El proceso

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Sam Chevalier




La vida se compone de altibajos.Sin duda aprendemos muchas cosas en el proceso que es la vida, nos reconstruimos, nos despedazamos, nos probamos de diversas maneras y lo único que no hacemos es volver a ser los mismos luego de haber sido heridos.

No se vuelve a confiar luego de que te traicionan, no se perdona después de que te destruyen y, sin duda alguna, no puedes amar luego de que te demuestran mil veces que no perteneces a un lugar.
      Unos se hacen los ciegos, otros los valientes, otros quieren una máquina del tiempo, pero la verdad es que el amor es una especie de bomba nuclear, a pesar de lo enorme que puede ser, de lo fuerte, lo envolvente, al final te destruye. En caso de que sobrevivan tus buenas intenciones, tu personalidad comprensible y tus sentimientos hechos pedazos, aunque sobreviva una mínima parte de ti, no volverás a ser la misma persona, pasas de amar a sobrevivir, de sobrevivir a reconstruirte, de subsistir a la ausencia, y de la ausencia a ser tú nuevamente. El tiempo vuela y la gente cambia, las palabras se desvanecen con el viento y otras personas no quieren superar.
      Cuando estás roto tienes dos batallas a la vez, una contigo mismo y otra con quien se va. Puedes decir mil cosas para no parecer egoísta, pero muy en el fondo quieres retener lo que anhelas, querer seguir y no dejar ir a ese alguien. En esa batalla contigo mismo y con ese ser que se marcha, te pierdes a ti poco a poco, se va una parte que no regresa, una sonrisa que no vuelve a ser la misma, una mirada sin su brillo y la esperanza vacía, palabras pobres y una actitud degradante comparada con la que se tuvo antes de la despedida. Lo que quiero decir con esto es que amar no es solo de locos, también es de inteligentes, de controlarse y no perderse, es de envolverse y saber soltarse, de caminar y no arrastrarse, es mirarse y quererse. Analizar lo mejor para ti mismo y comprender que al final eres lo único que tienes, que te necesitas, que debes cuidarte. Tu amor propio debe ser absoluto y exclusivo, ese espacio no puede ni debe ser tocado y aprendes que debes reservar algunas energías para ti. 
      Hay personas que llegan para enseñarnos a amar, pero en ese contrato no existen instrucciones para aprender a olvidar pero aprendes que el dolor es necesario, que el antídoto está en ti, necesitas llorar para lograr algún día sonreír por ti, porque lo vales.
      Querer está bien, amar es peligroso, aquí no existen ganadores o perdedores, sólo se aprende a ser mejor persona, a ser más fuerte y en algunas ocasiones solo te topas con tu mejor versión en medio de la soledad. Encuentras una alegría que te complementa de una manera que ninguna compañía antes pudo, entonces vuelas de nuevo, sin necesidad de alas ajenas.

—Eres tu mejor rescate, ve a buscarte.

El Chico de los Ojos Tristes - Sam ChevalierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora