Más que mil palabras

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Enric.

Veo como Alice y Aarón platican y me causa mucho coraje, a caso ya se olvidó de todo lo que la hizo sufrir. Por que plática con el como si nada y conmigo no quiso platicar cuando nos volvimos a ver.

Me molesta su maldita actitud conmigo.

Bueno no es como que yo también me he portado bien con ella.

Todos platican muy alegres y yo soy el único que está solo, ni siquiera Natasha está platicando conmigo y eso que fui yo el que la invitó. Nos hemos hecho amigos, pues la veo cada que voy a entrenar, algunas veces me ayuda en el entrenamiento ya que ella sabe más cosas que yo en el boxeo, es una persona linda y es la primera vez que conozco a una mujer y no pienso en acostarme con ella, pero pensándolo bien no entiendo porque la traje.

Miro a Alice y joder cada que sonríe algo dentro de mi se conmueve.

—¿Te gusta?—me pregunta Francisco.

Niego.

>>Parece, por la forma en que la miras diría yo que no solo te gusta, si no que sientes algo más por ella.

—¿De que forma la miro?

—Los ojos dicen más que mil palabras, y tú miras a Alice de una forma… diferente a como se mira ha una persona normalmente.

—¿Estaría mal?—digo sin apartar la mirada de con Alice y le doy un trago a mi whisky.

—No, aunque sea una mujer con pareja, no esta mal. También siente algo por ti ¿sabes?

Asiento.

—Los dos están enamorados.

Me río.

—Yo no me enamoro.

El se ríe.

—No te creo, alguna vez tuviste que haberte enamorado, tal vez sea está la primera vez que te enamoras por eso lo niegas, pero si no es así, que patético y que vida tan aburrida.

—¿Para que quiero ah alguien que rompa mi corazón?

—Suenas como una niña de quince años—se rie—si no le dices lo que sientes, habrá otra persona que le dirá todo lo que quiera oír de ti.

—¿Y esa persona serás tú? Porque yo también he visto como la miras.

—Si, puede que sea yo.—dice caminando hacia Alice.

Alice.

Una semana después.

Hoy llegó Fabián, al parecer no llego muy cansado pues me pidió que fuéramos a nuestro lugar de siempre

 Dónde aprendí a mezclar el dolor con el placer.

 Fabián me dijo que el me esperaba en nuestro lugar.

Me arreglo antes de salir y después conduzco hasta el lugar. Antes de bajar del coche me pongo mi antifaz y después entro al lugar. Digo el sobrenombre de la persona que me espera y me entregan las llaves de la habitación. Camino hasta encontrar la habitación y entro.

Esta vez las luces están normales. Hay una cama en el centro de la habitación, Fabián está sentado sobre la cama, me mira y sonríe. Camino hasta con el y me pongo ahorcajadas sobre el, rodeo su cuello con mis brazos, besa mi cuello y desciende hasta mis pechos con las dos manos los toma y los junta y pasa la lengua por ellos.

Fabián me separa de con el y comienza a quitar mi blusa y falda, dejándome solo en baby doll.

—Acuéstate.—ordena.

Hago lo que me pide y quedó en medio de la cama.

Fabián tapa mis ojos. Escucho el sonido de un encendedor. Siento sus labios en mis tobillos después en mis pantorrillas y va subiendo hasta llegar a mi entrepierna, besa mis labios vaginales, después da una mordía y chupa mi clítoris, haciéndome arquear la espalda.

>>Necesito que resistas.

—¿Qué?...

Se separa de mi.

—Extiende una mano.

La extiendo y me entrega algo duro y grueso. Lo acomoda en dirección de mi abdomen con un poco de altura.

—¿Qué es esto?

—Tienes que ladearlo un poco cuando yo te lo ordene.

Asiento. Y vuelve a besar y chupar mis labios vaginales. Pasa su lengua de un lado a otro y la hunde en mi interior.

Muerdo mis labios y jadeo con la respiración acelerada.

>>Ahora.—me ordena y ladeó un poco lo que me dió.

Siento que cae algo demasiado caliente en mi abdomen.

Joder esto arde.

—¡Ah, está caliente…!

—Así es como me tienes.

>>Esto es un pequeño castigo cielo. Para la próxima será peor y con más placer.

Sigue besando mis labios y siento que me voy a volver loca por el dolor y placer que me hace sentir. Su lengua se sigue moviendo hasta hacerme llegar al orgasmo.

Fabián desamarra mis ojos y enseguida veo lo que tengo en la mano y lo que ha caído en mi abdomen, es cera. Joder con razón se sentía tan caliente. Fabián me quita la vela, la apaga y la tira al suelo, después se coloca un condón, se sube en mi, hace aún lado mi tanga y se hunde en mi con fuerza.

—Ah.

Fabián toma mis muñecas y las pone sobre mi cabeza. Las aprieta con fuerza mientras se hunde en mi una y otra vez.

De su boca salen gruñidos de placer haciéndolo ver excitante.

Los gruñidos y jadeos se escuchan mejor en  otros.

—Me vuelves loco Alice.

—Fabián.—gimo para el, porque se que le gusta.

Aumenta la velocidad al igual que la fuerza en mis muñecas hasta llegar al punto de sentirlas entumidas pero no tomo importancia.

—Alice...—jadea.

Fabián me hace llegar al orgasmo primero y después llega el.

—Eres fascinante.—dice con la respiración entrecortada.

Sonrió y se separa de mi.
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Lunes por la mañana llegó a la empresa antes que todos, ya se me hizo costumbre, el maldito trabajo no se me termina, solo pude dormir cinco horas como cada día.

Miro mis muñecas y veo las marcas que dejó Fabián.

Tengo que decirle que si quiere dejar marcas lo haga dónde no se vean.

Entro a mi oficina y veo una fila de papeles que me esperan.

Paso las primeras dos horas y media sola en todo el piso, después comienzan a llegar los demás.

Comienza a entrar una video llamada y veo que es de las chicas, joder cuánto las extraño.

—¡Si no quieres que seamos tus amigas solo dilo y ya!—habla Adelaide.

—Alice ¿por qué no nos has llamado?—dice Samantha.

—Joder perdónenme es que este último mes eh tenido demasiado trabajo.

—Si, ya cámbiale de escusa que esa ya nos la sabemos.—dice Adelaide enojada.

—Esta vez es enserio.

—¿Ósea que las otra veces nos has mentido?—dice Samanta.

Me río.

Con compromiso (Libro II) TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora