Sam Chevalier
No digas nada, es muy tarde para dar discursos cuando el corazón ya se cansó de gritar tu nombre,y, los actos de un alma enamorada no fueron visibles ante tus ignorantes y ciegos ojos. No, no digas nada.
Las personas hablan, explican, lloran y piden perdón, pero de qué sirve sembrar flores en un jardín que ya se marchitó y en donde la tierra se tornó seca y sin vida.De qué sirve llamarle amor a algo que fue puro lamento y desinterés, de qué sirve migrar de la verdad a la mentira, la verdad aclara y siempre sale aunque traten de esconderle, la mentira es un hilo que debe de coserse con buena memoria porque al mínimo corte o desvío se rompe y todo se sabe.No digas nada, basta con mirar a los ojos y dar la vuelta. En ocasiones, aunque existan mil palabras que no dijiste, es mejor dejarlas ahí atoradas, porque cuando cometes un error tras otro y sabes que lo estás haciendo mal pero continúas, no tienes manera de solucionarlosolo estás cavando tu propia tumba con tus sentimientos rotos y los que rompiste por tu propia voluntad.
—Algunas palabras no nos toca decirlas, el tiempo
las dice en voz baja y en el corazón pegan más fuerteLlegan y te pintan las nubes, te bajan estrellas y la luna, te dicen que eres la única persona en su vida. Te dicen lo que quieres escuchar aunque sea mentira, te ilusionan y piensas que va a ser eterno.Lo peor es que dicen una mentira tantas veces que se acaban convenciendo a sí mismos de que es verdad.
—Las mentiras tienen vida corta.
ESTÁS LEYENDO
El Chico de los Ojos Tristes - Sam Chevalier
PoezjaLa soledad es esa fina línea entre un vacío que nos reclama y la calidez del amor propio abrazando nuestra alma. El gris es ese color que describimos como tristeza, desamparo, temor, pero que tan solo con un soplo de esperanza llena de colores las v...