Shots

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Alice.

Llegó a la empresa y al parecer no ha llegado nadie, entro a mi oficina cansada aunque va comenzando el día. En toda la maldita semana Egan y Enric me han estado poniendo mucho trabajo, he estado saliendo tarde y tengo que llegar más temprano que nadie para terminar el trabajo si no los jefes se enoja. No entiendo porque Enric cambio su maldita actitud de un momento a otro. El primer día que llego estaba muy sonriente pero desde el día que nos vio a Fabián y a mi follando, me ha tratado mal, se la pasa poniéndome trabajo extra, apenas y puedo dormir  cinco horas. Siento que los ojos me pesan y ni con el maquillaje logré tapar mis ojeras.

Me siento en la silla de mi escritorio y comienzo a trabajar, le doy un sorbo a mi café que me hice antes de venir al trabajo y cuando trato de dejarlo sobre la mesita de al lado se me resbala de las manos cayendo sobre mis piernas y ensuciando mi falda y blusa.

—¡Carajo!.

Me levanto de la silla y trato de sacudirme pero solo lo empeoro llenándome más de café.

Voy al baño y le mando un mensaje a Paula para que pase a una tienda de ropa y me traiga algo, me responde que llega en media hora. Así que tendré que esperar media hora llena de café.

Lo bueno es que aún no llega nadie.

Me quito la blusa y trato de tallarla con agua para que no le quede la mancha café pero no funciona. Escucho que mi celular comienza a sonar desde mi oficina y salgo del baño rápido para alcanzar a contestar pero cuando entro a mi oficina ya ha dejado de timbrar.

Escucho como alguien carraspea en la puerta y volteo.

Mierda no tengo la blusa la dejé en el baño.

Enric me mira los pechos y veo como se le mueve su manzana de adán.

Tengo el sostén puesto pero aún así cruzo mis brazos tratando de taparme.

—Alice, Alice.—dice riéndose y entrando lentamente a mi oficina.—No está bien que un jefe encuentre a su trabajadora, primero follando y después con poca ropa.

Trago al ver que se está acercando mucho, doy varios pasos hacia atrás hasta que chocó con la pared. Mierda.

Sonríe y me mira los labios.

Solo un beso, solo una probada más de sus ricos labios.

No joder no, maldita conciencia.

Su torso y el mío chocan, lo único que nos impide estar más cerca son mis brazos.

Siento un cosquilleo en mi cuerpo queriendo sentirlo, quiero tocarlo sentir su piel en mi piel.

Nos miramos a los ojos y siento tranquilidad en mi interior, se siente bien mirarlo a los ojos después de tanto tiempo, pero a la misma vez siento el deseo en mi y siento como me hipnotizan como lo hacían tiempo atrás.

Acerca una de sus manos hasta mi mejilla y da un ligero roce. Acerca sus labios a los míos y pasa su lengua por encima, después tira levemente de mi labio inferior, cierro los ojos deseando probar de sus labios y esperando un beso pero no pasa. Abro los ojos y Enric está con una gran sonrisa llena de arrogancia.

>>Se nota que tu cuerpo desea al mío….lastima que el mío ya no desee al tuyo.—dice dándose la vuelta y sale de mi oficina.

Que carajos. Porque hace eso.

Suspiro y recargo mi cabeza en la pared.

 ¡Cómo se le ocurre hace eso sí tengo pareja y es su socio carajo! No debió faltarme el respeto, porque eso que hizo es una maldita falta de respeto joder.

Con compromiso (Libro II) TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora