Michelle
No volví a escribirle.
No sé cuánto tiempo había pasado desde la última vez que salimos de fiesta. Quizás una semana, quizás más. Pero eso no importaba.
Me levanté de la cama, agitada. Con cierta rapidez y urgencia comencé a prepararme. Me vestí, me lavé los dientes, me peiné. Y vi a mi madre en la puerta.
Me puso una mueca triste antes de salir por la puerta. Subimos al coche y condujimos durante unos veinte minutos.
Entonces, llegamos al aeropuerto.
A la primera que vi fue a Margo, la madre de Darren. La saludé con un abrazo, al igual que a su marido. Me avisaron de que Darren estaba en el aseo, por lo que esperamos junto a ellos. Minutos después, Darren apareció.
Sonrió al verme y se acercó a mi con los brazos abiertos. Yo le recibí igual. Ambos nos envolvimos en un cálido abrazo con sabor a despedida.
Había llegado el día. Dentro de dos semanas iban a empezar las clases de las universidades, y Darren había decidido irse con tiempo para acostumbrarse a su nueva ciudad, y a su nueva gente. Yo en cambio, había tratado de estar con él el máximo tiempo posible antes de que se fuera. No podía evitar sentirme culpable por lo sucedido con Cameron, pero había decidido hacerle caso. Tenía que estar con Darren. Él era lo mejor para mi.
Era lo más sano que podía hacer.
—¿Cómo estas? —susurré contra su hombro.
Pude sentir como sonreía.
Nos separamos y sus ojos se clavaron en los míos.
—Me siento raro, es una mezcla entre emoción por empezar una nueva etapa en mi vida. Pero a la vez tristeza porque dejo a mucha gente que quiero aquí.
Sonreí con cierta tristeza.
No podía decir que estaba enamorada de Darren, porque en el fondo sabía que no era así. La única persona por la que había sentido algo real era por Cameron. Pero se volvió tóxico.
No os voy a mentir, a veces, en mi máxima intimidad, pensaba que quizás no era malo tener una relación así. Es decir, claramente una relación tóxica no es buena, pero ¿quién dice que una sana si? A veces el ser humano es tan estúpido, que prefiere una relación un poco tóxica pero emocionante, que una sana y aburrida. Y en parte, creo que eso era lo que estaba mal en mi.
La relación con Darren era idílica. Era el típico amor entre la nerd y el popular, el típico cliché. Todo con Darren era perfecto, eran salidas a sitios caros, cenas con sus padres perfectos, regalos bonitos todo el rato, mensajes románticos a cada segundo... Pero no era lo que yo quería. Muy en el fondo, sabía que eso no me gustaba, me agobiaba. Pero a la vez, era lo mejor que podía conseguir de alguien, aunque no me llenase del todo.
—¿Tú cómo estás, amor? —preguntó Darren sacándome de mis pensamientos.
—Bien, todo lo bien que podría estar.
Darren sonrió y se le marcaron esos hoyuelos que tanto me gustaban.
Se acercó a saludar a mi madre. A ella le caía bien, pero me conocía demasiado. Creo que ella también sabía que no le quería como a Cameron.
—¿Cuánto tiempo nos queda? —preguntó Darren.
—Unos quince minutos. —respondió su madre.
Darren agarró mi mano y me llevo hasta un pequeño banco, donde ambos nos sentamos.
—Tenía muchas ganas de verte. —dijo pasando su brazo por encima de mi y acercándome a su cuerpo.
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Enséñame a perdonar #2 ✓
Teen FictionSegundo libro de la trilogía Enséñame. Michelle y Cameron se habían distanciado. La reciente noticia que habían recibido había descolocado su vida y descuadrado sus emociones. Ambos se sentían perdidos, y en parte, la distancia y el tiempo hizo que...