1.Ponernos Al Día

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Michelle.

—¡Venga corre! —le grité a Beck. —¡Agh vamos a llegar tarde ya verás!

Beck me ponía de los nervios. No sé cómo lo hacía pero últimamente solo llegábamos tarde a todos lados.

Acababa de comenzar en verano y ya se notaba. Los rayos de luz nos cegaban al punto de tener que usar gafas de sol para poder ir por la calle sin comerte una farola.

Habíamos quedado para ir a la playa. Eran casi las diez de la mañana y seguramente íbamos a perder el bus.

—¡Joder Beck, qué no llegamos! —le grité mientras cruzaba el paso de cebra evitando ser atropellada.

—¡Estoy corriendo lo máximo que puedo! —me gritó desde unos diez metros detrás mía.

De lejos vimos como el bus de paraba a una calle de donde estábamos.

—¡Está ahí! ¡Corre coño corre! —le grité.

Ambas empezamos a correr con todas nuestras fuerzas. Cuando llegamos al bus y conseguimos parar la puerta antes de que se cerrara, casi ni me lo creo. Exhaustas, entramos en el bus y nos sentamos.

Ahora sí que sí.

Hola a todos. Os preguntaréis a dónde vamos o qué ha pasado desde la famosa boda.

Ya hace un año de eso.

Después de enterarme de la gran noticia, nótese mi sarcasmo, me quedé destrozada.

Cameron se había convertido ahora en mi hermanastro, mi padre se había vuelto a casar y encima lo hizo con la arpía con la que engaño a mi madre. En su momento me quedé destrozada.

Sé que la decisión que tomé en su momento no fue la mejor.

Oh sí, bloquear a Cameron y desaparecer durante un año fue la opción más inteligente seguro.

Cállate.

Como decía, las cosas han cambiado un montón en todo este tiempo.

Bueno, todo no. Beck sigue siendo igual que siempre. ¡Ah! Y Jhon y George siguen juntos. Por el resto creo que ha cambiado casi todo. Mi vida había mejorado bastante siendo sinceros. El echar a Cameron de ella dolió, no os lo voy a negar. Sé que intentó contactarme por varias partes, pero bloquearle y obligarle a olvidarme era lo mejor. En este tiempo mamá mejoró bastante. No le dije nada sobre lo ocurrido en la boda, ni tampoco que había pasado con Cameron, y ella respetó esa decisión.

Había cortado de raíz toda relación que tuviera que ver indirecta o directamente con mi padre. Y es lo mejor para todos. Me dolía separarme de Cameron, pero supongo que lo nuestro fue un romance adolescente como el que solía leer en mis novelas, ¿no?

Beck y yo nos dirigíamos a la playa. Hoy habíamos quedado con alguien importante.

—¿Podrías recordarme de dónde leches ha salido el chico este? —preguntó exhausta.

—Ya te lo dije Beck, él es Darren. Iba conmigo a clases. —expliqué.

—Ajá. ¿Y a mi por qué me interesa verle? —reprochó de brazos cruzados.

—Ya lo verás pesada. —respondí rodando mis ojos.

Pasaron unos diez minutos hasta que llegamos a nuestro destino.

Bajamos del autobús y miré mi teléfono. Darren me había pasado la ubicación en la que se encontraba. Conecté mi teléfono y nos dirigimos hacia allí.

A lo lejos pude ver a Darren. Llevaba un bañador negro, el cual dejaba ver sus marcados abdominales gracias a el fútbol americano. Tenía un moreno veraniego que le quedaba genial. Su pelo rubio había crecido bastante más, lo llevaba separado en dos. Y sus preciosos ojos azul marino estaban tapados por unas enormes gafas de sol negras.

Enséñame a perdonar #2  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora