6.No Es Justo

3.9K 399 303
                                    

Cameron

Aparqué el coche en uno de los parkings gratuitos que había por la zona. Bajé de el coche y comencé a andar hacia la librería.

Había conseguido cambiar mi turno de mañana por el de tarde, me venía mejor. Sobretodo si teníamos en cuenta que por las mañanas solía estar de resaca. Y salía a las diez, lo cual me venía perfecto, ya que las fiestas comenzaban sobre las once, me daba tiempo a arreglarme.

Me asomé por el escaparate de la tienda.

Beck me había comentado algo de que había una nueva trabajadora, pero para ser realistas, me esperaba que fuera Michelle.

Desde que rompimos Beck ha estado insistiendo casi a diario de que volviéramos y que éramos la pareja ideal.

Parecía la hija de unos padres divorciados.

Antes de entrar por esa puerta y enfrentarme a mis teorías, peiné rápidamente mi pelo. Acomodé mis anillos y mi camisa. Suspiré, y entré.

Y efectivamente, tenía razón.

Ahí estaba ella. Apoyada sobre el mostrador mientras mordía sus uñas, nerviosa. Llevaba puesto el uniforme verde de trabajo, pero aún así se veía guapísima, más guapa a como la recordaba. Tenía su pelo color oro atado en una coleta baja con un coletero negro, siempre llevaba uno en el brazo derecho. Parecía tener un poco de ojeras, aunque las intentaba ocultar con el maquillaje. Tenía calor, las facciones de su cara brillaban por el sudor, resaltando esos pómulos tan marcados que tenía. Me permití observarla. Detalladamente. Apreciando lo jodidamente guapa que era.

Entonces, giró su cabeza.

Y esos preciosos ojos azules que hasta el mar envidiaba, se clavaron en los míos.

Su expresión cambió radicalmente.

Me observó con los labios entreabiertos, su pecho comenzó a subir y a bajar debido a su respiración agitada. Sus ojos se abrieron de par en par. 

Sé que no esperaba verme.

Y para ser sinceros, yo quizás si lo esperaba, pero no estaba preparado para esto.

La Michelle real era casi igual a la de mis pesadillas, tan perfecta... y tan dolorosa.

Creía que al verla en persona me iba a echar a llorar, pero no, fue casi todo lo contrario.

Lo único que sentí fue dolor y rabia. Al pensar que ahora era otro el que la besaba, era otro el que le decía "te quiero, era otro el que le hacía el amor por las noches.

Giré mi cabeza, dejando de mirarla, y apartando los pensamientos que surgían.

Me dirigí a una de las estanterías donde estaba John. Aunque nada más verme se escondió tras ella, evitandome.

—¿John? No me jodas John, te he visto. —repliqué pasando mi mano por mi frente.

John salió de su escondite.

—Hola Cameron. — me saludó nervioso.

—Se sincero, ¿esto ha sido cosa vuestra verdad? — pregunté, aún sabiendo la respuesta.

John agachó la cabeza.

—Me tomaré eso como un sí.

Comencé a andar hacia el cuartito de trabajadores, para ponerme el uniforme.

Oí unos cuantos gritos de Michelle hacía Beck. Aunque tampoco le presté mucha atención, tampoco quería saber qué pensaba ella de mí, si lo llegaba a saber, seguro me deprimiria.

Enséñame a perdonar #2  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora