Sam Chevalier
Hay cosas que se rompen, nudos que se quedan en la garganta, como cuando algo grande nos quiebra y se atora en nuestra alma que se vuelve difícil de expresarlo. Lo que no decimos a tiempo se nos escapa por los ojos, las lágrimas escapan, desgarran el pecho para salir y nos falta un suspiro, un atardecer de esos que nos hacen renacer. Por esta razón, a muchos nos falta el aire cuando nos rompen de tal manera que no podemos reconstruirnos.
—Algunos moldes no pueden ser reparados.
Y es normal a veces que me falte el aire al recordar.Y es que no me lo dijeron, lo viví. Continuar es destruir, es borrar y reconstruir, es dejar una hoja en blanco en la que podamos escribir una historia mejor, sin tantos errores de tiempo. Es quemar recuerdos, rompernos los labios de [te quieros pendientes], es sufrir y reír sabiendo que no volveremos atrás y que el fin es el comienzo, que no estamos derrotados y nunca fuimos poco, que somos mucho más de lo que imaginamos: somos grandes, somos invencibles, somos magia cuando levantamos nuestra frente y decidimos escribir nuevos capítulos, y los siguientes, cada día, serán mejores, lo sé. También sé que algún día tocará a nuestra puerta alguien que nos haga sentir como niños de nuevo.Te darás cuenta en el momento menos indicado y en el lugar más impreciso y, sin embargo, sentirás paz... en ese instante entenderás que siempre perteneciste ahí, a esos brazos y a esa mirada. Y en ese segundo comprenderás que no la cambiarías por nada.
ESTÁS LEYENDO
El Chico de los Ojos Tristes - Sam Chevalier
PuisiLa soledad es esa fina línea entre un vacío que nos reclama y la calidez del amor propio abrazando nuestra alma. El gris es ese color que describimos como tristeza, desamparo, temor, pero que tan solo con un soplo de esperanza llena de colores las v...