Con compromiso (Libro II) Terminado

La mujer perfecta

Alice.

—¿Te casa conmigo?—pregunta Enric con una sonrisa en los labios, mostrándome el anillo que brilla demasiado.

Lo miro a los ojos y veo eso que tanto busque cuando comencé a quererlo. Amor.

Me quedo en silencio, sin saber que decir y con mi corazón queriendo salir.

>>Alice.

—Yo…no lo sé.—digo dudosa y con el cuerpo entero temblando, siento como si me fuera a dar un ataque.

Enric se levanta y me mira aún con la sonrisa.

—Esta bien si no me quieres dar la respuesta en estos momentos, puedes pensarlo ¿ok? No pasa nada, tranquila.—me da un beso en la coronilla y me abraza.

No sé que le pasa a mi mente y a mi cuerpo, que nada reacciona.

Jamás pensé que Enric me fuera a proponer matrimonio. No se si pueda, yo jamás podré darle hijos y tal vez el en algún momento quiera, sería injusto para ambos.

Enric me suelta después de unos segundos y me da un beso en los labios.

>>Te amo Alice como no tienes una idea y quiero estar contigo en todo momento, jamás imaginé decir esto—se ríe.—pero quiero que estemos juntos, para siempre, en todo momento, hasta viejitos.—se ríe.

Mis ojos quieren sacar lágrimas pero me contengo.

Miro hacia abajo y suspiro. Me doy la vuelta y camino hacia la puerta, Enric camina tras de mi, abro la puerta y doy un paso afuera aún con el cuerpo temblando.

Estoy a punto de dar otro paso pero me regreso y enseguida abrazo a Enric, me responde el abrazo y suelto mis lágrimas retenidas.

—¿No importa si…no puedo darte hijos?—pregunto nerviosa aún sin dejar de abrazarlo.

—¿Qué dices?—se separa un poco para mirarme—Tu y yo tenemos unos gemelos hermosos en el cielo y con esos estoy  feliz—limpia mis lágrimas con sus pulgares.

>>¿Miras esto?—pregunta señalando el símbolo que cuelga de la pulsera que encontré entre los regalos de mi habitación el día de mi cumpleaños. Asiento y sonríe.— es el símbolo de la familia, Tu y yo siempre vamos a estar unidos por esos pequeñitos formando una familia.

Mis ganas de llorar aumentan y vuelvo a pegarme a su pecho.

—Acepto.

Se separa de mi y saca la cajita con el anollo, me lo pone y me carga, rodeo mis piernas en su cadera. Entramos de nuevo en el departamento.

Uno su frente con la mía y suspiro feliz.

—Te amo.—dice sonriendo.

Cuatro meses después.

Enric.

Por fin se llega el día. Alice quería que esperamos un año para planear todo bien, pero la verdad es que yo no podía esperar más, quise que fuera mi esposa en el menor tiempo posible.

—Tu sabes que nunca tuve la idea de casarme, nunca lo quise porque me parecía algo absurdo, pero eso fue antes de conocer a la mujer perfecta, Alice movió mi mundo por completo, me hizo ver qué el amor es maravilloso cuando yo lo veía absurdo y cuando no creí en el.—me río.—lo se no sueno como el Enric de hace tiempo.

>>Ahora Alice, es lo mejor que me ha podido pasar, ella y nuestros gemelos, claro Erik también. Por fin haré lo que tanto quisiste, casarme y formar una familia.—digo sentado aún lado de la lápida de mi madre—Fui un completo imbécil con ella y se merece lo mejor, por eso voy a esforzarme cada día para ser perfecto para ella y estar a su altura. Estoy seguro que estás orgullosa de mi mamá y feliz porque voy a estar con la mujer de mi vida.—sonrió.