𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈

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—¿Cómo que hoy tienes más confianza que otros días no es así?

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—¿Cómo que hoy tienes más confianza que otros días no es así?. — pregunto acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Quizá me siento con un poco de suerte. —se encogió de hombros sonriendo.

—Mereces un castigo pequeña traviesa.

—¿Castigo?. —rio nerviosa.

—Claro, no puedes meterte con Potter cuando no te lo permití. —acaricio con las yemas de su mano su labio inferior. —Tengo unas cosas para ti.

Se separo de ella y de un cajón saco una mordaza al mismo tiempo que unas muñequeras.

—¿Bonitas no?. —las levanto a lo alto mirándola.

—Si. —murmuro confundida. —Supongo.

—Esta noche ser inolvidable por varias cosas. —sonrió. — Primero, mañana no podrás caminar bien de lo duro que te lo hare. —acaricio su mejilla. — Quizá te duela la garganta. —coloco su mano en esta acariciándola. —Y espero que con eso te quede claro que eres mía.

—Lo soy. —asintió segura.

—Lo eres princesa. —se sentó en la orilla de la cama. —Ahora ven, necesitas un pequeño castigo.

Tomo la mano de Lía y la coloco boca abajo sobre sus piernas, la erección ya marcada se presionó en su vientre provocando que se moviera un poco sobre de él.

—Quieta. —ordeno. Con la yema de sus dedos trazo una línea desde su espalda hasta su trasero y cuando llego dejo caer su mano.

—Maldición. —murmuro, no había dolido en lo absoluto pero estaba nerviosa por lo que iba a pasar. Tomo su cabello formando una coleta y tiro de este para que se levantara un poco.

—Solo te daré cinco, se buena niña o aumentaran y te pondré esa bonita mordaza que tengo ahí, ¿Entendimos?. —asintió y beso su mejilla antes de regresar a su posición inicial. —Por cierto no quiero ningún ruido más que el conteo si escucho algo serán otros cinco.

Murmuro un hechizo silenciador y cerró las puertas con seguro, sin más dejo caer su palma con fuerza.

Lía respiro profundo mientras sentía como su piel cosquilleaba y ardía al mismo tiempo. Un nuevo azote y mordió su labio, la sensación de humedad en sus piernas probaba solo lo poco que le dolía pero lo mucho que le excitaba esa situación. Tercer azote y se detuvo un segundo dejando escuchar las respiraciones aceleradas.

—Al parecer a alguien no le molesta tanto su castigo como pensaba. —paso su mano entre sus piernas y comenzó a hacer círculos sobre su botón. —No me molestarían otros cinco azotes. —rio.

—No. —murmuro y maldijo al recordar una de las reglas que anteriormente le había dicho.

—¿Qué habíamos dicho del no?

—Que si lo decía me castigabas. —contesto.

—Es correcto, cinco más, cuenta esta vez. —dejo caer su mano ahora con más fuerza.

—Cinco.... Seis.... Siete. —la piel de su trasero y sus muslos ardían, estaba temblando pero a pesar de eso no dolía lo suficiente solo lo disfrutaba. — Ocho... Nueve. —trago pesado. —Diez.

—Lo has hecho excelente cielo. —la sentó en sus piernas y le dio un ligero beso en los labios. —Ahora, hagamos sentir a mi princesa en el cielo, ¿Eso es lo que quieres? —pregunto acariciando su labio inferior.

—Si. —asintió. —Por favor. —hizo un puchero logrando que Draco se acercara besándola.

La recostó en la cama boca abajo y levanto sus caderas dejándola apoyarse del colchón con codos y rodillas.

—No te imaginas lo bonita que te vez con tu trasero tan rojo.

Se inclino y paso su lengua por su trasero lentamente, no tardo en dejar besos en la parte trasera de sus piernas, mordiendo sus muslos y pasar su lengua por su intimidad provocando gemidos temblorosos de parte de la menor.

—No entiendo como sabes tan bien. —pronuncio antes de hundir su cabeza entre sus piernas, lamia, succionaba y mordía.

Los oídos de Lía zumbaban, su cabeza daba vueltas, estaba al borde del orgasmo, con su mano izquierda apretó su trasero provocando más ardor dejando que aumentara el placer y se separó provocando un casi inaudible sollozo al sentir la ausencia de su boca en ella.

—No me mires con cara de niña regañada amor, quiero que te corras en mi polla esta vez. —Lía giro su mirada hacia donde estaba la mordaza en la cama. —Uhm alguien quiere ponerse un poco más traviesa. ¿No es así?

—Quizá quiera intentar cosas nuevas. —hizo un puchero.

—Y yo estoy para satisfacerte amor. —coloco la mordaza entre sus dientes y la ajusto en su boca.

En un solo esfuerzo entro en ella provocando que la mordaza ahogara sus gemidos. Draco no tenía intención de ir más lento, la penetraba duro y rápido en compas dejando que ambos cuerpos chocaran de manera vulgar en conjunto de los jadeos de Draco.

Le dio la vuelta dejándola con la espalda en la cama y coloco una almohada en su espalda baja así levantando su cadera y gracias a eso los gemidos de Lía aumentaron mientras cerraba sus ojos fuertemente.

Sus embestidas eran profundas, mientras más rápido dejaba más besos descuidados desde su cuello hasta su pecho, impidiéndolo hacer de manera correcta por el placer que sentía mientras ella contraía sus paredes a su alrededor.

—Por favor. —pidió.

—No te entiendo princesa. —contesto divertido.

—Po-por favor. —rogo curvando la espalda.

—Claridad amor.

—Déjame correrme, por favor. —Draco rio y no se detuvo bombeo unas veces provocando que los gemidos de la menor se hicieran cada vez más sonoro.

Su garganta dolía, las piernas le temblaban al mismo tiempo que su vista se nublaba, lo más placentero para ella era que Draco no dejaba de embestirla preocupado en su propio orgasmo hasta que lo sintió mientras apretaba más su cintura pegándolo a él dejando que cada gota entrara en su interior.

Draco desato la mordaza junto a las muñequeras, Lía se dejó caer en la cama y escucho como se levantó, se recargo en ambos codos al ver que Draco se volvía a poner de rodillas frente a ella con algo en manos.

—Mañana no dolerá tanto. —hablo mientras aplicaba un ungüento con aspecto viscoso en su trasero. —Pero las marcas se quedan.

—Encantada. — le sonrió y Draco sonrió inconscientemente, y le dio el vial. —Hasta la última gota. —asintió tomándoselo mientras Draco se acomodaba debajo de las sábanas y la atraía a él.

—Descansa.

—Feliz cumpleaños papi. —se enderezo un poco y beso y su mejilla.

—Lo hiciste valer princesa. —volteo su cabeza para así juntar sus labios. —Te quiero. —murmuro al separase un poco

𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧𝐥𝐲 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora