Capítulo 8

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La confianza es importante cuando hablamos de una relación, en este caso no me refiero a la amorosa. Un amigo es tu apoyo en momentos difíciles, pero no te puede ayudar a ciegas. Es una pena que eso lo haya aprendido demasiado tarde.

Corrieron unos tres metros y de un salto los trozos de ropa cayeron al suelo. Dos criaturas peludas que surgieron de sus cuerpos se precipitaron hacia los dos conos ubicados a 200 metros de nosotros. Ni siquiera me concentré en saber qué tipo de animales eran, ni en quién era Sky, mi mente solo se formulaba una pregunta "¿Por qué no me lo dijo?". Ya habían girado por los conos y venían hacía la meta, en ese momento percibí las ganas de poder y el rencor en mi interior. Caí en la cuenta de que era a Evan al que sentía, sus emociones eran tan fuertes que incluso sin tocarlo podía leerlas. Un zorro de pelaje anaranjado cruzó la línea amarilla justo después de un borrón negro. Atravesé la multitud a empujones para llegar hasta él, David tampoco me detiene cuando lo aparto. Las dos criaturas se miraban, el zorro con odio y el lobo con cautela. Me acerqué a Sky sin saber exactamente a cuál de los dos debía elegir, pero algo me decía que mi amigo no sentiría tanto odio hacia alguien. El lobo negro me llega hasta la cintura en cuatro patas, sus ojos eran del mismo color ámbar, guardó los dientes cuando captó mi mirada. Me arrodillo para llegar a la altura de su cabeza, le acaricio el suave pelaje entre las puntiagudas orejas.

— Vámonos — le susurro.

Me pongo de pie y me alejo con él detrás, caminamos hasta la moto de Sky y me doy cuenta de que está desnudo pues lo único que queda entero es la cazadora y los zapatos.

— Yo la conduzco, ve por los arbustos y espera hasta que te lleve ropa. — le digo, aunque ni siquiera tengo licencia porque él nunca terminó de enseñarme a controlar este trasto. Por suerte, cuando salí de la barrera de invisibilidad, no eran muchos los autos en la calle (eran la 4:00am) y Sky ya había desaparecido. Me coloqué mi casco y arranqué la moto. Esto de manejar no se me da nada bien, pero logro mantener la velocidad baja y no ir por la avenida por si algún policía me detiene. De vez en cuando siento la presencia de alguien, miro a mi alrededor y distingo un borrón naranja moviéndose a la par mía por entre las casas. Acelero, más de lo que quería y doblo hacia un callejón. Si Evan me está siguiendo, no le queda otro remedio que enfrentarse a mi porque no hay salida y tampoco lo voy a llevar directo a Sky. El zorro se plantó frente a mí, era más grande que los normales y en su mirada estaba clara la molestia.

— Piérdete Evan. — gruñe un poco y se va. Sabe que no voy a moverme de aquí, lo que me llama la atención es que no haya atacado. De nuevo me subo a la motocicleta, avanzo hacia la calle y miro a mi alrededor. En serio se fue.

Por fin llego a los apartamentos donde vivo, cercano a un pequeño parque lleno de árboles y arbustos.

— Sky... — lo llamo. El lobo negro sale de la oscuridad. — Siento la demora. Ahora vengo. — Subo a la vivienda con rapidez inhumana y tomo un chándal gris que le gusta usar y una camisa blanca tirada en su cama. Dejo sus zapatos en el suelo y la cazadora negra en la silla de su escritorio. Bajo por las escaleras, salgo del local y me adentro por donde lo vi. Llego a un jardín oculto entre árboles con un columpio blanco cercano a la fuente del centro y a su lado un farol encendido. Sky está tumbado debajo de él. Me siento en el columpio mientras se levanta y le coloco la ropa doblada en el lomo. Se aleja despacio hacia un arbusto y se esconde para cambiarse. Un segundo después regresa con la camisa tirada sobre el hombro y haciendo un pequeño lazo con las tiras del chándal. Aparté la vista de su torso desnudo, ni siquiera tenía grandes músculos, pero sí estaba definido incluso le sobresalían un poco los pectorales y poseía una espalda y hombros anchos. Laura lo describía como "un flaco sexy". Un minuto antes de sentarse a mi lado se cubre con la prenda y logro mirarlo a los ojos.

— Hope — me dice pasando su mano detrás de mis hombros. Está divertido, ahí viene un chiste. —Se te olvido la ropa interior. — si aún fuera humana estaría roja, pero mi mente sigue siendo perversa y lo primero que piensa es "Eso está libre y le cuelga dentro del pantalón". Le doy un golpe suave sobre el muslo y comienza a reírse.

— Tonto. — le digo y me sorprende con un tierno abrazo acompañado de carcajadas. Un segundo después me aparta y se pone serio cuando recupero la voz y comento — Evan me siguió, pero no te preocupes, lo perdí.

— Mira, sé que tengo que darte una explicación sobre lo que viste hoy...

— No tienes que hacerlo si no quieres, Sky. — lo interrumpo.

— Vale. — me vuelvo a cubrir el cuello con el cabello por quinta vez desde que llegué de la carrera. No es justo que me cuente un secreto si yo le oculto uno.

Irracional I: La Búsqueda. (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora