Maldito

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Alice.

Despierto y como la noche anterior mi hombre ya no está en la cama.

Lavó mi cara y dientes, después me pongo a desayunar un sándwich con mucha lechuga y panela, le pongo y jitomate y lo acompañó con un café por supuesto si azúcar ya que tengo que estarme cuidando de comer lo menos posible de grasas y carbohidratos para poder lograr lo que tanto quiero.

Termino de desayunar y me lavó los dientes, comienzo a arreglarme y me pongo un conjunto de falda gris que llega arriba de mis rodillas y se pega a mis caderas con una blusa blanca y un saco gris. Me pongo unos tacones blancos, decido llevar mi pelo lacio y me maquillo, por último me coloco perfume y tomo mi bolso asegurándome que lleve todo lo que necesito y salgo del departamento  para ir a trabajar.

Llego a mi oficina y cuando entro seguido de mi entra Fabián, me siento en mi silla y hago una mueca de dolor. Aún me arden los glúteos.

Fabián solo se ríe y niega.

Enric.

Llegó al edificio de la empresa y subo al elevador, cuando salgo ya está la recepcionista en su puesto.

—Buenos días señor Enric.

—Buenos días.—la saludo yendo a mi oficina, hoy vengo solo, Egan me avisó que llegara un poco tarde porque tenía que arreglar algo de su departamento.

Decido pasar antes a la oficina de Fabián para comenzar a arreglar los asuntos pendientes.

Espero y ya haya llegado.

Llego a su oficina, abro sin tocar y enseguida me arrepiento de haber hecho eso.

Fabián tiene a Alice sobre su escritorio con las piernas abiertas y ella lo tiene abrazado con sus piernas rodeándolo.

¡Maldito sea, maldito!

Me ven y Alice se pone de mil colores. Enseguida se separan.

—Ah Enric, una disculpa.—dice Fabián riéndose subiendo el cierre de su pantalón con la voz entre cortada.

Alice baja del escritorio acomodándose la falda. Trato de mirarla a los ojos pero ella se voltea dándome la espalda.

—Les diré algo, a los dos, este no es buen lugar para follar, la próxima vez que quieran hacerlo por lo menos vallan a los baños.—digo cerrando la puerta y dirigiéndome a mi oficina.

Carajo que acabo de ver. Alice estaba follando con Fabián, ¿Tendrán algo o solo será follar?

Y a mi que carajos me importa. Me da igual si solo follan o tiene una relación. A mí no me tiene que importar nada de ella ni de el.

Pero porque mierda tiene que follar en mi empresa, ¿acaso no encontraron otro lugar?, o ¿tantas eran sus malditas ganas para hacerlo aquí?.

Al parecer Alice si se tomó muy enserio eso de olvidar lo que pasó entre nosotros y si ella ya lo olvido y se folla a otro para mí está bien.

Entro a mi oficina y cierro la puerta con fuerza. Mi maldito día va comenzando mal.

Comienza a sonar mi teléfono y no pienso contestar pero respondo la llama al ver que se trata de mi madre.

—Hola mi niño.

—Hola mamá.—trato de sonar tranquilo pero no lo logro.

—¿Pasa algo? Te escucho como si estuvieras enojado.

—Si, todo bien mamá no te preocupes.

—Bueno, y ¿Cuéntame qué tal les ha ido en la empresa?

Con compromiso (Libro II) TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora