Recuerdos y tristeza

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Sam Chevalier




Si estoy seguro de algo es que la magia vive en la memoria, por más triste que sea.Y es irónico, solemos llorar por recuerdos felices. Unos nos hacen llorar de alegría, otros abren heridas que jamás cierran, otros nos enseñan el camino y otros nos recuerdan quiénes somos para poder continuar. La tristeza no se queda atrás, aprendemos a puros tropiezos el precio de la felicidad y nos dice mil veces al oído en dónde no queremos volver a estar... El frío es natural, la impotencia también, pero si de algo estoy seguro es que el amor y la desolación van de la mano, así como el café y el azúcar, una pisca de uno complementa al otro. Y así somos los humanos, nos mezclaremos unos con otros en busca de ese toque sabroso al cual llamamos felicidad.

Y sí, llegué a un punto de quiebre donde vuelven a mi mente los leves y efímeros recuerdos de cuando fui feliz. Por aquel corto período de tiempo admiraba la brisa acariciando las hojas de los árboles al caminar por las calles de mi vecindario. En ese entonces era más inocente, creía en los finales felices y en esa estupidez de ''si le amas debes dejarle ir, y si es para ti volverá''.Me impresiona lo ingenuo que fui, tuve a quien más amé en la vida y, aunque fuera por un lapso corto de tiempo, fui muy feliz sin lugar a dudas. Cada día era mágico y había color en mi vida, un color que desde hace tiempo no está. Ese color que casi olvido cuando en mis ojos llueve y los días se tornan color gris.Si algo he aprendido a través del tiempo es que la tristeza es ese sentimiento que refleja lo que anhelamos y que no tenemos en el momento que deseamos.Que, en parte, la tristeza y la falta de alguien van de la mano, o al menos en la mayoría de las historias. En la mía, es aquel señor del parque esperando con flores en su espalda a su esposa la cual le fue a terminar, es ese colibrí que no encontró la flor. En mi historia la tristeza es decirle te amo a ese alguien y ver que en sus ojos solo existe un ''ya no te quiero''. Así es la vida, un laberinto con mil espinas, un río con mil rocas en contra y aun así debes nadar contra la corriente.

—Hay recuerdos que enamoran a pesar de ser tristes.

El Chico de los Ojos Tristes - Sam ChevalierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora