𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧𝐥𝐲 | ✔

𝐗𝐋𝐈𝐈

—Toma asiento. —Draco movió su silla para que Lía se pudiera sentar frente a él.

Ambos estaban en un terraza de un gran edifico, en este solo estaba una mesa con un par de sillas decorado con velas y rosas y pasta junto con un par de copas de vino.

—Es... es hermoso Draco. —Lía sonrió mirando el panorama que tenía alrededor, Draco le extendió una copa.

—Ya eres mayor. —Lía sonrió aceptándola, después de servirse el brindaron. —Por ti. —sonrió.

—¿Por nosotros?

—Por nosotros. —asintió y volvieron a chocar sus copas para después darle un trago.

—Sabe muy amargo. —saco la lengua haciendo un gesto de disgusto.

—Un poco. —rio. —¿Cómo su cumpleaños, señorita cumpleañera?

—Muy normal, un pastel, comida en familia... ya sabes. —asintió.

—¿Cuál fue la excusa?

—Estoy con Samantha. —Draco sonrió.

—Espero y te guste. —apunto la comida. —Yo cocine. —Lía abrió su boca sorprendida, el solo imaginar que Draco había hecho un esfuerzo por cocinar para ella hacía que su corazón palpitara más rápido de lo normal.

—¿Tu solo?. —tarareo y Lía llevo el tenedor a su boca. — Draco sabe delicioso. —admitió tapando su boca.

—Tengo muchos dones. —levanto una ceja.

—Este es el mejor regalo del mundo. —sonrió.

—¿Y quién dijo que solo era una cena?

—¿Qué?. —frunció el ceño.

—Claro. —tomo su mano. —Algo más te está esperando en la habitación, así que come, tenemos mucho que hacer. —Lía sonrió.

Ambos comían en silencio mientras Lía seguía apreciando la gran vista de Grecia que tenía desde el balcón. Por su parte Draco solo la podía mirar a ella, lo bonita que se veía, el cómo brillaban sus ojos al apreciar todo el panorama, él sabía que había tomado la decisión correcta y algún día todos lo entenderían.

—¿Draco?

—¿Si cariño?

—¿En qué piensas?

—En lo bonita que eres. —Lía se sonrojo riendo. —Es enserio, solo mírate. —tomo su mano. —Eres preciosa, ese brillo en tus ojos me tiene hipnotizado.

—¿Me quieres?. —pregunto en un murmuro.

—Te adoro. —beso su mano. —Desde que te vi en esa foto no pude dejar de pensar en ti, por alguna razón no podía sacarte de mi cabeza, cuando nos separamos me estaba volviendo loco, tanto que corrí a buscarte a Hogwarts con el riesgo que todo se fuera a la mierda, y aun así lo hice. Y aquí entre nos. —levanto una ceja. —No pude hacerlo con nadie sin pensar en ti.