CAPITULO 52

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Mía

(52)

Traiciones.

Me encuentro en vuelta por el mar y en el lugar que jure no volvería, que estúpida y mentirosa soy en algunas ocasiones.

Entro por las enormes puertas que me dan la bienvenida a el castillo que se impone, siendo el centro de esta isla donde el libertinaje, la diversión, pero sobre toda la adicción es lo que los mantiene vivos. y se podría decir que se parece mucho a las vegas, donde ni el día es impedimento para perderse en las mieles de la lujuria, el pecado y sobra la euforia.

Todos los empleados que se encuentra en la enorme infraestructura medieval pegan sus parpados en mí, aunque no detalle el rostro de nadie, siento sus pesadas miras en mí, como si se preguntaran ¿de dónde vengo? o ¿qué hago en estas paredes viniendo de la mano de la persona que se hace llamar su jefe?, camino con la cabeza alzada, restregándoles y haciéndoles ver que no pertenezco a el grupo chicas de una sola noche, como sé que han desfilado por este pasillo.

Cogidos de manos nos dirigimos a el comedor, losé, ya que conozco cada espacio, cada rincón, cada secreto de este lugar y eso me hace caminar segura a su lado, pero todo se me nubla cuando al entrar lo primero de lo que me percato es al chico de ojos miel, el cual se encuentra al final de la mesa, en el puesta que le pertenece a su hermano, más, cuando al llevar a su mirada lo primero que refleja es confusión y duda que se disipa al bajarlas a mis manos que se encuentran unidas al hombre que tengo al lado, pasan muchas emociones por su rostro pero la que más me cala e s la de decepción y asco para después volver a dejar la que siempre le muestra a las personas de su alrededor que es la de culo, esa que te dice te pueden meter un palo por el ano y a mi me daría igual, pero eso me hace soltar la mano de Agnes en segundos.

Soy consciente de la acción y me pregunto el ¿por qué?, encontrando la respuesta rápido, algo en mi pecho me arrastra, algo que me dice que no está bien lo que estoy haciendo, también llega la incógnita ¿desde cuándo a mí me importa lo que está bien o lo que está mal?

Desde que viste la decepción en su rostro... me dice una voz en mi interior que quiero callar con argumentos de peso, pero no los encuentro, solo siento que estoy haciendo algo malo y que me incomoda que él me vea con el hermano.

Mi reacción al parecer no pasa desapercibida para ninguno de los dos, uno demostrando en cada expresión que no le interesa, saliendo de la sala minutos después, veo por el pasillo que se largó y el sentimiento de querer seguirlo y explicarle me altera, no entiendo que pasa con mi cuerpo y mis pensamientos al tener estos pensamientos, acaso albergo sentí.... No, no puedo permitirme eso, acaso soy una niña que no sabe lo que quiere, acaso no estaba hace poco fomentando que el chico que tengo al lado el cual me mira con confusión y enojo me gustaba, ¿qué pasa contigo, mía?

— Al parecer no le gusto, que estuvieras aquí — me saca de mis pensamientos, el hombre que me acompaña mientras avanza a la silla donde minutos atrás estaba sentado su hermano.

No respondo porque no soy capaz de dar una respuesta coherente ante esa acusación, ya que algo me lleva creer lo mismo, me invita a que tome asiento en la silla que a su derecha y sin vacilar voy a ella; cuando llega los deliciosos platillos, comienzo a comer ida sin dejar de evacuar la ira que me reflejaron los orbes miel de Adler, y es como si se incrustara en mi interior, estoy consciente de que estoy cometiendo un grave error al sentir esto.

Terminamos de comer y retómanos la caminata, donde contemplo con más detalle el castillo, robando algunas cosas mi atención más de lo debido, pero sin duda, lo que más se la lleva es el enorme cuadro de la chimenea que se encuentra en el centro del lugar, no lo detallo ya que él me invita a seguir con el recorrido y al ver con detalle sé a dónde me llevara, ya había ido a este lugar y cuando su alcoba se aprecia ante mis parpados no hago nada, solo la detallo, observando el escrito que se encuentra a un lado, donde se diferencia de las cosas que lo llenan, una foto de él, con su hermano y una mujer que da la espalda a la cámara.

Perfecto Engaño [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora