Corro. No lo hago sola, sé que mi gato me sigue, Evan, Kevin y Rachel me siguen; pero no paro. A cada paso juro que no dejaré que me atrapen, que no llegarán a Mynia. Abrir esa puerta le correspondía a Sky, no a Evan.... Y tampoco a mí. Así que salgo del bosque y corro por las calles de un condominio. En el instante en que no siento sus pasos, miro a atrás y aunque no hay nadie sigo avanzando con mis sentidos alertas. Aún están a un kilómetro aproximadamente de mí. Veo en una esquina varios contenedores de basura que huele bastante mal. Me escondo detrás de ellos con la esperanza de que confundan el olor. Encojo mi cuerpo cuando veo que mi gato se detiene. Me da lástima dejarlo atrás, pero no quiero que me delate. Le irá mejor sin mí de todas formas. Me alarmo cuando sus ojos encuentran los míos, un segundo después gira su cabecita hacia atrás y sigue por la calle. El susto es peor cuando los tres vampiros pasan de largo.
— No podemos perder de vista a ese gato. Sigan — ordena Evan casi gruñendo y para mi suerte obedecen.
Casi una hora después decido salir de mi escondite en forma humana y oliendo a porquerías. Al otro lado de la calle me esperaba mi pequeño amigo. Cruzo y lo tomo en mis manos.
— Sky tenía razón, demasiado inteligente para ser un gato. — sacudo la cabeza al recordarlo. Si quiero vivir, no puedo pensar en él. — ¿Y ahora qué? — la cabecita del gato se lanza entre mis pechos — ¡Oh, mierda! ¿Qué haces? — entonces saca la tarjeta azul. Suspiro... Lo peor es que no me queda de otra que confiar en un gato. — Esta bien. ¿Cómo uso esto?
Sin embargo, no hace nada. Supongo que no sabe tampoco. Me siento en un banco y dejo al animal sobre mis piernas. Nunca creí que hasta para una vampiresa la espera también sería insoportable. Tres días, diez horas y veinte minutos pasaron. En ese tiempo pareciera que volví a ser una humana. La gente pasaba y me miraba raro, pero yo los veía peor; con esa intolerancia y desprecio que siempre les tuve. Retrocedí a los años en los que no tenía ni un amigo y me sentaba sola por horas como si fuera a pasar algo que me cambiase la vida. Tampoco cacé, ya no me importaba morir de sed. Solo quería que Evan no me encontrara, con tal de que eso pasara no necesitaba de lo demás. Esos tres días fueron los mejores del mes de enero porque los siguientes diez pasaron demasiado lentos. Lo peor es que al principio evité pensar en Laura, Zack, Lee y... Sky. Sin embargo, es difícil y no resistí. Recuerdos felices que ya no me hacían sonreír, que me llenaban de furia, rabia, de gritos contenidos y de impotencia. Y de repente te das cuenta de que todo terminó.... de verdad y en ese instante caes. No me importaban las grietas que se formaban en mi piel, solo las que estaban en mi frío corazón, esas que hacían que el pecho doliera. Más horrible que al inicio porque al menos en ese momento tenía fuerza para aguantarlo y cuando parecía que ya no quedaba, Sky me daba un poco de las suyas. Los humanos me tomaron por la loca que grita todo el tiempo, pero, aunque pensaban que era una vagabunda ninguno se acercó. No sabían que era diferente a ellos, pero cualquiera le tendría terror a una loca pálida de cabello blanco con puntas quemadas, de piel manchada y agrietada y diminutos orificios en los pómulos. El gato iba y venía todo el tiempo, no parecía afectado por nada; cazaba y dormía. Incluso llegué a envidiarle porque por más inteligente que fuera, seguía siendo un animal y él no sentía igual que yo.
Cuando mi olor se volvió insoportable salí de aquel banco y fui a bañarme en la noche a un lago de un parque. Lavé la ropa y esperé a que se secara o al menos hasta que me di cuenta de que no iba a estar desnuda en un parque de día también así que húmeda me la puse. No regresé al banco, sino que dejé a mis pies andar sin rumbo por cuatro días más. El problema es que me guiaron al cementerio, al lugar donde tomé la peor decisión de mi existencia. ¿Para qué estaba aquí? Ni siquiera podía llorar y aunque pudiera no serviría de nada sobre una tumba vacía. Sin embargo, me senté frente a su sepultura a leer su nombre, letra por letra y trazo por trazo. Ese día creo que estuve delirando un poco, pero sentía como si las almas de los muertos me a acogían de alguna forma. Era cómodo y tranquilo aquel lugar. Y, aunque mis veladas de soledad se acabaron en aquel momento, no dejé de ir allí. Sentía la presencia de Sky entre esas paredes de piedra.
— Espero no haber interrumpido.
ESTÁS LEYENDO
Irracional I: La Búsqueda. (Finalizada)
FantasyLIBRO I COMPLETO EN EDICIÓN Una chica como yo quizás nunca debió ser humana y antes de conocer el mundo en que vivo, sabía que no pertenecía a ellos. Es irónico tener que abandonar a quienes quiero por un típico accidente de tránsito cuando jamás fu...