Un verso a la vida

97 1 0
                                    

El Chico de los Ojos Tristes



He hablado conmigo mismo por las noches, recordando lo golpeada que ha estado mi alma en el pasado. No importa qué color tenga la vida, nunca será rosa como ese cliché de lo perfecto en el amor porque si de algo estoy seguro, es inevitable sufrir o terminar una historia sin salir herido.
      Nunca saldrás con el uniforme blanco luego de atravesar el lodo, no esquivarás todas las balas que el amor te dispara, no se sale ileso luego de haber amado. Existen pruebas y situaciones en las que solo debes salvarte, sobrevivir e intentar no perderte en el proceso, pero no es garantizado que vuelvas a ser la misma persona luego de haber entregado todo.
      Existen amores que nos muestran la muerte en carne propia, la guerra en medio de la paz, el olvido en plena presencia, y otros que quieren volver a nuestra vida cuando creímos haberles olvidado.

Dicen que te vistes de ausencia y que siempre estás presente, que sueles abrazar temprano y despedirte tarde, que las mejores cosas pasan cuando vas de prisa y que los segundos pasan siempre en tu contra. Vibras y das luz en días oscuros, al final terminas cayendo.
      Quisiera aprender a entenderte más y a juzgarte menos, que tu amigo el destino me trate mejor y que me guíe para no volver a pantanos donde no puedo ver la luz.
      Quisiera que fueses menos dura o que vayas más despacio. Eres como eres y no puedo cambiarte, dicen que eres la cosa más extraña del universo, que estás en todas partes, no dejas de ver lo que me pasa y a la vez dejas pasar todo.
      Vida, así te llaman. Yo digo que eres la paradoja más hermosa que existe, el primero en correr y el último en llegar a la meta, vas despacio y a la vez sin pausa, tocas fuerte y acaricias suave, te dejas sentir y eres muy sensible, eres paciente y vaya que sabes dejarnos perder para encontrar momentos espontáneos.
      Quisiera que fueras infinita, pero me basta con saber que estás en mí, y, a pesar de tener mis días contados, estoy conforme con que estés aquí.

—Ese día llegará, lo sé.

—Ese día llegará, lo sé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Chico de los Ojos Tristes - Sam ChevalierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora