"Muerto. Estaba muerto. ¡Dios, por fin Evan estaba muerto!" Aquello me lo repetí unas quinientas veces aun parada en el mismo lugar. Su cabeza había caído sobre mis pies y los ojos anaranjados me miraban con horror. "Acabamos contigo, Evan Anderson. No hacía falta un milagro para hacerlo ¿ves?" Le dije mentalmente al cadáver antes de comenzar a reírme a carcajadas. Todo era tan irónico... había preparado un escenario de muerte para mí y acabó muerto él. Levanté los ojos hacia mi salvador y casi podía escuchar Umbrella de Rihanna en el aire.
Salté sobre Sky sin pensar en nada más que el hecho de que estuviera vivo, frente a mí. No lo entendía, lo vi quemarse en una hoguera y esa imagen era mi pesadilla todos los días. Luego me lo explicaría... tenía tantas preguntas que no aprovecharía este instante para hacerlas. Enterré mi rostro sollozando en su cuello, el pecho dolía como si el corazón quisiera volver a latir y es que, mi experiencia como vampira traía consigo más emociones y sentimientos que cuando era humana. Quizás sí extrañaba algo de mi otra vida: sentir el corazón acelerado.
Las manos de mi amigo se aferraban a mi cintura con fuerza y su respiración era profunda, intentaba captar el olor como yo el suyo. Mis habilidades empáticas no parecían estar presentes porque no sentía más de una emoción; Sky y yo éramos uno. Me apreté un segundo para verlo y asegurarme una vez más que no fuera un sueño. Hasta yo podía imaginar mi rostro lleno de emoción, con ojos brillando como en los animados y la sonrisa más sincera y pura que había puesto en él en mucho tiempo.
— No sé ni qué decirte. — Obvio que no tenía palabras. ¿Qué le iba a decir? ¿Que no entendía nada, que lo extrañaba, que lo quería más que a ninguna otra persona en el mundo? ¿Para qué? Todo eso él lo sabía. Él río y creo que si fuera humana me hubiera echado a llorar. — Dios... no sabes cuánto extrañaba tu risa.
— Yo también a ti... — su sonrisa se desvaneció — Pero, Hope... hay muchas cosas que debes saber.
— Me lo explicarás en el camino. — lo tomo de la mano.
Antes de salir corriendo observo la cabeza de Evan Anderson en el suelo con una sonrisa diabólica. "Mis besos helados para ti, amor. Nos vemos en el infierno."
Sonreí sintiendo verdadera emoción luego de meses solo por ver la V que se formaba cuando nuestras manos se enlazaban y darme cuenta de que él estaba allí. Aun no lo procesaba, pero tampoco me importaba en ese instante.
El cabello crecido se movía junto al viento y los ojos ámbar me miraban de vez en cuando con adoración, formando una sonrisa tierna en los labios. Cuánto no hubiera dado por verla cuando era humana... y ahora me la dedicaba.
— ¿Mejor? — inquiere pasando una mano por el pelo.
— ¿Acaso fue para cumplir mis expectativas? — sonrío al recordar cuando, hace casi dos años, insistió en saber sobre mi tipo ideal y yo respondí con lo primero que se me ocurrió: "Cabello largo y ojos brillantes como purpurina" Mis amigos se reían de aquello, pero si vieran a Sky ahora no les haría tanta gracia. Quizás no tuviera ojos de purpurina, pero brillaban más que ella. David se pudo haber metido mil veces en mi coño, pero ¿Entrar? No, entrar es de Sky.
— No. — río — Pero las cumplo ¿a que sí?
Las carcajadas se mezclaron en el aire antes de pasar a un tema más serio, aunque... ¿Sky serio? No, esa pendejada era la mía.
— ¿Y cuál es el plan?
— Al puerto o al aeropuerto. — contesto — No pensarás ir a Groenlandia nadando ¿o sí?
— ¿Groenlandia? — me encojo de hombros y planto una sonrisa de superioridad en la cara — Como eres de insistente, Hope. Tú nunca te rindes ¿verdad?
— Y tú vas conmigo hasta el mismísimo infierno sin siquiera que te lo pida.
— Obvio. — sujetó con más fuerza mi mano y nos guiamos por el olor a mar que cada vez se impregnaba más en nuestras fosas nasales.
En poco tiempo divisamos los barcos de carga en el puerto. El plan era sencillo luego de descubrir cuál de ellos iría a Groenlandia. Casi una hora estuvimos rondando el lugar sigilosamente para escuchar conversaciones o revisar archivos. Menuda estupidez ¿no?
Yo había optado por el aeropuerto donde hay una hermosa pantalla con los paraderos, pero una injusta partida de "Piedra, papel o tijera" me había pasado la cuenta. Era obvio que iba a perder con alguien que tiene presentimientos sobre lo qué puede pasar, sin embargo, me dije que la parte inmadura del dúo la llevaba él y por eso no discutiría el asunto.
Claro que "Hope, la salvaje", como me llamó, también tenía otra opción: coger al tipo que mandaba por el cuello hasta que nos dijera la ubicación de una barca con destino la gran isla. Sin embargo, Sky tenía un punto irrefutable; las muertes atraen a cazadores, cazadores atraen al Pentágono y Pentágono atrae a Rachel y Kevin.
Bueno, al menos ya estábamos en un buque de carga, dentro de un tanque rojo vacío, que nos dejaría en unos días cerca de Nuuk, la capital.
Allí Sky por fin tuvo la oportunidad de explicarme todo con detalles.
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Irracional I: La Búsqueda. (Finalizada)
FantasyLIBRO I COMPLETO EN EDICIÓN Una chica como yo quizás nunca debió ser humana y antes de conocer el mundo en que vivo, sabía que no pertenecía a ellos. Es irónico tener que abandonar a quienes quiero por un típico accidente de tránsito cuando jamás fu...