𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈

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1997-

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1997-

—¿Ho-hola?. —pronuncio con dificultad al escuchar un leve ruido.

La celda era muy grande y fría, las goteras era el único ruido que ella podía apreciar, llevaba días ahí encerrada su cabello enmarañado, el hambre, su manos llenas de cortes y su cansancio extremo era el resultado de que la tuvieran encerrada en ese gran calabozo.

No sabía cuantos días habían pasado, por aquel lugar ningún rayo aunque fuera pequeño se filtraba entre la piedra que cubrían las paredes. Estaba sola y había perdido una total esperanza de algún día salir de ahí.

—¿Hola?. —repitió al oír pasos bajar.

Una sombra alta y delgada apareció del otro lado de la celda, quitando con cuidado el hechizo y entrando a donde Luna Lovegood tenía casi un mes.

—Lovegood. —pronuncio una vez estando enfrente.

—Dra-Draco. —jadeo sorprendida.

—Malfoy, solo dime Malfoy. —Luna asintió sin mirarlo. —Pensé que podías tener hambre. —se puso en cuclillas frente a ella ofreciéndole un plato de comida.

—Gra-gracias supongo... siempre aparece comida por aquí, no era necesario.

—No pero lo hice. —se encogió de hombros. — Come. — la miro frunciendo el ceño al ver que ni siquiera tocaba el plato. —No esta envenenado, yo mismo lo serví.

—Bueno... no eres una persona de confiar después de todo. —dijo en un susurro provocando que Draco suspirara.

—Supongo que no. —extendió su mano hasta tomar un pedazo de pan y se lo llevo a la boca. —Ves, no pasa nada. —Luna lo analizo un instante para después casi devorar el plato que tenía enfrente, una vez que termino Draco lo quito de sus manos, se levantó y le dio la espalda saliendo de ahí sin decir una sola palabra.

Los días posteriores fueron igual a aquel día, una vez al día Draco bajaba con un plato lleno de comida para Luna observaba como comía para después levantarse e irse sin decir una sola palabra.

Pasaron quizá dos semanas de esa manera hasta que por fin Draco decidió hablar.

—¿Necesitas algo?. —pronuncio una vez que termino su comida.

—¿Perdón?

-Si, algo, no lo sé quizá... un lápiz o hojas o...

—Un libro. —suspiro. —

—Bien. —se levantó. — ¿Algún género en especial?

—Herbolaria. —murmuro. —Por favor. —Draco asintió saliendo del ahí como acostumbraba.

Al día siguiente eso hizo, le llevo un libro de herbolaria y un par de hojas en conjunto con una pluma de tinta infinita, Luna pasaba días leyendo y dibujando cosas que salían en su libro para matar el tiempo que pasaba sola.

𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧𝐥𝐲 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora