CAPITULO 25

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MIA 

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MIA 

(25)

"Date a conocer"

La conversación acerca de la isla todavía se encuentra siendo tema de conversación en nuestra improvisada reunión, llegando a la conclusión de que el Inicio de todo es el grupo de chicas que extorsionan a doraliz, pero la verdad es que mi barriga comienza a hacer ruidos extraños lo que me hace sostenerla y mirar mal a mía; que hace como si no pasara nada, en eso niego y doraliz va a su bolso para después sacar un dispensador de comida que se ve deliciosa, como si fuera un depredador cuando me la ofrece no dudo en arrebatarlo de sus manos.

—¡MÍA!— gritó liz y yo le saco el dedo del medio.

— por su culpa no hemos comido en todo el día, ¡no me culpes!— camino a la cocina para calentar la comida, no me gusta fría.

— no fue su culpa estúpida.

— si lo fue, idiota.

— eres tan...... — ella balbucea buscando en su corto vocabulario las siguientes palabras yo solo alzo unja ceja esperando su ofensiva — inhumana.

— gracias, lose — una sonrisa de superioridad se crea en mí, esta rueda los ojos, pero cuando la comida está caliente busca el plato para que le sirva; yo alzo una ceja y esta me saca la lengua.

— que madurez — el sarcasmo evidente en mi voz.

— cállate y sírveme.

Después de que nuestros platos se encontrarán llenos, regresamos a la sala y hay encontramos a una doraliz con un lápiz y un cuaderno; estaba dibujando algo pero rápidamente lo esconde en su mochila, yo la miro con desconfianza y le iba a reclamar pero liz me dio con el codo.

— bueno continuemos....

— en realidad, le quería dar esto — después de eso la chica de gafas se voltea y saca de su mochila una gran suma de dinero; lo que a mi me hace sonreír y a liz negar.

— no es necesario.

— si lo es, ustedes dieron lo que tenían por mi, yo simplemente lo estoy devolviendo — afirmó doraliz .

— si liz no lo agarra; yo si, no me gusta la caridad pero esta plata es mía, ya que liz te dio la nuestra — agarró el dinero y veo como liz me mira mal yo solo me encojo de brazos, me dan ganas de contarlo pero las dejo de lado.

— gracias — <esa obviamente no fui yo>.

— tranquila, liz tiene razón esa era su plata. — después de eso está mira el reloj — ¡oh por dios! ya está entrada la noche, papá me matará.

Recoge sus cosas de manera apresurada y yo miro hacia afuera por la ventana que se encontraba abierta; nose en qué momento pasó pero en efecto las calles de nuestra calle están oscuras.

Perfecto Engaño [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora