Vulnerable dolor

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Sam Chevalier



He gastado más lágrimas que una tormenta torrencial de gotas apretujadas, pero valieron la pena. Cada caída ha sacado algo malo y algo bueno, no siempre fui quien soy hoy. Hay cosas que quisiera lograr, quisiera ser mejor persona y espero no volver a tropezar con la misma piedra, espero que mis experiencias me ayuden a caminar por un sendero distinto y mirar al cielo sin ganas de volar con nadie. Me mantengo al margen de correr a los brazos del amor, he sufrido tanto que a estas alturas de mi vida no me duele nada. Pero si hablamos de dolor, no existe más dolor que el que invade cuando dejas de sentir, cuando ya nada te afecta, cuando tus emociones y sentimientos se extinguieron o al menos se ocultaron bajo ese caparazón que obligatoriamente debí adoptar a mi personalidad rota para no parecer tan vulnerable. He hablado conmigo mismo en las noches, me he hecho varias preguntas de madrugada.
      ¿Qué viene luego de la desesperanza?
      ¿Qué pasará con todas las cosas que nunca dije?
      ¿A dónde van esas lágrimas que nunca lloré?
      ¿Qué significan estos vacíos que no se llenan con nada ni con nadie?
      ¿Cuándo volveré a sonreír como cuando era niño, sin preocuparme por nada?
      ¿Por qué anhelamos tanto crecer para luego querer ser
niños de nuevo?
      ¿Cómo se llega a la felicidad, por qué todos hablan de ella como si fuese un tabú?
¿Si el amor es perfecto ¿por qué las personas duelen tanto?
       ¿Por qué las despedidas se llevan un pedazo de nosotros?
¿Cómo pedimos algo que no damos, lealtad por ejemplo?
      ¿Por qué juzgamos si no somos perfectos?
¿A dónde migra la esperanza cuando perdemos nuevamente?
      ¿Cómo le digo al corazón que olvide un nombre que grita tanto en cada latido?
¿Cómo hacen los que pierden para contar su historia?
      ¿En dónde buscas los pedazos de un amor roto que aún sientes que tiene vida?
¿Por qué esperamos perder para luego querer valorar?
      ¿Por qué las mejores personas reciben lo peor?
¿Por qué tengo tantas preguntas y nunca he recibido ninguna respuesta?

Se supone que al pasar tantos acantilados en mi mente debería reflexionar sobre algo y no lo hago, sigo tan perdido como ayer. Mañana quizá todo cambie.
      Mejor veo las estrellas y le pregunto a la luna cómo se enamoró del sol, mejor me quedo escribiendo cartas que ya no recuerdo por qué escribo si nadie las merece y mucho menos las leen. Se supone que debería ser yo el que sonríe, dicen que quien ríe último, ríe mejor. Esa es una mentira que venden a los niños para hacerles creer que el fracaso también es necesario y que deben aprender a perder tanto como a ganar. Pero qué pasa con los que solamente pierden y no conocen lo que es la satisfacción de llegar a concretar algo.
      Por el momento estoy varado en el medio de mi propia batalla; si gano tampoco me consideraré victorioso, en esta etapa de mi vida ni siquiera empataría, lo consideraría parte del karma, del proceso, de todas las estocadas que la vida me ha dado y que cuando creo que la herida se cura está más vulnerable a que cualquier recuerdo la abra nuevamente.

      Por el momento estoy varado en el medio de mi propia batalla; si gano tampoco me consideraré victorioso, en esta etapa de mi vida ni siquiera empataría, lo consideraría parte del karma, del proceso, de todas las estocadas que la vida me ha d...

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El Chico de los Ojos Tristes - Sam ChevalierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora