La soledad es esa fina línea entre un vacío que nos reclama y la calidez del amor propio abrazando nuestra alma. El gris es ese color que describimos como tristeza, desamparo, temor, pero que tan solo con un soplo de esperanza llena de colores las v...
Todos queremos ser ese tren que solo pasa una vez y detenernos donde está el amor de nuestra alma. A lo mejor corrimos tanto para terminar donde empezamos y amar a quien estuvo ahí, solo que para cuando nos dimos cuenta era tarde y se había ido. Suele pasar, pero hasta que llegue el momento, aprenderemos con tropiezos qué decisión tomar, si cantidad o intensidad.
Cuántas veces debemos caernos para aprender a levantarnos. Cuántos suspiros hay que dar para cambiar de aire. Cómo se le cambia el negro a la soledad, y cómo la tristeza se va de nuestra alma. Lo único imposible es aquello que no se intenta, y se trata de hacer lo necesario cuando se anhela algo, a veces no tenemos esperanza, lo intentamos, pero en ocasiones perdemos a propósito. Solemos graduarnos en algunas materias, perder, por ejemplo. En esta anterior nos convertirnos en unos melancólicos empedernidos, y con el tiempo entendemos que el aprendizaje es inevitable. Buscamos respuestas a preguntas que no nos atrevemos a hacernos, encontramos cosas que no quisimos ver nunca, nos miramos al espejo y no sabemos qué queremos, y amamos a quien no quiere demostrarnos lo mismo. Merecemos mucho, no paramos y no nos detenemos a pensar. La meta es entender y exigirnos cambiar las cosas para bien, nadie nos dará nada solo porque sí, el día que te traten, te valoren y te den el puesto que anhelas es porque lo hiciste primero contigo mismo antes de pedirlo, y a decir verdad esas cosas no se piden, tampoco se ruegan. Si el tiempo fuese mío no iría al pasado, tampoco lo adelantaría, lo detendría justo aquí y ahora para entender. Saber que todo lo tengo aquí conmigo, que no necesito buscar a nadie para ser feliz, ser consciente que el mejor estado del ser humano es cuando se conoce. Aprender de las circunstancias pasadas, mirar mis cicatrices y sentirme orgulloso, mirar el infierno que pasé y saber que fue por un bien mayor. Muchos no aceptan su destino, yo te digo que lo sujetes y no te desvíes a unos brazos fuertes o a unas piernas flojas, más vale pensar e invertir donde realmente vale, en ti, en buscar lo que tu alma te exige. La vida te da un talento, tú sabrás en qué eres bueno, en ti está descubrirlo e invertir tiempo para cosechar y tener éxito en el mañana. Algunas personas anhelan este pensamiento tan cohibido de la sociedad, pocos tienen la fuerza de decidir lo mejor para sí mismos, prefieren desperdiciar sus momentos de gloria en un camino de miseria. Aprovecha el tiempo al máximo, rompe las reglas, atrévete a soñar y a crecer en ti sin ponerte límites ni frenos, en nuestro paso por este mundo, nuestra misión por naturaleza es buscar ser felices a nuestro modo, estar conformes, descubrir lo que realmente nos apasiona, no cohibirnos de hacer de todo un poco. Busca ese beso que te enloquezca, o ese adiós que te rompa en mil, pero vive, no hay felicidad sin tristeza, ni paz sin antes haber vivido en guerra.
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