Irracional I: La Búsqueda. (Finalizada)

Capítulo 34

— Tengo curiosidad ¿puedo? — inquiere Joe acercando su mano a mi cuello. Se la aparto de un manotazo.

— No, no puedes. — escucho a Sky reír desde una estantería.

— No dejará que la toques, Joe. — suelta una carcajada.

— Espera... — frunce el ceño — ¿Él si puede?

— Cuando quiera. — encojo los hombros y me alejo hacia un montón de libros.

— Eso es injusto. Eres casi única, necesito estudiarte. Evan no dejaría ni que le tocara un pelo. — protesta.

— Pues ya ves. Yo tampoco. — Sky vuelve a reír, esta vez lo siento más cerca. Me revuelve el cabello. Una carta se agita desde el retrato familiar y se detiene en las manos de Joe.

— Un par de lícanos causando problemas en un hospital. Desapareceré por dos días, chicos; procuren no derribar la cama mientras no esté. — comenta con una sonrisa picarona.

— Hijo de... — murmura Sky, pero se interrumpe cuando en mago desaparece.

— No te esfuerces. — le digo sacando un libro de la estantería — "Anatomía sobrenatural Tomo 1" — leo en el lomo desgastado.

— De seguro te encantará esta casa - biblioteca. — comenta. Dejo el volumen en su lugar.

— En el primer equinoccio del año se abrirá la Próxima Puerta, el 21 de marzo. Lo decía en el diario de Joseph Gibson, el abuelo de Cassandra. Él vino desde Mynia como mensajero, hacía informes sobre la humanidad y sus progresos. Evan intentó sacar información y lo mató.

— ¿Cómo conseguiste el diario, Hope? — pregunta. Me recuesto a la estantería y le doy la cara.

— Lo tenían encerrado en un manicomio, estaba allí. — respondo, enarca una ceja. — Vale, seguí a Kevin Clark hasta ese lugar.

— ¡Ese tipo podría haberte matado! — exclama enojado.

— ¡Qué bien que no me descubrió ¿no?!

— ¡Vale! ¡Tú ganas! — se revuelve el cabello, frunce el ceño y hace un puchero — Tienes que cuidarte un poco, Hope.

— Sí, Sí. — ruedo los ojos.

— Y tampoco te quedes bizca. — dice con sarcasmo y le sonrío — Sigue contándome.

— Las paredes estaban llenas de este símbolo. — coloco mi cabello a un solo lado para mostrarle la marca. Le cuento lo que me dijo Cassandra y sobre el hecho de qué ni Laura, Evan, Kevin y Rachel veían diario; mientras mi gato y yo sí. — Después lo quemé. Por cierto, había un dibujo en la carátula, una moneda. Creo que en el centro estaban grabadas los rostros de los cuatro guardianes de Mynia y en el borde una inscripción: "A la mitad, después del ocaso y tras mi palabra desvelo del agua el destino a cumplir". Aquella noche, la... la de la tortura escuché una conversación de Evan con un anciano. Dijeron que el último aprendiz de un tal Claus tenía el derecho sobre una llave, pero que esa persona no la tenía. Mencionaron a La Moneda de Ashay. Debe ser la misma. — de repente recuerdo algo. — Sky... ¿tú tienes alguna llave que Evan quiera?

— No... — se queda en silencio, pensativo. Se vuelve a revolver el pelo, da unas vueltas por el salón y se sienta en un sillón. Tiene los codos apoyados en las rodillas y las manos en el cabello. — Con razón...

Me acerco y me siento sobre brazo del mueble.

— ¿Por qué siempre te despeinas? — murmuro y sustituyo su mano el cabello. — ¿Qué pasa?

— Conocí a un mago llamado Claus Ryadh, él... fue como un padre para mí. Después de que Evan me mordió y me abandonó al mes para hacer una búsqueda, que ahora sé qué buscaba; Claus me encontró. Estuve cinco años en su clan, me incitó a tener una vida casi normal y a estudiar "Economía y Finanzas". Junto a nosotros vivían los gemelos Gypsi; Fiona y Willian, ellos también eran vampiros. Después de la muerte de Claus me marché, Willian quedó al frente del clan hasta que apareció un testamento en que alguien más estaba a cargo del liderazgo. Ese día Ryadh llegó a casa cojeando y desangrándose, me dio esto. — saca de su bolsillo un sobre con un sello rojo.

— ¿Por qué no lo has abierto?

— Créeme, la curiosidad me mata; pero también le juré que iba a tener una vida calmada y casi humana. Por eso no lo he abierto. Estuvo años en un cajón, olvidado; pero no pude evitar tomarlo antes de salir del apartamento, menos cuando recordé que Claus Ryadh era el líder de las Capas Rojas.

— ¡¿Qué?! — me quedo estupefacta.

— Miranda me lo contó durante el año que duró nuestra relación. Es lengua larga. Ni siquiera yo lo sabía hasta hace nueve años. — se me forma un nudo en la garganta. "Esto... esto no me lo esperaba" Intento recordarme a mí misma que Sky tuvo una vida antes de conocerme y... claro, a los demás. Trato de disimular que no estoy algo ... "¿algo?" ¡Bien! Que estoy bastante celosa.

— ¿Ella sabía...?

— No. — al menos soy a la única que le ha contado la historia. Le quito el sobre de la mano. — ¿Qué haces?

— Voy a abrirlo.

— No, Hope. Hice un juramento. — no puedo negar que estoy enfadada y que solo lo hago para joderlo.

— Yo no, Sky. — rompo el sello con el símbolo de El Pentágono y lo abro. El contenido no es una carta, es duro, pequeño y circular.

༒︎

Holiiis

Espero que hayan disfrutado del capítulo, muchas gracias por todo el apoyo.

Se les quiere

♡