Las riendas

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El Chico de los Ojos Tristes


Algún día seré yo quien elija el cuándo, no
buscaré a nadie para que me explique cómo se
va el dolor del alma.

 Descubrí que soy mejorestando roto, con el gris de contra fondo, conlas alas rotas y las verdades a todo esplendor.

No quiero maquillar situaciones nienamorarme de los porqués,
ni de ese peroque siempre viene en el paquete de cadaquien.
Prefiero quedarme con mi paradoja,tratando de entenderme yo, porque pocaspersonas lo hacen y cuando lo hacen se van.

«La gente es así», no te culpes. Soy el veneno sin antídoto,
la verdad queduele, la luna que no brilla,el sol sin horizonte
y donde nadiequiere estar. Es mejor así, me elijo mil veces amí.

La vida es muy jodida para estar dedicandoamor a corazones que no lo conocen y,quienes lo hacen, no lo valoran, creyendo enpersonas falsas con mil máscaras paracambiar.

Al final, todos somos malos, noexisten héroes y los protagonistas mueren. La universidad, por experiencia, es lavida misma, y de ella aprendes todo y tegradúas al cerrar los ojos a pesar de quemuchas personas te hicieron abrirlos unmontón de veces en contra de tu voluntad.

—Contándome a mí.

El Chico de los Ojos Tristes - Sam ChevalierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora