Perfecto Engaño [TERMINADA]

CAPITULO 54

Mia

Olvidarlo todo

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Los verdugos algunas veces se compadecen de sus presas, dejándolas en libertad tras demostrar que merecían algo más que simplemente rogar clemencia y perdón por algo que hicieron las bestias, porque la vida esta tan jodida que las victimas llegan a un punto donde son los malos, los dañados y los repugnantes.

A mí me tocó ser esa victima convertida en victimaria, sin haber hecho nada para convertirme en ello.

Una victimaria que, con tal de salir de las manos de su verdugo, le toco matar, ejecutar, torturar, pero sobre todo perderse a ella misma.

¿Desde cuándo luchar por sobrevivir se convirtió en la frase para ser despreciados por la sociedad?, mis recuerdos cuando fui liberada o más bien, como yo me liberé de mi encierro, no son agradables para nadie.

Recuerdo bien cuando llegue a la casa y lo primero que escuche fue un ¿estás bien?, deseaba gritar a los cuatro vientos no, no lo estoy, pero no lo hice, porque la chica que deseaba ser rescatada murió en ese encierro donde se dio cuenta, que ella se tendría que convertir en príncipe y princesa si quería escapar de ahí.

Fue humillante cuando me sometieron a esas pruebas para comprobar que todo estuviera "bien conmigo", pero he ahí mi error, llevar al extremo hacer todo por sobrevivir, porque lo hice y lo único que eso hizo fue que las personas me miraran con asco, me repudiaran hasta mi padre no me dirigió la palabra unos cuantos años.

Hice cosas de la que no me siento orgullosa mientras estuve bajo el poder del hombre de los ojos tan grises, llego un punto donde me tuve que volver más inteligente que él, si deseaba escapar y así lo hice y por mis decisiones me convertí en la mala y en la que no merecía justicia.

Despertar por una de mis tantas pesadillas no es novedoso para mí, desde que su rostro apareció nuevamente en mi campo de visión, al regresar el, regresaron las inseguridades, los miedos y la moral ejecutándome, sintiéndose como latigazos, aunque muchos decían ya no la tenía.

Es marte, 5 de la madrugada y yo no he pegado el ojo desde que una pesadilla me hizo levantar a las 2, miro el techo como si fuera lo más interesante en toda la habitación y en realidad lo es, ya que la imagen de liz y mía me recibe, recuerdo que la pegue ahí el día que se fue, para recordarla y así no sentirme sola, estamos en mi antigua cuidad fue el día que nos proclamaron como diosas despues de nuestra última pelea nos vemos horribles, magulladas y llenas de sangre pero la sonrisa de la victoria no abandona nuestros rostros, asegurándonos que para llegar a dónde quieres, debes hacer sacrificios y que esos muchas veces están ligados a perder tu integridad.

(....)

Desayuno con la cabeza gacha sin mucho ánimo de hacer nada, desde que el pasado se tomó la libertad de regresar sin mi permiso a dañar lo poco que había construido a esto se ha resumido mi vida a una, dónde los matices de los colores que veo solo van del negro a ese gris tan repugnante que me genera muchas emociones divida.

Una es ira, rabia, asco, ansiedad mientras el otro es deseo, satisfacción y aunque lo niegue confort y felicidad.

Los mismos colore, pero generan significados diferentes cuando son recordados por mis inconsciente, pero que al igual son nocivos, no obstante, el segundo es el más dañino de la ecuación.

Siento como me tocan el hombro y mi cuerpo al estar en estado alerta todo el tiempo levanta el cuchillo que tenía en la mano, mirando a el lugar donde vino el golpecito con la respiración acelerada, cuando veo los ojos llenos de miedo de doraliz, algo en mí se alerta soltado el cuchillo mientras le dedico una mirada de disculpas y salgo de esas 4 paredes que me estaban comenzando a asfixiar.