El problema

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Sam Chevalier



Nunca sabrás cuándo llegará, no sabrás cómo pero sí lo sentirás, y será mágico, lo entenderás por completo cuando al fin lo tengas y sientas esa paz que, sin buscarla, encontraste y esa felicidad que no cambiarás por nada en este mundo. Y así llega el amor de tu vida, sin buscarlo, en cualquier calle, en cualquier lugar, simplemente llega y te atrapa, y de él no puedes escapar.

Fue una tarde cualquiera. El sol como siempre estaba radiante y en su máximo esplendor, pero esa tarde algo brillaba incluso más que él. Aquella fue la primera vez que te vi, y puedo jurar que nunca había visto una sonrisa tan hermosa, y quizá la palabra quede chica.Había una guerra entre el destino y el infinito, el destino quería escribirse y el infinito que jamás terminase. Llegaron al acuerdo de fundirse en un abrazo y convertirse en el amor. Había un fuego que ardía sin igual y, al terminar la tarde, fuimos por un café y una charla de esas que ya no existen, de esas fugaces y mágicas. Hablamos de la vida y de la muerte, de crear y creer, de los fracasos y las pérdidas. Hablamos de lo que queríamos ser, de lo que nos faltaba para llegar allí y del dolor que nos acompañaba como sombra en la vida.Te ofrecí la luna, el cielo y sus estrellas, y me ofreciste la paz que mi alma anhelaba y sin hacer planes, sin pensar en el mañana, empezamos a vivir la historia de amor más hermosa jamás escrita, y ese fue el problema. Comenzó cuando las palabras salieron de tu boca y empuñaron una daga que destrozaba la tristeza por completo.El problema fue que te amaba incluso antes de que llegaras, el problema estuvo cuando las miradas fueron poesía y el tiempo la herramienta perfecta para demostrarte que eras la solución a todas mis penas. El problema fue que quería ser eterno y amarte por mil años, el problema surgió cuando supe que nada es para siempre, que los besos que me dabas se irían conmigo a la tumba. El problema fue que te quise tanto como para escribirte cartas y dejarlas en la alacena, para que al despertar sonrieras y pensaras que estoy loco, amor. El problema es que falta cordura, faltan más días, faltan más vidas para amarte, para vivirte, para besarte como si nuestras vidas fuesen infinitas. Instantes somos, infinitos seremos en los corazones de los que vivimos amando, hasta el último suspiro.

El Chico de los Ojos Tristes - Sam ChevalierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora