Liz
(40)
La preocupación es lo único que me aguarda el corazón no se nada de ella desde ayer, los pensamiento de que es mi culpa que mi mejor amiga y prima no esté conmigo, me albergan no se lo que le paso a mía pero algo me atormenta diciéndome que es mi culpa.
Si tan solo le hubiera hablado claro, con la verdad desde un principio ahora no estaría preocupada por ella.
Miró por la ventana cada vez que siento una moto aproximarse, solo para darme cuenta que no es la chica de ojos verde no tener ni rastro de ella después de lo que pasó ayer, me llena ansiedad.
Las preguntas de ¿si le paso algo? ¿Dónde esta metida? o ¿si la secuestraron? hacen que las ganas de llorar sean más frecuentes en mis mejillas.
Pero es que si no le ocurrió nada malo, ¿Dónde más podría estar? solo trata con doraliz en este pueblucho como es posible que ni con ella se hubiera puesto en contacto.
Cuando siento mi teléfono corro a él.
— aló...
— ¿ya sabes algo de mía? .. — al escuchar su voz se que es doraliz lo que me hace suspiro en decepción ya que creía que sería mi prima.
— no nada, nose que el abra pasado ya me estoy preocupando...
Se escucha un pequeño silencio de la otra línea.
— no puedes dormí sola en tu casa, que te parece si te voy a buscar y le preguntamos a mi padre.
— ¿pero que sabrá el?...
— el tiene muchos contactos liz, de pronto si nos ayude — después de escuchar aquellos cuelgo y corro a buscar una muda de ropa para ir a la casa de la chica de los anteojos, me preocupa que mía venga a la casa y no me encuentre, así que dejo una nota avisándole Donde estaré.
A los pocos minuto llega doraliz con su chófer y vamos rumbo a su casa.
(...)
Unas puertas grandes de caoba nos da la bienvenida a la mansión de doraliz, caminamos por los pasillo que eh recorrido algunas veces, para llegar a la puerta pinta de negro que se encuentra a él fina del pasillo, la chica de anteojos me observa para dedicarme una sonrisa y después tocar 3 veces la puerta... Escuchamos un adelante que nos brinda la confianza para seguir con nuestro camino.
Al entrar no me sorprende encontrarme a él padre de doraliz detrás de un escritorio con sus gafas y un periódico; en realidad se veía imponente de esa manera, como su pudiera dominar a él mundo.
— papá — alza la mirada de su periódico para posar sus ojos con pequeñas cataratas en su hija, su gestos de sorpresa al verme no pasa desapercibido.
— señorita liz, doraliz — nos mira con incertidumbre y mira hacia la parte trasera como si estuviera buscando a él tercer individuo de este trío — y ¿la señorita mía? — unas ganas de llorar me invaden al escuchar su nombre pero soy fuerte y solo bajo la cabeza.
— ah eso hemos venido padre.
— ¿Qué le a pasado a mía? — su tono tan preocupado hace que levante mi mirada y la posa en el, un individuo normalmente no se preocupa por una extraña de esa manera... ¿No es así?.
— nada, bueno no lo sabemos.
— explícate.
— Mía y yo tuvimos una pelea y esta se enojo y salió de la casa, pero ya a pasado 24 horas y no a regresado y estoy preocupada — expulse todo el contenido de mi cerebro de manera rápida, tan que creo que el señor no me ah entendido pero cuando este asiente serio, se que si lo hizo.
— si papá, estamos preocupadas veníamos a ver si nos podías ayudar.— al terminar de hablar se miran por largos segundos que a mi me parecen eternos como si se comunicaran con la mirada, a la final este accede con la cabeza.
— muy bien — solo dice eso para despues levantarse y salir de él despacho, miró a doraliz.
— Tranquila, el averiguara donde está.
Yo asiento y una lagrima traicionera abandona mi rostro, tengo el rostro hinchado por esta acción y solo puedo pensar en que le pudo a ver paso y pensar en algo malo hace que se me oprima el pecho.
Mi amistad con mía viene desde mucho antes que la primera vez que compartimos juntas.
Siento que así como dicen que existe tu media naranja en el amor también ahí esas amistades que tu sabes no podrías vivir sin ella y es como si desde antes de si quiera mirarse o conocerse llegan a sentir esa concepción, eso sucedió con nosotras desde pequeñas.
Desde el día uno, sabia que ella sería la persona más especial de mi vida y no me equivoque; porque estuvo cuando me emborrache por primera vez, estuvo en mi primera decepción amorosa, estuvo en mi primera pelea, en mi primera fiesta, conoció a mi primer novio, me enseñó como cuidarme para mi primera experiencia sexual.
Mía a estado en cada etapa de mi vida, que no sabría que hacer si le llegase a pasar algo malo.
Porque si eso llegase a pasar la culpa no me dejaría vivir, se lo traumas que tiene mía de su pasado y no soportaría ser la causante de uno más, solo le pido a Dios que ella pueda perdonarme y que se encuentre bien donde esté.
— muy bien, estoy al tanto de todo.... Cuando consigas mas información me avisas te lo agradecería..... Adiós — entra el padre de doraliz con su celular en el oído, su rostro serio como si le hubiera disgustado la información que le acabaron de entregar, me mira y suspira.
— ¿averiguaste algo? —pregunta doraliz con rapidez acercándose a él, yo hago lo mismo como acto reflejo este nos hace a un lado de manera amable para después regresar a su imponente silla detrás del escritorio, nos hace señas de que nos sentemos orden que obedecemos de manera inmediata.
— ¿sabe algo? — pregunto con la adrenalina a millón.
— ya se donde esta..... — al escucharlo una sonrió se crea en mi, pero se baja al ver su expresión.
— ¿Dónde esta? — mi voz tiembla porque en realidad no se si estoy preparada para escuchar las próximas palabras que abandonaran su boca y su mueca me lo confirma todo... No me gustara su respuesta
— esta en la isla... Con Agnes. — al escuchar aquellos sabía que..... nada bueno se venía para nuestras vidas.
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Perfecto Engaño [TERMINADA]
Fiksi RemajaElla, una chica presa de su pasado, en el cual la vida le enseño que los débiles siempre serán los primeros en sufrir. Eso la convirtió en el ser más despreciable que ha descendido en la tierra, una chica que se considere un monstruo no puede sentir...