𝐗𝐈𝐈

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Habían pasado aproximadamente cuatro meses desde que ambos se conocieron, y Draco no podía dejar de buscarla, exigirla y proclamarla como suya

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Habían pasado aproximadamente cuatro meses desde que ambos se conocieron, y Draco no podía dejar de buscarla, exigirla y proclamarla como suya.

Tal y como lo estaba haciendo en ese momento.

La relación (la cual ambos negaban a decir que existía) se volvía mas intima, siempre era con deseo pero había cierto toque de delicadeza en cada uno de sus encuentros.

Draco había pasado horas haciéndola suya, besando cada milímetro de su cuerpo, la acariciaba con veneración y sensualidad, dejándose llevar por sus besos y sus movimientos que poco a poco llevaban el ritmo que le gustaba, demostrándole que aun que había cambiado desde la primera vez que estuvieron juntos, sigue siendo la misma que se entregaba a el cada vez que estaban frente a frente.

Podían pasar noche por noche viéndose y aun asi no era suficiente para ninguno de los dos, dejo de ser una vez por semana para convertirse en cuatro o en ocasiones hasta cinco veces por semana donde terminaban justo donde estaban en ese momento.

Yacían en la cama desnudos enredados en las sabanas, estaban totalmente perdidos por el vaivén de su respiración, la cara de Draco se hundió en su cuello besándolo mientras ella acariciaba su cabello gimiendo.

Su cuerpo dolía y pesaba, tal y como si hubiera pasado horas corriendo o haciendo cualquier tipo de ejercicio. Pero ni siquiera por eso quería parar, juntaban sus labios con esmero, como si existiera una clase de imán la cual no permitía que se separaran.

Un gemido abandono su garganta al sentirlo aumentar la velocidad de sus movimientos al mismo tiempo que su lengua se abrió paso en sus labios, sumergiéndose en su boca elevando su placer.

Besos, caricias y muchas palabras obscenas era lo que a ambos volvía loco del otro. El como rasguñaba su espalda con sus uñas cada vez que la hacia gritar. Ella se giró sobre de el con sus brazos en sus hombros mientras el se apoyaba con un brazo extendido hacia atrás sobre la cama y el otro en su cintura ayudándola a moverse.

Lía rebotaba en su regazo, mientras él podía sentir como sus piernas seguían igual e inclusive aún más húmedas que cuando todo había comenzado.

—Calantha.—murmuro en sus labios antes de que volvieran a besarse.—

Dejo caer su cabeza llevándose por el placer que el mayor le estaba brindando mientras su cabello caía a su espalda. Dejando a vista de Draco su cuello decorado por sus dedos y marcas rojas de sus labios bastante notorias.

Sintió como apretaba sus hombros mientras aún tenía la boca abierta. Volvió a mirarlo con una ligera sonrisa.

—Señor Malfoy.—murmuro.

—Dime Draco.—jadeo.—Por favor, dime Draco.—tomo su cuello con su mano libre mientras acercaba su cara a la de ella.—Quiero escuchar como sale de tus bonitos labios mientras te complazco.-beso su mandíbula bajando los besos por su cuello hasta llegar a sus hombros.

—Draco.—susurro cerro los ojos dejándose llevar por sus besos.— Draco...mas... más fuerte.—jadeo.

Lía se movió más rapido mientras Draco volvía a unir sus labios jadeando mientras se liberaba dentro de ella. Seguía moviéndose, dejando caer su cabeza de nuevo mientras Draco se apoderaba de sus pechos sintiendo como apretaba sus músculos en él, sabía que no estaba a nada de llegar.

Cerro sus ojos gimiendo con la voz entrecortada dejándose llevar por el orgasmo que se apoderaba de ella.

Draco reposo su cabeza en su pecho recuperando su respiración mientras ella hiperventilaba fuertemente.

—¿Estas bien?—pregunto tomándola de la barbilla para mirarla.

—Si.—sonrió débilmente.

Draco reprimía (o al menos eso trataba)el sentir como el corazón le latía con más fuerza cuando ella le sonría.

Ver como su cabello desordenado se pegaba a su frente, como sus pupilas dilatadas adornaban sus ojos adormilados mientras su mejillas sonrojadas y sus labios hinchados le daban el toque perfecto.

—¿Te quedaras?—pregunto mientras acariciaba su cabello.

—No.—beso su nariz.—Tengo que ir a desayunar a casa y tu tienes que ir a descansar.

—No necesito descansar.—hizo un puchero provocando que Draco riera.

—Si lo necesitas, mira nadamas esos ojitos adormilados.—acaricio su mejilla sonriendo.— Ve a descansar y nos vemos el... ¿Martes está bien para ti?

—Si.—asintio.

—Te llevare a otro lugar, asi que mandare una lechuza.

—Está bien.—sonrió asintiendo.

Se separo de el para caminar hacia la regadera el cual Draco no tardo en hacerle compañía, se besaban, jugaban y se limpiaban entre ellos.

Y por mas que pareciera ninguno de los dos aceptaba lo que sentía por el otro.

—Tomate lo que está en ese cajón.—hablo dejando el dinero en la mesa.

—Si.—asintio.

Ambos se sonrieron y desaparecieron del lugar para aparecer en el lugar justo donde debían estar.

Lía se dejó caer en la cama acurrucándose en esta hasta que su teléfono vibro.

"Harry Potter"

Suspiro cerrando los ojos un momento antes de contestar.

—Hola.—murmuro.

¿Cheryl?-tarareo en respuesta.—Vaya a sido una odisea encontrarte, te he llamado muchas veces.

—Oh claro, lo siento he estado un poco ocupada.

Te entiendo completamente.—rio.—Justo te llamaba para saber si no querías... ir a cenar, o bueno como no te gusta tanto salir, podría cocinar en cada y podríamos...

—Oh vaya, bueno me gustaría pero creo que no podre, lo que pasa es que... estoy en.—"joder donde vivía".—Francia.. si estoy en casa y no tengo mucha señal.

Entiendo.murmuro.-¿Podría ser cuando regreses?¿Regresaras no es asi?

—Bueno... supongo, si yo creo que sí.

Bien entonces podrías llamarme cuando regreses asi nos veremos o algo.

—Si.. supongo que sí. Bueno tengo que colgar... justo me estan llamando.—rio nerviosa.—Nos vemos pronto.

—Claro que sí, ten buen.—colgó.

Soltó un pesado suspiro cerrando los ojos.

Había sido un error hablar con el señor Potter, uno muy grande, el no dejaba de buscarla, de llamarla y aun no entendía por qué. Era demasiado

¡Se habían visto dos veces!

Volvió a cerrar los ojos concentrándose en Draco.

Adoraba como las venas de sus manos y brazos se remarcaban en su piel, su cabello revuelto con algunos mechones cayendo por su frente. Su piel fría contra la de ella. Recordaba como su ceño fruncido lo hacía lucir más sexy.

Era demasiado bueno, más allá de sus expectativas.

Él podía superar absolutamente todas

𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧𝐥𝐲 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora