𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧𝐥𝐲 | ✔

𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈

—¡Si!—sonrió aventándose a sus brazos para abrazarlo—Si quiero.

—No sabes lo feliz que me haces.—sonrió.—No puedo creerlo aún.—tomo su cara con ambas manos.—Tengo un obsequio para ti.

—-¿Ah sí?—Scorpius asintió sacando una pequeña caja de terciopelo.

—¿Qué es?

—Para ti.—lo abrió dejando ver un anillo.—Es como el mío.—mostró su mano.—Pero lo compre para ti.

—¿Me lo pones?—asintió y deslizo el anillo por su dedo para terminar besando sus nudillos.—Vaya es hermoso Scorpius gracias—beso su mejilla.

—No sabes los nervios  que me daba que me dijeras que no.—rio un poco.

—Estás loco, obviamente te diría que sí, eres de lo más lindo conmigo—sonrió.

—Un poco si.—le dio una vuelta.—Hasta lo hable con papá, fue su idea darte el anillo, él y mamá tenían unos iguales.

—Vaya.—rio nerviosa.—Que bien.

—Tenemos que decírselo a todos Lía, a tus hermanos, a mi papá, a tus padres.

—Claro.—asintió no muy segura.

—Por que no vamos este fin de semana con mi padre a comer. Estoy seguro de que es...

—¿Por qué no después?—Lía sonrió.—Es muy pronto para ir como... como novios con tu padre.

—¿Qué tiene de malo?

—¿Te imaginas que terminemos?—Lía rio incomoda.— ¿Por qué no mejor en navidad?. O después—sonrió.—Falta algunos meses, y así podemos ir a ambas casas, y convivir con ellos.

—No terminaremos.—Scorpius negó riendo.—Pero si es lo que tú quieres está bien.—se encogió de hombros.

—Claro.—suspiro mirando alrededor.—¿No es un poco tarde?—mordió su labio.—Mañana tenemos clase.

—Claro.—asintió.—Claro, mañana tenemos clases muy temprano.—se levanto tomando la mano de Lía ayudándola a ponerse de pie.

Ambos entraron lentamente al pasillo del colegio cuidando no toparse con nadie en el camino.

Scorpius se sentía completamente feliz de tenerla con él, era todo lo que necesitaba, él se sentía justo como Draco le decía que se sentía con su madre.

"Paz" era la única palabra que podría describir lo que sentía con Lía, su padre y el habían hablado del amor, y aunque Draco no era una persona que demostrara mucho, le conto como Astoria sacaba lo mejor de él, la mujer que estuvo con él desde el final de la guerra hasta el último día de su vida.

Habían pasado días hablando de como hacía sentir Astoria a Draco y Scorpius estaba seguro de que así se sentía con Lía.

La admiraba mientras ella daba vueltas por los pasillos, como su cabello caía de manera casi perfecta por su espalda, como se sacudía con cada vuelta.