Capítulo 4

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Después de entrar en otro mundo, o más bien vida, las confusiones se acumulaban y las preguntas seguían sin respuestas.

No pegué un ojo en toda la noche, aunque tampoco es que estuviera cómoda acostada sobre un banco en el parque. De vez en cuando me dolía lo que yo decidí llamar tatuaje porque no sabía qué era. A medida que amanecía ya no me sentía igual, como si perdiera fuerza y me convirtiera en humana, aunque no lo hacía pues conservaba los rasgos de una vampiresa. Sí, ya sabía que esto era sobrenatural. Por suerte la sed no me invadía de nuevo, pensé que por lo menos me iba a librar de otro asesinato. ¿Qué habría pasado con Sky? Él fue el único testigo. ¿Revelará mi secreto? ¿Por qué no escuché su corazón palpitar? Seguro no me concentré lo suficiente en ese momento, es la única explicación.

Me levanté de aquel banco casi a las 9 de la mañana, tomé la mochila y me alejé caminado. El móvil sonaba, sustituyendo a la música. Era él. No sabía si contestarle, pero lo hice sin pensar.

— Hope. ¿dónde estás? Fui a tu casa y tu madre me dijo que la habías agredido ayer en la noche y que te marchaste. — sonaba preocupado.

— ¿En serio crees que la he agredido?

— No, pero necesito hablar contigo.

— Sky será mejor que te alejes de mí. Tú- tú sabes lo que hice. ¿Y si pasa otra vez?

— Te aseguro que hoy eso no va a ocurrir. — afirma. — No te preocupes por mí. Hazme caso, ven a verme.

— Sky....

— Bien, a las 10:00 am en mi casa. — me interrumpe sabiendo que protestaría y cuelga al instante.

En el camino a casa de Sky las personas me miraban con demasiada atención. Algunas se agrupaban para hacer comentarios como: "¿Tan joven con canas?" o "¿Estará enferma? No puede ser tan pálida". Me alegré de llegar por fin a casa de mi amigo. Solo había venido una vez. Subí confundida por el ascensor, pensando ¿qué querría él conmigo? No entiendo por qué me quiere ver después de atestiguar como asesiné a sangre fría a un hombre. Crucé el pasillo dividido en dos: la chica que tiene miedo de dañar a su amigo y la que necesita su consuelo, sus respuestas, su abrazo...

La puerta de color marrón con el número 13 se abrió sin apenas tocarla a través de la cual se asomaba una profunda oscuridad. La mano de Sky salió a la luz, la tomé con dudas y dejé que me arrastrara adentro. La habitación parecía una de esas casas antiguas. Había un enorme librero lleno en una pared, sin televisión, los muebles de color rojo vino estaban acomodados alrededor del estante. Al otro lado de la sala unas cortinas de color blanco y con tonos rojo cubrían las puertas de corredera que daban al balcón e impedían que se iluminara el local. Atrás de los muebles se encontraba un pequeño bar con solo tres taburetes que dejaba ver una sencilla cocina. Después se observaba una puerta entreabierta en la que supuse que era el dormitorio. Las paredes de color gris muy claro en vez de parecer gótico contrastaban a la perfección con los diversos libros. Me fijo en algunos títulos que me sorprenden como la colección completa de la Saga Harry Potter, El Hobbit, El señor de los anillos, El código de Da Vinci, El arte de la guerra y muchos de los demás son sobre la Primera Guerra y la Segunda Guerra Mundial o de Julio Verne.

— ¿Te gusta alguno? — me pregunta repentinamente.

— Es que he leído ya muchos de ellos y no sabía que tú también leyeras tanto. — murmuro con una voz casi inaudible

— Tengo demasiado tiempo libre. — lo miro por primera vez desde que entré. Llevaba una camiseta blanca por dentro del chándal negro con las manos en los bolsillos y sus pies descalzos.

Un segundo después me desequilibro mareada. Sky me sujeta con sus brazos por debajo de los míos. Me siento en el sofá para recuperarme.

— ¿Tienes sed? — pregunta.

— No — le contesto. — Sky... ¿q-qué sabes de esto?

— No mucho. — se acuesta a mi lado y coloca su cabeza sobre mis piernas como de costumbre. Siempre me ha gustado su pelo, así que jugaba con él a menudo. Entendía cuando quería que lo hiciera y se volvió parte de nuestra amistad. Me dedica una sonrisa. Entonces me resulta fácil encajar todas las piezas. No le daba pena reírse y se tapaba la boca, no estaba loca cuando escuché esa conversación o cuando no oí el latido de su corazón. Sus colmillos eran tan blancos como su piel, tan largos y afilados que resultaba casi atractivo. Noto que uno de mis dedos le acariciaba en labio superior y volvía a apartarlo para ver de nuevo sus dientes.

— Ahora me doy cuenta de lo poco que te conozco. — murmuro y vuelvo a concentrarme en la suavidad de sus cabellos.

— La transformación no cambia el alma solo la oculta bajo la sombra de una criatura oscura. — me dice y le sonrío. De repente, levanta su cuello y acerca su cara a la mía. — Ya te están empezando a crecer. Seguro que serán bastante afilados. — Sky vuelve a su sitio. ¡Qué alivio! Pensé que...... Olvídalo. — Por cierto, Laura trató de suicidarse anoche.

—¡¿Qué?! — exclamo. No puedo creerlo. ¿Suicidarse?

— Su pulsó bajaba a gran velocidad. Perdió demasiada sangre y tenía un grave golpe en la cabeza. Está muerta.

Irracional I: La Búsqueda. (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora