Desesperado

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Por la mañana Fabián y yo pasamos el día separado de los chicos. Dijo que quería un momento para nosotros solos. Está más feliz que días pasados.

Estamos desayunando en uno de los restaurantes del hotel.

—Amor mis padres quieren que vallamos a visitarlos.—dice Fabián agarrándome la mano.—¿Qué te parece llegando de la playa?

—No lo sé amor, estoy segura que llegando voy a tener mucho trabajo.

No es que no quiera ir, sus padres siempre se han portado muy bien conmigo, pero realmente estoy segura que tendré mucho trabajo.

—¿Y? Eres mi mujer y yo soy un socio de la empresa puedes faltar cuando quieras.

—Eso sería injusto, soy una trabajadora más como cualquier otra. No porque seamos pareja quiere decir que voy hacer lo que quiera.

—Bien, entonces les digo a mis padres que no quieres ir.—dice habiendo una mueca y quitando su mano de con la mía.

—Fabián, no es porque no quiera ya te dije mis razones, no quiero que me dejes en mal con tus papás.

—Es que no te cuesta nada ir solo por unos días pero si no quieres ir está bien.—ya se enojo.

Se que les dirá eso a sus padres y no quiero verme como una mala nuera.

—Ok, ok vamos pero solo por unos días, nada de semanas ¡eh!

—Te amo.—me sonríe.

Sonrió y nos damos un beso.

Terminamos de desayunar y nos vamos a caminar a la playa, en todo el transcurso me va consintiendo y haciendo cariñitos.

Y yo no puedo evitar pensar en las palabras de Enric.

¿De verdad soy feliz?

No puedes mentirte a ti misma.

Después de pasar todo el día juntos, caminamos de regreso a nuestro cuarto

—Cielo, ¿Todo bien? En todo el día has estado muy pensativa?

—Si, amor no te preocupes.—le sonrió.

Llegamos a nuestro cuarto y nos damos una ducha mientras tenemos una cesión de sexo. Cuando salimos yo pienso arreglarme para salir con los chicos, quedamos que saldríamos a tomar, pero Fabián me pide que me acueste con el.

—Vamos cielo acuéstate conmigo.—señala a un lado de con el.

—Amor pero quedamos que iríamos con los chicos.

—¿Acaso son más importantes ellos que yo?.—hace un puchero.

Ruedo los ojos y sonrió.

—Sabes que no.

—Entonces.—vuelve a señalar la cama.

—Es que yo quiero salir con los chicos.—digo haciendo un puchero y caminando hacia la cama.

Me acuesto y de inmediato me abraza.

—Saldremos después ¿Vale?

>>Quiero que me respondas, si realmente me amas.—dice serio y con una mirada que no logro descifrar.

Me quedo en silencio unos segundos.

—Claro que te amo.—le si río y le soy un beso pero el sigue serio.

—Enserio Alice dime la verdad.

—Te amo.
Joder ¿por qué mientes tanto?

Su expresión cambian a más relajada.

Con compromiso (Libro II) TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora