Al contrario de lo que me imaginaba, mi vida como inmortal no sería tan tranquila, aunque ya no tuviera que luchar con los aburridos problemas de los humanos. El motel donde estuvimos una semana sin hacer nada quedaba a unos kilómetros de la casa de Cassandra y a veces me daban ganas de verla, sin embargo, no lo hice porque Sky no quería que por casualidad me encontrara con Evan. La verdad, ninguno de los dos sabía qué hacer, no teníamos un lugar a dónde ir o gente a la que visitar. Nos limitamos por siete días a perder el tiempo y por siete noches a divertirnos por ahí haciendo todo tipo de cosas locas que a él se le ocurrían. El peligro andaba detrás de nosotros, pero nunca hablamos de él y se acercaba...
"Sky no podemos permitirnos pagar por más días" le dije por enésima vez "Tenemos que irnos", seguía sin escucharme.
— Sky — volví a llamar — Estoy perdiendo la paciencia. Vámonos ya de aquí.
— Bien, ¿y a dónde? — por fin me presta atención.
— A.... — pensé, no se me ocurría una respuesta que lo hiciera salir de esa cama y dejara de leer — Me dijiste una vez que querías probar la sangre de todos los animales del mundo ¿no? —"¡Qué poco imaginativa soy!" sé que lo había dicho como una broma, pero por lo menos no nos mantendría en el mismo sitio. Me miró perplejo. — ¡Ay, dale! — le tomo del brazo y lo sacudo un poco como suplicándole. — Además, no querrás que Evan nos alcance.
— Está bien. — cierra el libro, se levanta de la cama y se para frente a mí — No me gusta cómo me convences tan rápido. — dice fingiendo seriedad a la vez que agarra mis mejillas y apreta los cachetes. — Vamos. — anima, me da un beso en la frente y toma la cazadora negra que estaba tirada en la cama.
Mientras él se dedica a guardar la ropa que recientemente llevó a la lavandería, yo me voy al baño con la pequeña maleta. Quedo en ropa interior frente al espejo y toco de nuevo los triángulos. Seguían calientes y, aunque ya no ardían, provocaban ciertas visiones. La primera fue después de que Cassandra la tocara; estaba siguiendo la línea del tren que reposaba sobre rocas de color arena, a los lados se alzaba un precipicio de unos 15 metros de altura. Estaba sola, el tren nunca llegaba, asustada miraba hacia atrás con frecuencia, pero caminaba lentamente como si algo me esperara solo a unos kilómetros. La segunda visión ni siquiera podía definirla con claridad. En ella recorría una casa abandonada, ventanas con cristales rotos, muchos floreros de cerámicas hechos pedazos en el suelo y las rosas eran negras, esparcidas por todas partes, un cuadro me llamaba la atención, era el único que no estaba jorobado, sin embargo, no veía la pintura. Ahora estaba detrás de unos árboles, corría sin rumbo hasta que diviso la luz de una fogata, cuando me acerco compruebo que era una enorme hoguera llena de cadáveres con personas que no conocía, oí los pasos de Evan mientras se dirigía a mí. Pasó su mano por encima de mis hombros y señalo hacia la hoguera, busqué lo que se suponía que tenía que ver. Me arrepentí enseguida: la cabeza de Sky ardía entre las llamas y aun así su mirada de rechazo estaba posada en mí. Mareada, apoyo las manos en lavabo, el vaho se acumulaba en el espejo, lo limpié un poco con puño y observé de nuevo la marca. Parecía una herida por quemadura, pero rápidamente recuperó su aspecto anterior.
— Esto tiene que parar. — murmuro en un suspiro a la vez que atravieso mis piernas por el overol corto de mezclilla azul y me pongo una sencilla camisa blanca con mangas, la acomodo dentro del short inferior y me subo los tirantes cruzados por detrás. Meto los pies dentro de los Vans que me puse hace unos días y ato los condones.
— Entonces ¿nada? — pregunta Sky desde su móvil con el rostro preocupado. — Vale, de verdad lo siento Zack. — hace una pausa — Llevan casi un mes, ¿no deberías.... intentar seguir adelante? Sé que es difícil, pero...— suspira con tristeza. Un rato después se despide y cuelga.
— ¿Sigue muy mal? — le pregunto pasándole la mano alrededor de la cintura.
— Se le pasará. — contesta tratando de convencerse más a él que a mí. — Vamos, ya empaqué todo.
Salimos a la recepción, entregamos las llaves y nos dirigimos a la moto. Sky conduce hasta la gasolinera más cercana y se detiene a comprar algo de combustible.
Él solo pensaba en huir, mientras yo buscaba respuestas en mi mente. Ese día me dieron la oportunidad de responder algunas, pero la pagaron 20 personas inocentes. El grito de miedo y desesperación de un hombre llenó el local.
— ¡¡¡¡Mis hijos!!!!¡¡¡¡Mi mujer!!!! — Se escuchó mientras él salía de aquel lugar corriendo hacia una camioneta que tan pronto entró, puso en marcha rompiendo con cualquier límite de velocidad impuesto por la ley. Sky se me acerca conmocionado.
— ¿Qué pasó? — le pregunto.
— Hope, acaba de ocurrir una serie de asesinatos en el motel donde estábamos. — me dijo mirándome fijamente a los ojos, supe quién había sido enseguida.
— Tenemos que regresar. — le digo
— Ni loco voy a regresar. Además, no nos queda combustible y tampoco dinero.
— Tú sabes que no dependemos de la moto para transportarnos. — replico.
— Tú tampoco vas a ir.
— Él me está buscando Sky. — echo a correr antes de que me detenga. Aumento la velocidad de tal manera que ni siquiera los humanos percibieran a la chica pálida y de ojos azules. Llegué al aparcamiento repleto de gente que se empujaban unos a otros para ver lo que sucedía, sin embargo, ninguno se atrevía a acercarse a la montaña de cadáveres amontonados en el centro. De repente, Sky se planta a mi lado. Sé que está enojado porque no le hice el mínimo caso, pero igual me ayuda apartar a la gente. Me acerco a los muertos para disimular.
— Ninguno está vivo. — digo mirando al hombre de hace un rato que acababa de llegar y se precipitaba hacia los niños que estaban en la cima de los veinte. Su mujer salió de pronto del gentío, no tenía ni idea de lo que pasaba, pero cayó al suelo llorando a un metro de su marido. Bajo la mirada y me doy cuenta que estoy parada encima de la sangre, me alejo hacia Sky y en cuanto llego, él señala el suelo.
"Cada día que demores en decidirte, morirán veinte más"
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Irracional I: La Búsqueda. (Finalizada)
FantasíaLIBRO I COMPLETO EN EDICIÓN Una chica como yo quizás nunca debió ser humana y antes de conocer el mundo en que vivo, sabía que no pertenecía a ellos. Es irónico tener que abandonar a quienes quiero por un típico accidente de tránsito cuando jamás fu...