12.Difícil De Entender

3.9K 392 216
                                    

Cameron

Apilé los libros sobre una de las estanterías justo antes de colocarlos por orden alfabético.

Pasé mi mano por la frente, secándome el sudor. Hacia demasiado calor. Y si teníamos en cuenta que era verano, os podéis imaginar.

Habían pasado unas dos semanas desde la última fiesta que celebramos. A penas había visto a Brent desde entonces. Tampoco había hablado con Michelle desde nuestra pequeña charla. La sentía rara conmigo. No sabia que le pasaba.

Llevaba un par de horas ya trabajando, me quedaban solo unos minutos para acabar mi turno. Beck se encontraba sola en la caja ya que hoy no teníamos muchos clientes, y Michelle estaba ordenando las estanterías como yo.

Hubo un momento en el que la tienda se quedó vacía, aproveché para acercarme a Beck.

—¡Hey! —la saludé.

—¿Pasa algo? — preguntó refiriéndose a si tenía algún problema con los libros.

—No no, sólo quería hablar contigo. — contesté y ella frunció el ceño.

—¿Conmigo?

—Si.

—¿Sobre....? — preguntó esperando que completase la frase.

Miré a los lados para asegurarme de que nadie nos oía.

—Michelle.

Beck abrió los ojos como platos.

—¿Michelle? — preguntó de nuevo y yo asentí. —¿Qué pasa con Michelle?

—La noto muy rara conmigo. — dije apoyando mis codos sobre el mostrador. —Está distante, pero a al vez siento que quiere acercarse a mi.

Beck me miró cómo si no entendiera lo que estaba diciendo.

Suspiré. —Déjalo, serán imaginaciones mías.

—Pero- — fue a hablar pero desaparecí antes de que pronunciara una palabra.

De mala gana, continúe colocando los libros en orden alfabético.

¿Enserio?

Probablemente eran imaginaciones mías.

Es normal que Michelle esté más distante. Al fin y al cabo seguimos siendo exnovios. Pero se suponía que íbamos a empezar una relación cordial de amistad y a penas hemos hablado.

Quizás me estoy preocupando mucho.

Debería dejar de pensar tanto.

Miré la hora. Eran las diez en punto, y justo mi turno había acabado.

Entré al vestidor y me quité el uniforme. Ordené un par de cosas que había por en medio, cogí mis cosas y salí para cerrar la tienda. Beck y Michelle estaban fuera hablando, pero en cuanto yo salí, se callaron.

Torcí los labios.

—Listo. — dije cuando acabé de cerrar la tienda del todo.

—¡Hasta mañana! — dijo Beck andando hacia su coche.

Michelle se sentó en la acera, esperando a que vinieran a recogerla.

—¿Vienen a recogerte? — pregunté.

—Si. — murmuró ella con un tono de voz bajo.

¿Debería quedarme?

Dudé por un momento.

Pasé mi mano por mi nuca, nervioso. No quería que fuera incómodo para Michelle, pero quería hablar con ella y asegurarme de que todo estaba bien.

Enséñame a perdonar #2  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora