consideraba mis amigos, después de una discusión mi padre siempre venia a mi habitación y me decía que" todo estaba bien, que no estaba enojado conmigo", pero ese día no lo hizo, ese día no me sigue, ese día todo cambio.

Perfecto Engaño [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora